UN RETO, MILES DE ESPERANZAS

A través de estas entidades nuestra Fundación atiende a 1.500.000 clientes en América Latina, pero su impacto social afecta a más de 8 millones de personas que no son otros que nuestros propios clientes, más de 900.000, familiares y demás personas dependientes. Damos empleo directo a más de 7.000 personas. Tenemos una red de 481 oficinas y hemos entregado créditos por valor de más de 6.058 millones de dólares desde nuestra creación en 2007, cuyo importe medio se cifra en 1.343 dólares, siendo los préstamos más solicitados los que oscilan entre 300 y 400 dólares.

Durante 2013 hemos podido acompañar en sus negocios, que son sus formas de vida, a 312.000 nuevos emprendedores. El 70% de nuestros clientes perciben ingresos por debajo del definido como nivel de pobreza en Latinoamérica, con una mediana per cápita de 4 dólares al día. Pero además tenemos otro empeño: realizar un esfuerzo especial por acercar nuestro sistema de Finanzas Productivas a entornos alejados porque sabemos que la exclusión financiera se agrava en las zonas rurales. Este deseo se ha traducido en 2013 en que un tercio de los nuevos clientes provienen precisamente del entorno rural.

Entre nuestros usuarios, de los cuales el 61% son mujeres, cabe destacar algunos factores de éxito. Las ventas de sus negocios han aumentado en promedio un 8,6% cada año, entre 2008 y 2013, y el mismo porcentaje de mejora se ha trasladado a los ingresos de los hogares correspondientes. Pero es que, además, el 96% de los clientes de la Fundación cumplen con el pago de su crédito, que como media supone el 6% de las ventas del negocio.

Nuestro reto no es otro que perfeccionar los modelos de acompañamiento que ofrecen las entidades de la Fundación y los factores que han permitido pasar a las personas a las que hemos ayudado de una actividad precaria a una empresa bien organizada, con ingresos crecientes, con empleados en muchos casos y con la posibilidad de formalizarse y pasar al sistema financiero tradicional. Todo ello con una única meta: ayudar al mayor número de hombres y mujeres posible a abandonar la vulnerabilidad económica y social.