En contraste con los indicadores de crecimiento económico, el acceso financiero en Perú muestra niveles bajos para su renta. Sólo un 20,4% de los adultos poseen una cuenta o producto bancario en la que es una de las siete economías más grandes de la región, lo que representa según se trate de hombres o mujeres el 50% y 53% de la media de América Latina. Una vez más el nivel educativo y los ingresos se convierten en factores determinantes a la hora de contabilizar la participación de las personas en el sistema bancario. Solo un 7,5% de los adultos de menores ingresos manejan algún tipo de producto financiero, frente al 31% de los que se sitúan en percentiles de mayores retribuciones. Y el 24,4% de los adultos con estudios de bachillerato están integrados en el sistema bancario, frente a solo el 6,5% de quienes tienen un nivel educativo inferior. También llama la atención que apenas el 2,7% de los adultos manifiesta utilizar las cuentas para realizar actividades productivas, y este porcentaje baja a un 0,4% en los segmentos de menores ingresos.

Por sexto año consecutivo Perú ha sido líder en el Microscopio Global sobre el Entorno de Negocios para las Microfinanzas, elaborado por The Economist Intelligence Unit. Destacando una regulación adecuada, un mercado competitivo e innovador y un avance importante en las medidas de protección al cliente.

El saldo colocado por las entidades microfinancieras aumentó casi un 120% entre 2008 y 2013, hasta alcanzar los 30.000 millones de nuevos soles (PEN) al cierre de 2013; y los depósitos crecieron un 145% llegando a los 25.000 millones PEN en la misma fecha. Pero la rápida expansión y la fuerte competencia de las entidades microfinancieras han relajado los estándares del crédito, lo que se ha reflejado en un deterioro de la cartera. Ha crecido el ratio de morosidad situándose en el 6% en octubre de 2013 frente al 4,3% registrado al cierre de 2011. Y en consecuencia se ha acusado un impacto negativo en la rentabilidad financiera (RO E) de la industria que ha registrado una caída desde el 14% en 2013 al 10,6% a finales de 2013.

Esta situación ha provocado una reducción del ritmo de crecimiento de las colocaciones de las entidades financieras (del 22% en 2011 al 6,5% en septiembre de 2013) y actuaciones de mejora en sus políticas de riesgos. En este contexto, Financiera Confianza ha establecido sus objetivos de crecimiento para 2014 priorizando regiones con bajo nivel de penetración bancaria y alto potencial de desarrollo.