Antonio Casas y Neimi Bastires
Volver a empezar

A veces las malas noticias consiguen dar un vuelco a la vida de toda una familia. Así ocurrió en el caso de Antonio, Neimi y sus tres hijas, que viven en Chupaca, en el Valle del Mantaro. El tumor cerebral que diagnosticaron a Antonio de forma repentina, le obligó a abandonar su precario trabajo de chófer de camiones y autobuses e hizo que su esposa, Neimi, comenzara a vender el forraje para animales que sembraba en su pequeña parcela. Cuando Antonio mejoró y el cáncer se convirtió en un mal recuerdo, el matrimonio fue alquilando terrenos colindantes al suyo para aumentar sus cultivos. Hace dos años acudieron a Financiera Confianza para conseguir un crédito con el que compraron una furgoneta para transportar su mercancía hasta el mercado de la capital de su provincia. Hoy poseen un camión que han comprado con el último préstamo que solicitaron, y sus tres hijas estudian en la universidad.

Antonio Casas y Neimi Bastires