Flor Alba Lucumí habla con pasión sobre su vida, su negocio y su familia. Esta emprendedora de Bancamía es madre de tres hijos a los que ha sacado adelante gracias a su esfuerzo, trabajando en diferentes actividades. Empezó como panadera, después se puso a cultivar piñas, crió animales y sembró caña de azúcar en un terreno arrendado.
Pero por más que trabajaba, estos negocios no le permitían salir de la pobreza. No tenía dinero para cultivar la tierra y costear jornales, así que recurrió a la entidad colombiana de la Fundación Microfinanzas BBVA, que confió en su proyecto de negocio y le concedió un primer crédito. “Fui a la inauguración de la oficina en el municipio de Jamundí, allí me explicaron todo y me convertí en una de las pioneras del banco”, cuenta.
La posibilidad que le ofreció la entidad de devolver el crédito en cuotas mensuales, ha sido fundamental para que haya podido salir adelante. “Desde hace cuatro años mi vida ha cambiado de una manera positiva, hoy por hoy no tengo temor de nadie, porque yo ya sé adónde ir. Imagínense, empecé con un solo terreno, pero hoy tengo seis”, asegura.
«Hoy por hoy no tengo temor de nadie, porque yo ya sé adónde ir»
Floralba describe con orgullo cómo es su negocio. Durante el año que dura la cosecha de caña de azúcar, da trabajo a 13 personas que intervienen en los procesos de fumigación, abono, limpieza, y recogida de la siembra. Los buenos resultados le han permitido generar empleo y contribuir así, al desarrollo de su comunidad: “A través de mi negocio, siento que he podido cambiar vidas”.
