Educación para “enfrentarse a la vida”

Danilsa aspiraba a dedicarse a la enseñanza desde muy pequeña. Poco a poco, ha ido convirtiendo este deseo en una realidad trabajando como profesora en una pequeña escuela de República Dominicana. Su insaciable vocación le ha impedido conformarse con educar solamente a niños, por lo que en sus horas de ocio del fin de semana también enseña a adultos que quieren recibir la educación que no obtuvieron en su infancia.

Su madre, Eladia Polanco, conoció a la entidad dominicana de la FMBBVA por medio de un vecino. Dos créditos le sirvieron para impulsar un negocio de carne y otro de ropa, que con el tiempo le permitirían sacar adelante a sus ocho hijos. “Doy gracias a Banco Adopem, porque me abrió la puerta y pude dar un paso hacia delante”, afirma. Para esta emprendedora, es una satisfacción ver cómo sus hijos están consiguiendo labrarse un futuro: “Mi mayor orgullo es que lleguen a estar preparados para enfrentarse a la vida”.

Para Danilsa, obtener el título en Educación no fue algo sencillo. El esfuerzo de sus padres fue el motor que le permitió acceder a la Universidad, del mismo modo que lo hicieron cuatro de sus hermanos, hoy, también graduados universitarios. “Mi madre recibió un crédito de Adopem [para su negocio] que me permitió estudiar”, recuerda.

El acceso a la Universidad en América Latina para muchos jóvenes como Danilsa y sus hermanos, no siempre es fácil. Banco Mundial estima que el 70% de los estudiantes universitarios de la región son la primera generación de sus familias en acceder a la educación superior. Jóvenes que llegan a graduarse gracias al sacrificio de sus padres. Aunque la tasa de matriculación en estudios universitarios ha ido aumentando en las últimas décadas, en 2013 aún era del 43%. Estos datos reflejan que el derecho a la educación es en muchos casos un lujo que no está al alcance de todos.

Comprometida con este punto, la Fundación Microfinanzas BBVA, en su misión de promover el desarrollo económico y social sostenible e inclusivo, impacta sobre varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Entre ellos, el número 4, que implica “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, así como promover oportunidades de aprendizaje para todos”. Unas oportunidades que la familia de Eladia ha podido alcanzar mediante el emprendimiento y el esfuerzo constante. “Agradezco el trabajo de mis padres y el apoyo de les dio Adopem, porque eso permitió que pudiéramos formarnos”, explica Danilsa, que actualmente también es clienta de la entidad y confía en poder dar a sus hijos la educación que necesitan, como sus padres lo hicieron con ella.

La familia Gil Polanco disfruta ahora de los beneficios obtenidos tras años de trabajo y dedicación. “Adopem creyó más en mi capacidad que en lo que yo tenía”, asegura Eladia, que hoy más que nunca recuerda que “con trabajo y esfuerzo, todos los sueños se cumplen”.

HISTORIAS DE VIDA