Microcréditos que cambian vidas

María Aurora Múnera afirma que, a sus 52 años, ha conseguido vivir como nunca habría imaginado, porque  su negocio es por fin una realidad que le ha permitido cumplir sus sueños. Esta emprendedora nacida en el municipio de Frontino (Antioquía) y residente en Medellín, cuenta que su vida ha cambiado gracias a la ayuda de Bancamía.

Hace 25 años, después de separarse y dejar su trabajo como auxiliar de repostería del Club Unión de Medellín, María Aurora quiso ser una empresaria independiente para poder dedicarle más tiempo a su hijo, y poder ser autosuficiente.

Así, empezó vendiendo palitos de queso puerta a puerta, lo que hizo que se ganara el apelativo de ‘Maria Palitos’ en su barrio y en buena parte de la ciudad. Decidió vender su casa y montó un restaurante de comida rápida, ampliando así su oferta de negocio ofreciendo comida más elaborada y puestos de trabajo a varias personas.

María Aurora sueña con comprar otra casa y montar un negocio de helados

A día de hoy esta emprendedora ha solicitado más de 20 créditos. “No todo es el dinero, no todo es lo que uno paga: yo pago por la calidad y la felicidad de ver la cara del gerente y de los asesores que siempre están atentos y pendientes de mí”, explica con una sonrisa.

Ahora se propone nuevos retos; sueña con comprar otra casa y montar un negocio de helados. Está convencida de que el banco la seguirá ayudando como hasta ahora. María Aurora es la muestra de que “el éxito de los clientes es el éxito de Bancamía”.

HISTORIAS DE VIDA