La confianza, motor de desarrollo

Quintín vive en la comuna campesina de Cuello Grande, en Pisac. A sus 54 años, este emprendedor nato tiene un negocio de carpintería y otro de turismo rural, y además, complementa sus ingresos con la agricultura y la ganadería.

Desde que en 2013 conoció Financiera Confianza, ha podido mejorar su taller y reunir un rebaño de 60 ovejas que vende en ferias agropecuarias de la zona. En su pueblo, es ya un referente.

Quiere destacar en lo que hace y sabe que puede conseguirlo. Aunque al principio le sorprendió que un banco llevara el nombre de “confianza”, asegura que ahora, igual que la entidad confía en él, él confía en la entidad.

Además, le gusta el trato de los asesores que le atienden. A pesar de vivir en una zona de difícil acceso, llegan en moto periódicamente para visitarle.

“Para mí es muy interesante el seguimiento que te hacen. Te preguntan por lo que estás haciendo, dónde, en qué, y cómo has invertido. Y, si no entiendes, te lo dicen en quechua”, afirma.

A medida que sus emprendimientos crecen, Quintín se marca nuevos retos. De momento, ninguno que no haya podido superar. Ahora, quiere ampliar la oferta de productos de su taller y elaborar bloques y tejas, aprovechando que vive en una región de terreno arcilloso. Necesita los recursos necesarios, pero sabe que, con el apoyo de Financiera Confianza, no es un sueño imposible.

Gracias a su trabajo, saca adelante a sus cinco hijos. Por eso, desde las montañas de Pisac, todos los días piensa en cómo progresar y en nuevos proyectos que le brinden a él y a su familia un futuro mejor.

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