Pequeños créditos que cambian vidas

Marleny vive con su esposo, su hijo de 5 años y sus padres en la comunidad del Cauchal, distrito de Capira, en una casa construida con hojas, zinc y tierra. Llegar hasta su hogar no es fácil, hay que atravesar una carretera de tierra y de difícil acceso en épocas lluviosas.

Esta emprendedora ha tenido una vida difícil. Trabaja desde los 15 años. Primero con sus padres, a quienes ayudaba en las tareas agrícolas tras el fallecimiento de su hermano y después en su propio negocio. Durante esta última etapa ha estado acompañada por Microserfin que le ha concedido seis créditos durante las distintas etapas de crecimiento de su negocio. Desde esa época se dedica a la cría de pollos y cerdos, y al cultivo y venta de yuca, cilantro, ñame, ajíes, plátano y otoe.

Ha tenido que sortear muchas complicaciones, como trasladar sus productos en caballo hasta los mercados de abastos en la Chorrera y Panamá. Poco a poco ha tratado de mejorar su calidad de vida y la de su familia. En 2011 Marleny solicitó su primer préstamo a Microserfin de 250 USD. La experiencia fue buena, cumplió sus compromisos de pago y en 2012 solicitó una renovación por 375 USD, fue cuando comenzó a comercializar su mercancía en diferentes ferias junto con su esposo, logrando mejores oportunidades de venta.

Marleny se siente muy orgullosa de lo que ha logrado hasta el momento, pues con el apoyo de Microserfin ha comprobado que trabajando e invirtiendo los préstamos de manera adecuada es posible salir adelante y mejorar su calidad de vida y la de su familia.

HISTORIAS DE VIDA