La solidaridad como aval

Desde hace años, Magali forma parte de uno de los bancos comunales de Fondo Esperanza, entidad de la FMBBVA en Chile. Confía en el resto de pequeños comerciantes que integran su grupo, consciente de que responde por sus compañeros, como ellos lo hacen por ella porque, aunque desarrollan sus proyectos de forma independiente, todos avalan solidariamente el pago de los créditos. “Cuando pasamos por alguna crisis, es cuando estamos más juntos. Todos demostramos que nos apreciamos y siempre hemos sabido salir adelante”, relata.

Magali empezó su negocio de costura con solo un par de máquinas. Con el tiempo y el respaldo de otros emprendedores como ella, hoy tiene un taller en su casa y un puesto en uno de los mayores persas (mercados) de Chile. “Mi banco comunal lo es todo para mí y para un grupo de personas porque en él hemos cumplido muchas metas y sueños”, afirma.

El sentimiento de pertenencia anima a los integrantes de los bancos comunales a cumplir con los pagos con la tranquilidad de que ante cualquier problema, no van a estar solos: “Hemos aprendido a conocernos, a respetarnos y hemos ido viendo cómo crece cada negocio”, cuenta esta emprendedora.

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