Josefina Montero: «Hay que pelear para tener lo que uno sueña»

Josefina Montero empezó a trabajar a los 14 años y no ha parado. Vive en Río Congo, la comunidad rural que la vió nacer, y allí también montó su primer negocio, una pequeña tienda. Más tarde abrió un restaurante (fonda) y, gracias a sus emprendimientos, que siempre han contado con el apoyo de Microserfin (entidad de la Fundación Microfinanzas BBVA en Panamá), pudo dar una buena vida a su familia. Sus hijos crecieron con estudios y no les faltó de nada.

Pasó el tiempo y los años le trajeron diferentes retos, desde varias crisis financieras hasta una pandemia que le obligó a cerrar el restaurante. Pero estos desafíos encontraron a una mujer con la fortaleza intacta y unas ganas enormes de progresar. 

La emprendedora panameña Josefina Montero. Sus emprendimientos, que siempre han contado con el apoyo de Microserfin, le ayudaron a dar una buena vida a su familia

Desgraciadamente, tras el COVID tuvo que hacer frente a una nueva realidad mucho más dura, la muerte de uno de sus hijos. Sin embargo, lejos de debilitar sus fuerzas, decidió seguir adelante con la actividad que había comenzado con él tras la cuarentena, un negocio de cría de ganado porcino y pollos.

Josefina es y siempre ha sido una luchadora, y así se lo había inculcado a sus hijos: «Hay que pelear para tener lo que uno sueña», afirma esta panameña incansable.

Después de tantos tiempo emprendiendo, con Microserfin a su lado, considera a la entidad panameña de la FMBBVA como parte de su familia. Prueba de ello fue el gran apoyo que recibió de la entidad a través de un microseguro de asistencia funeraria por la muerte de su hijo. 

Hoy, a sus 71 años, se describe a sí misma como una mujer empoderada. Su edad no es un impedimento para que siga trabajando con la misma energía que cuando era joven. De hecho, es una gran usuaria de las redes sociales, sobre todo de WhatsApp, para contactar con sus clientes. Es más, considera que los años vividos le dan una fuerte base para  expandir su negocio agropecuario, que actualmente abastece a restaurantes, carnicerías y otros locales de su comunidad.

Para las mujeres como Josefina, emprender no es una cuestión de edad sino de seguir adelante con sus sueños.

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