Josefina, la tejedora de sueños

Josefina es una indígena Wayuu, un pueblo procedente de La Guajira, al oeste de Colombia. Gracias a Bancamía, hoy es una auténtica emprendedora. Su día a día consiste en tejer artesanalmente chinchorros, unas hamacas tradicionales fabricadas a mano por las mujeres de la zona. Cada pieza es un trabajo único y laborioso que puede tardar entre dos y seis meses.

Su hija, que ya era clienta de la entidad, fue quien la animó a dar el paso. “Me ayudaron con mi negocio y ahora estoy tejiendo más chinchorros, haciendo más mochilas y ayudando a mis hijos en su educación”, afirma.

«Mi mayor sueño es mejorar mi casa y brindar a mis hijos una mejor educación»

Esta emprendedora trabaja al aire libre porque en su casa de madera no puede guardar los materiales. Sus hijos y su negocio son los protagonistas de sus planes de futuro: “Mi mayor sueño es mejorar mi casa para poner mi material de trabajo al abrigo de la lluvia y brindarles a mis hijos una mejor educación para que vayan a la universidad, por eso yo estoy aquí trabajando”, explica. Josefina, además, ayuda a otras indígenas de su comunidad. “Busqué el dinero para aumentar mis ventas y ahora busco más artesanas de la etnia wayuu, compro los hilos para que trabajen y les pago por las mochilas y los chinchorros que me tejen. Antes no podía hacer eso”, asegura.

Bancamía comenzó a trabajar en 2007 en esta localidad con un sistema de banca relacional, una banca hecha a la medida de cada cliente. Sus empleados hablan wayuunaiki, la lengua de Josefina, y muchos pertenecen a esa comunidad, lo que permite mayor cercanía con los emprendedores.

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