Emprender por necesidad, reinventarse para seguir emprendiendo

En América Latina muchos emprendedores comienzan un negocio por necesidad. Una crisis económica, la pérdida de un familiar o el fin de una etapa profesional son la causa de que decidan emprender.

Hace doce años, la dominicana Altagracia Núñez tuvo que afrontar dificultades económicas para sacar adelante a sus dos hijos, y puso en marcha un negocio de estética en su propia casa. Como en cualquier oficio, las técnicas estéticas avanzan rápidamente, por lo que Altagracia se ha formado para ofrecer a sus clientes tratamientos anticelulíticos, limpieza facial, masajes reductores y relajantes, depilación o botox.

“Las posibilidades de desarrollarme en este mundo son ilimitadas, sobre todo porque cada día aparecen nuevas y mejores técnicas de las que hay que aprender y te puedes perfeccionar. Obtener buenos resultados y que mis clientes se marchen a casa felices es muy gratificante”, explica.

Altagracia Nuñez atendiendo a una clienta antes de la pandemia del COVID-19

Para adquirir el equipamiento necesario, Altagracia recurrió a Banco Adopem, la entidad dominicana de la Fundación Microfinanzas BBVA. El negocio ha ido creciendo y en 2019 se trasladó a un local en Santo Domingo donde asegura que la atención personalizada, la privacidad y la seguridad de sus clientes han sido fundamentales para fidelizarles.

Tiene un lema que aplica en la gestión de su negocio: Nunca gastar más del 25% de lo que produce, reinvertir o ahorrar el resto, y tener paciencia y calma para esperar que las cosas se desarrollen, entendiendo que la desesperación es “enemiga del éxito”.

Altagracia ha aprovechado su experiencia en redes sociales para superar el impacto de la pandemia 

Atiende a sus clientes solo con cita previa y todos llevan mascarilla y guantes. Ademas, ha diversificado su negocio y ha empezado a vender fajas. Contacta por WhatsApp y por Instagram con ellos y un mensajero les lleva a casa los productos adquiridos. Está mejorando así sus ingresos en estos tiempos tan difíciles.

Esa experiencia en comercio electrónico le será muy útil en el futuro, cuando cumpla su nuevo reto de impartir clases profesionales de estética. Hasta que llegue ese momento, ha organizado sesiones formativas semanales online con sus clientas y les enseña a hacerse en sus casas masajes faciales y otros tratamientos para que el confinamiento durante la pandemia sea un poco más llevadero.

                                                                                                              Cristina González del Pino, Comunicación FMBBVA

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