Emprendedores de Fondo Esperanza, comprometidos con sus comunidades durante la pandemia

En todo el mundo estamos viendo iniciativas solidarias para mitigar los efectos sociales y económicos de la pandemia. Muchas de estas propuestas han contribuido a que los colectivos más vulnerables accedan a mascarillas o a alimentos básicos.

Historias como la de Diego Vallejos, que llegó a Chile desde Colombia hace tres años en busca de nuevas oportunidades, así lo demuestranComenzó trabajando en una botillería (un pequeño almacén), aunque pronto su constancia y creatividad le permitieron establecerse por su cuenta en la comuna de Peñalolén. Allí, uno de sus clientes le habló de cómo Fondo Esperanza, entidad de la Fundación Microfinanzas BBVA en Chile, apoya el progreso de microemprendedores: “Vine a buscar oportunidades, y lo que uno quiere, lo busca y lo encuentra. Pienso que cualquiera puede salir adelante, incluso en la dificultad, si aprovecha las oportunidades que se presentan, como las que ofrece Fondo Esperanza”, señala.

Con la llegada de la pandemia, Diego no dudó en formar parte de la iniciativa ‘Almaceneros’, enmarcada en la campaña nacional ‘Chile Comparte’, en la que más de 400 emprendedores de Fondo Esperanza ofrecen sus productos para preparar canastas de alimentos y entregarlas a personas de bajos ingresos. Junto a la entidad de la FMBBVA, también colaboran en esta campaña, Techo, Hogar de Cristo, Servicio Jesuita a Migrantes, Red de Alimentos y Movidos por Chile.

Esta iniciativa, además de ayudar a los más afectados por el COVID-19, se ha convertido en una fuente de ingresos adicional para Diego. Ha podido ampliar su stock de productos y atender mejor a sus vecinos. “Me gusta ayudar siempre y en estos momentos de crisis uno nunca sabe las necesidades que puedan tener las personas, pero como emprendedor, sé que cada peso cuenta. Al entregar estos kits con alimentos, las familias ahorran esa platica y la pueden ocupar en otras cosas que también son necesarias, como el pago de servicios, lo cual es un alivio para ellos”, explica Diego.

Comunidades en situación de vulnerabilidad

Como Diego, Shirley Álvarez también ha conseguido reinventarse en tiempos de pandemia. Aunque espera poder continuar con su negocio de comida rápida y alimentos para mascotas cuando dejemos atrás la pandemia, su habilidad con la costura le ha permitido formar parte de la campaña nacional ‘Mascarillas Solidarias’, organizada por el «Fondo Privado de Emergencia de la Salud» de la Confederación de la Producción y del Comercio. Más de 1.300 emprendedoras de Fondo Esperanza como Shirley han confeccionado un millón de mascarillas para adultos y 250.000 mascarillas para niños de los sectores más vulnerables de Chile, que Cruz Roja ha repartido.

 

Así, ella, junto a su hermana y un grupo de vecinas, ha conseguido un ingreso adicional muy necesario durante la cuarentena, además de la oportunidad de dar trabajo a varias personas. “Este proyecto llegó en el momento preciso para nosotras. Fue de mucha ayuda para todas, trabajamos con mi hermana y ocho vecinas que estaban paradas, sin ganar plata. Hemos confeccionado más de 37.000 mascarillas, cuenta Shirley.

La experiencia adquirida con los años ha jugado a su favor: “Antes hacíamos uniformes de colegio y trajes típicos para niños, así que teníamos experiencia. Trabajamos tanto y tan rápido en las mascarillas que en un momento entregamos 5.000 semanales”, explica. Y continúa: “Estábamos felices de poder ayudar y que las mascarillas se entregaran de manera gratuita”.

De momento, Shirley va a seguir cosiendo mascarillas, y está pensando en confeccionar trajes de protección certificados para venderlos a empresas. Cuando termine esta pandemia espera volver a abrir sus dos negocios y retomar su vida en la medida de lo posible. Está feliz de desarrollarse como emprendedora, aunque la situación esté complicada. “A mí Fondo Esperanza me ha servido mucho, porque al ser independiente, puedo obtener ahí el dinero para ir renovando los productos”, finaliza.

Shirley y Diego siguen adelante sin olvidar a sus vecinos y apoyando a quienes más lo necesitan.

 

                                                                                                            Cristina González del Pino, Comunicación FMBBVA

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