Dedicación y pasión: la misma receta para mis hijos y mi negocio

Claudia habla con la serenidad que da la certeza de un sueño cumplido. Un sueño que no tiene nada que ver con el que abanderaba esa joven que llegó a una nueva ciudad buscando un trabajo con su título de diplomada en turismo, pero que ha satisfecho todas sus ambiciones, personales y profesionales.
Tiene claro que además de su esfuerzo y sus ganas, el haber contado con el apoyo de una institución como Fondo Esperanza (FE), entidad chilena de la fundación Microfinanzas BBVA con la que está hace cinco años, ha sido determinante; su emprendimiento, una chocolatería casera, en la que fabrica bombones, esta siendo su más fiel compañero. Aunque Claudia insiste en que para compañeros y amigos, los miembros del banco comunal de Fondo Esperanza al que pertenece. En estos bancos comunales, la entidad utiliza una metodología de crédito grupal a través de la cual unos 20 emprendedores reciben cursos de capacitación y formación para promover el acceso de sus negocios a redes de los que se van beneficiando todos. No solo el emprendimiento lo nota, también la propia Claudia, que ya habla de amigos cuando nombra a los otros componentes del grupo, y asegura que su apoyo es tan importante como el de su propia familia.

Esta mujer no duda en comparar su negocio con sus hijos y dice que aunque te hagan sufrir, reír o llorar, hay que ponerle el mismo ingrediente a la receta del éxito, dedicación envuelta en pasión para sacarlos adelante.

HISTORIAS DE VIDA