El fútbol es un deporte que mueve y une al mundo. Es de las pocas cosas que logran unir a personas de distinta raza, religión, ideología o sexo. Es capaz incluso de ilusionar al más desmotivado, y hasta de hacer soñar a quienes ya han perdido la capacidad para hacerlo.
Marcelo es una de las muchas personas que han encontrado en el deporte más popular del mundo la motivación para hacer cualquier cosa en la vida. Con solo 23 años, ha creado una escuela de fútbol para entrenar a equipos y cazar nuevos talentos. La entidad chilena de la Fundación Microfinanzas BBVA Fondo Esperanza (FE), ha sido la puerta de entrada hacia este nuevo proyecto.
Anteriormente, había decidido probar con la venta de artículos para teléfonos móviles, pero no obtuvo los resultados que esperaba y fue entonces cuando se animó a reinventarse y dedicarse a lo que verdaderamente le gustaba. Se sacó el título de Técnico Deportivo Social y, en la actualidad, sigue formándose, ahora como Director Técnico en el Instituto Nacional de Fútbol (INAF) de Chile. Cuando lo termine, le gustaría ejercer en algún club profesional, como el de Colo Colo, del que es hincha incondicional.
Este emprendedor forma parte del Banco Comunal ‘Jardín de Flores’, gracias al cual, ha podido montar su escuela y comprar los materiales que necesitaba, como conos, petos y balones. Ya tiene 78 alumnos y alumnas de entre 5 y 17 años, además de tres profesores contratados, con lo que contribuye además al desarrollo de su comunidad. “Trato de ver un poco más allá de mis alumnos. Mi trabajo es poder proyectar a los más talentosos para que puedan tener oportunidades en clubes profesionales. Además, a los niños de escasos recursos los tengo estudiando gratis”, explica.
La historia de Marcelo es un verdadero ejemplo de cómo las ganas de soñar y perseguir esos sueños pueden ser claves para hacerlos realidad. “Me gusta tanto lo que hago que me ayuda a seguir adelante, a cumplir mis objetivos, porque en esto yo veo mi futuro”, afirma este joven entrenador cuando piensa en todas las metas que está cumpliendo. Y es que, como en el fútbol, si quieres marcar gol, tienes que chutar el balón sin parar y esquivar todos los obstáculos que te impiden llegar a la portería. Solo así, se gana el partido.
