7 pasos hacia adelante

En Penonomé, Panamá, existe la leyenda de que el cacique indígena Nomé sintió tanta pena cuando murió su amada, que todo su territorio terminó llamándose “pena de Nomé”. Algo similar le ha pasado a Néstor Martínez, emprendedor de Microserfin, la entidad panameña de la FMBBVA. Hace unos años perdió a su nieta, y al igual que en la historia de Nomé, su tristeza fue el paso definitivo para poner en marcha un negocio que le ha cambiado la vida.

Recuperarse del fallecimiento de su nieta ha sido el reto más difícil que ha tenido que enfrentar Néstor. Pero al mismo tiempo, se convirtió en el motor que le empujó hacia adelante y, junto a su asesora Shermali, hizo realidad sus sueños. Además, su relación con ella se fortaleció tanto que se ha creado un vínculo entre los dos, y gracias al apoyo y al acompañamiento que ha tenido en todo momento, Néstor ha podido avanzar.

De hecho, Shermali confirma lo que vio en él: “He visto entusiasmo y buenas ideas para hacer crecer su negocio. También he visto la manera en la que desea mejorar y aumentar sus ingresos invirtiendo correctamente, y eso me convenció de que triunfaría . Como asesora siempre le he brindado la confianza y la comunicación necesaria para lograrlo”.

Este emprendedor nunca se olvida de los grandes retos que ha tenido que superar y que le han inspirado para llamar a su negocio Artesanías 7 Pasos:

El abuelo de Néstor fue quien empezó el negocio de artesanía, pero a su fallecimiento, el nieto tomó las riendas del proyecto. Se asoció con un grupo de artesanos y juntos crearon una cooperativa que les ha permitido llegar a un mercado más amplio.

El abuelo de Néstor fue quien empezó el negocio de artesanía, pero a su fallecimiento, el nieto tomó las riendas del proyecto. Se asoció con un grupo de artesanos y juntos crearon una cooperativa que les ha permitido llegar a un mercado más amplio.


Cuando estaba empezando el negocio, los ingresos que generaba eran escasos y precarios. Como cabeza de familia, se aseguraba de poder cuidar a su mujer e hijos, trabajando como cosechador de frutas.

Cuando estaba empezando el negocio, los ingresos que generaba eran escasos y precarios. Como cabeza de familia, se aseguraba de poder cuidar a su mujer e hijos, trabajando como cosechador de frutas.

Con la idea de tener otra fuente de ingresos, al emprendedor se le ocurrió vender verduras y frutas frescas. Para esto, tuvo que aprender a cultivar yuca, calabaza, mango, guava y guineo, entre otros.

Con la idea de tener otra fuente de ingresos, al emprendedor se le ocurrió vender verduras y frutas frescas. Para esto, tuvo que aprender a cultivar yuca, calabaza, mango, guava y guineo, entre otros.


Uno de los períodos más difíciles de su vida fue superar las enfermedades, y haber visto cómo miembros de su familia han pasado por lo mismo. Cuenta que uno de sus hijos tuvo que someterse a hasta cuatro operaciones.

Uno de los períodos más difíciles de su vida fue superar las enfermedades, y haber visto cómo miembros de su familia han pasado por lo mismo. Cuenta que uno de sus hijos tuvo que someterse a hasta cuatro operaciones.

A lo largo del tiempo, Néstor ha tenido que enfrentarse a temporadas de ventas bajas, acuerdos con terceros que no se cerraban, y otros imprevistos similares. Aun así nunca ha dejado de esforzarse y de trabajar para mantener a flote sus negocios.

A lo largo del tiempo, Néstor ha tenido que enfrentarse a temporadas de ventas bajas, acuerdos con terceros que no se cerraban, y otros imprevistos similares. Aun así nunca ha dejado de esforzarse y de trabajar para mantener a flote sus negocios.


“Ahora ya tengo una casa donde meterme cuando llueve”- Néstor Martínez

“Ahora ya tengo una casa donde meterme cuando llueve”- Néstor Martínez

Para este artesano, la familia es el motor de su vida, sobre todo desde que juntos tuvieron que superar el fallecimiento de su nieta. Valora la opinión de su mujer y sus hijos, y siempre les consulta antes de tomar cualquier decisión.

Para este artesano, la familia es el motor de su vida, sobre todo desde que juntos tuvieron que superar el fallecimiento de su nieta. Valora la opinión de su mujer y sus hijos, y siempre les consulta antes de tomar cualquier decisión.

Ahora, 12 años después de haber confeccionado artesanalmente su primer cesto, el número siete ya simboliza todas las etapas que ha ido superando y que le han traído un aumento de los ingresos del hogar, un mayor acceso a recursos financieros (crédito y ahorro), la capacidad de acumular activos y crear empleo, una mayor resiliencia ante imprevistos, y una mejor vida para su familia y para la comunidad en la que vive. Esta última, no solo se ha visto beneficiada por el trabajo que ofrece Néstor en sus negocios, sino que junto a otras 20 familias, han logrado que su comunidad tenga luz eléctrica, vital para iluminar los caminos por la noche. Igualmente, han conseguido agua potable, y hoy en día más de 80 hogares disfrutan de estos derechos.

Tanto ha sido su crecimiento, que sus esfuerzos no han pasado desapercibidos y ha sido reconocido por Premic, una iniciativa que reconoce el microemprendimiento. En su última edición, ha sido el segundo finalista al Premio Citi, Microempresa para el Desarrollo 2017-2018.

Visto el entusiasmo y el vigor de este emprendedor, está claro que aún le quedan muchos retos por vencer y muchas victorias por celebrar.

Karessa Ramos, Comunicación de la FMBBVA

HISTORIAS DE VIDA