Informe de Desempeño Social FMBBVA 2021

La Fundación Microfinanzas BBVA es la primera entidad privada que usa el Índice de Pobreza Multidimensional de Oxford para analizar la situación de los 2,8 millones de emprendedores a los que atiende en cinco países de América Latina para conocer mejor las carencias a las que se enfrentan y para diseñar propuestas de valor que mejoren sus condiciones de vida.

El Índice de Pobreza Multidimensional es un estándar adoptado por las Naciones Unidas que se ha impuesto a nivel internacional; más de 100 países usan esta metodología en sus estadísticas oficiales. Es una forma de medir la pobreza que complementa a la tradicional, que se basa en el nivel de ingresos. En la multidimensional, los elementos que se estudian reflejan los aspectos más estructurales de la pobreza.

El estudio realizado por la FMBBVA se basa en nueve indicadores que apuntan a tres dimensiones de la pobreza: educación, salud y vivienda. Se mide cuántos hogares tienen estas carencias y con qué intensidad. Son los que utilizan los países en sus estadísticas de pobreza multidimensional.

Las carencias más comunes en los hogares de estos emprendedores son el número de años de escolarización (que afecta al 42% de los hogares), el saneamiento (26%) y el acceso al agua (20%). Le siguen los materiales de la vivienda (19%) y el acceso a Internet (19%). Un 24% de los hogares tiene carencias en tres o más indicadores simultáneamente, lo que les define como pobres multidimensionales.

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«¿Cómo podemos impulsar el desarrollo sostenible a través de las finanzas inclusivas?, Sophie Sirtaine, CAGP CEO

En los últimos 15 años, el reconocimiento del papel esencial que desempeña la inclusión financiera en el desarrollo financiero y económico sostenible es cada vez mayor, tanto entre inversores como en el sector privado, los organismos internacionales y los bancos multilaterales de desarrollo. Hace diez años que la base de datos Global Findex del Banco Mundial hace un seguimiento del progreso en inclusión financiera y, aunque sus conclusiones más recientes indican una tendencia mundial positiva, existen desafíos persistentes que hay que abordar para aprovechar todo el potencial de las finanzas inclusivas.

Hoy, el 71% de los adultos en los países en desarrollo tienen una cuenta bancaria o de dinero móvil, frente al 63% en 2017. A pesar de esta ventana de optimismo, la dureza de la era de la pandemia y la guerra en Ucrania han ahondado la ralentización económica global. El Banco Mundial pronostica que, a este ritmo, cerca del 7% de la población mundial —casi 600 millones de personas— vivirá en la pobreza extrema en 2030. La intensificación del cambio climático para entonces es otra amenaza grave que podría sumar a 132 millones de personas más a este terrible escenario.

Garantizar que toda la sociedad, especialmente las personas más vulnerables del planeta, pueden aprovechar mejor las oportunidades económicas para mejorar su nivel de vida y poder resistir impactos financieros como los causados por el cambio climático, exigirá una voluntad global más decidida para promover unos servicios financieros responsables como vía hacia un mundo verde, resiliente e inclusivo. Para ello, tendremos que priorizar tres áreas:

  • Promover la inclusión financiera de la mujer en los programas de desarrollo. Aunque la brecha media entre hombres y mujeres en propiedad de cuentas (es decir, la brecha de género) ha bajado del 9% al 6% en las economías en desarrollo, aún siguen estando excluidas financieramente 742 millones de mujeres en el mundo. En América Latina y el Caribe, esta brecha sigue estancada en el 7% desde 2017, y aunque es mínima en Brasil y Argentina, alcanza el 11% en Bolivia, el 16% en El Salvador y el 20% en Honduras. Cuando las mujeres acceden a los servicios financieros, los utilizan y se benefician de ellos, tienen más capacidad para gestionar riesgos y aumentar las oportunidades económicas que contribuyen al bienestar de su familia y su comunidad. Según el FMI, la igualdad de género impulsa el crecimiento económico y mejora los resultados del desarrollo. Pero existen numerosas barreras para la inclusión financiera de la mujer y casi todas tienen sus raíces en normas sociales restrictivas. Para cerrar la brecha de género, son fundamentales esfuerzos más enérgicos y deliberados, no solo por parte de los responsables de formular políticas, sino también del sector privado. Algunos predican con el ejemplo, como Bancamía en Colombia y Banco FIE en Bolivia.
  • Garantizar que la digitalización desempeñe un papel mayor en la inclusión financiera. La digitalización contribuye a generar costes más bajos y un mayor acceso a la información. Pero a pesar del aumento de la adopción del dinero móvil, de los pagos de gobiernos a personas (G2P) y de otros pagos digitales que ha favorecido la pandemia, cientos de millones de adultos siguen recibiendo pagos en efectivo. En las economías en desarrollo, la brecha de género en las transacciones digitales de pago o cobro es de una media del 9%, y en América Latina y el Caribe, esta brecha ha aumentado del 6% en 2014 al 8% en 2021. El uso de pagos digitales facilita la transición a la economía digital, brindando nuevas oportunidades económicas a los agentes económicos , sino que también ayuda a las familias y pequeñas empresas a gestionar los impactos climáticos e invertir en un futuro verde. Las vías a la digitalización incluyen una mayor conectividad, la digitalización de servicios financieros y de pagos, la ampliación de las redes y el desarrollo de marcos de protección al consumidor, adecuados. El pago instantáneo y las reformas de la banca abierta implementadas recientemente por varios países de América Latina y el Caribe como Brasil, Colombia y Chile, son muy prometedores. Al igualar las condiciones con los bancos, están generando más competencia de las fintechs, los operadores de dinero móvil y otros proveedores de servicios financieros, lo que reduce los costes de estos servicios y ofrece oportunidades para impulsar las rutas de datos digitales y bancarizar a los no bancarizados.
  • Diseñar productos financieros inclusivos centrados en resultados para el desarrollo. Dada la intensificación de los impactos y las tensiones globales que afectan más a las personas pobres y vulnerables, no basta con centrarse en el acceso y el uso de servicios financieros. Es necesario redefinir nuestros objetivos, como sector de inclusión financiera, en función de los resultados que intentamos alcanzar y diseñar nuestros productos y nuestras intervenciones teniendo en mente estos resultados. Por ejemplo, en lugar de centrarnos simplemente en establecer sistemas G2P eficientes que proporcionen acceso a las transferencias del gobierno, debemos cambiar nuestro enfoque para garantizar que los más vulnerables pueden hacer frente a los mayores impactos que afrontan y adaptarse a ellos, incluido el cambio climático, y diseñar sistemas G2P que sean herramientas valiosas de protección social, que potencien la resiliencia climática. Para respaldar esta nueva orientación, deberíamos desarrollar nuevas métricas para nuestro trabajo y para el sector que midan el éxito en función de estos resultados, y por ende, usarlas para diseñar nuestras intervenciones.

El progreso hacia estas tres esferas prioritarias no será fácil. El éxito dependerá de una estrecha colaboración entre los miembros de la comunidad de la inclusión financiera y otras partes interesadas, quizá ahora más que nunca. Pero las voces a favor del desarrollo sostenible suenan cada vez más alto, por lo que soy optimista y creo que el poder de las finanzas inclusivas puede encauzarse para alcanzar objetivos de desarrollo sostenible amplios.




15 años construyendo sueños

En sus 15 años de actividad apoyando el progreso y la inclusión en América Latina, las entidades de la FMBBVA han entregado 18.000 millones de dólares en créditos a más de 6 millones de emprendedores con escasos recursos económicos.

La labor de la Fundación ha obtenido destacados reconocimientos a nivel mundial. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) la ha vuelto a destacar, por tercer año consecutivo, como la primera fundación en contribución al desarrollo en América Latina y la segunda del mundo.

Su representación institucional es una de sus fortalezas. La FMBBVA participa e interviene en los actos, reuniones y conferencias más relevantes a nivel nacional e internacional. Cuenta con expertos en materias como empoderamiento de la mujer, medición de impacto social, inclusión financiera, gobierno corporativo, etc, que la sitúan entre los actores más destacados del mundo del desarrollo.

Hitos FMBBVA 2007 a 2022

La FMBBVA ha editado un libro digital que recopila los principales hitos y reconocimientos en sus 15 años de trayectoria.

 

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Michelle Muschett, Subsecretaria General, Administradora Adjunta y Directora Regional para América Latina y el Caribe del PNUD

Michelle Muschett fue nombrada Subsecretaria General, Administradora Adjunta y Directora Regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en noviembre de 2022.

Es especialista en política social y desarrollo global con experiencia multisectorial en posiciones de liderazgo. Antes de unirse al PNUD, se desempeñó como Asesora Principal de Políticas Públicas y Directora Ejecutiva de Educación para la Iniciativa de Desarrollo Humano y Pobreza de Oxford, asesorando a gobiernos y formuladores de políticas de África, Asia y América Latina en sus esfuerzos para abordar la pobreza multidimensional. 

Fue también asesora principal de políticas y estrategias para el Grupo del Cuarto Sector, y brindó orientación para movilizar el liderazgo y la acción colectivos para escalar los modelos comerciales y aprovechar la financiación del desarrollo para acelerar la transición hacia sistemas económicos más inclusivos, sostenibles y resilientes a nivel mundial.

En el sector público, Muschett ocupó el cargo de Viceministra y Ministra de Desarrollo Social de Panamá. Durante su gestión lideró el proceso de elaboración del primer Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) nacional; la creación del primer IPM de Infancia en la región de América Latina; y la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible a nivel nacional a través de la participación ciudadana y alianzas estratégicas. También presidió el Consejo Nacional de Concertación para el Desarrollo, un espacio de diálogo legalmente establecido que busca generar consenso entre múltiples sectores de la sociedad en torno a las prioridades nacionales de desarrollo.

Muschett tiene maestrías en Administración Pública de la Universidad de Cornell, Estados Unidos; Derecho Comercial de la Universidad Externado de Colombia, Colombia; y Gestión de Proyectos Patrimoniales y Culturales del Instituto de Arte y Restauración Palazzo Spinelli, Italia. Habla español, inglés e italiano.

En este número de la revista Progreso, señala los retos y desafíos a los que se enfrenta América Latina y el Caribe, la necesidad de seguir trabajando para lograr el cumplimiento de los ODS y la aportación de las alianzas público-privadas para conseguir un mundo más inclusivo

 

  • En tu opinión, en los últimos 15 años, ¿cuál ha sido el paso más significativo, más catalizador para el avance del desarrollo sostenible? 

En mi opinión, el paso más significativo en términos de desarrollo en los últimos 15 años es haber alcanzado un consenso global en torno al hecho de que el desarrollo, si no sostenible, no es desarrollo, y que, para alcanzarlo, se requiere del esfuerzo concertado de todos los sectores de la sociedad. Esto implica el reconocimiento de que no basta con crecer, si este crecimiento no es inclusivo y no considera el impacto en el planeta. Si bien el ingreso es un medio importante, no es una aproximación suficiente del progreso. Lo anterior se ha traducido en la generación de métricas multidimensionales de pobreza y bienestar que integran salud, educación, trabajo, vivienda, entre otras dimensiones no monetarias del bienestar, las cuales están siendo adoptadas por un número creciente de gobiernos, empresas y ONG alrededor del mundo.   

Este consenso global se ve reflejado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) diseñados y adoptados por todos los Estados que integran las Naciones Unidas en el 2015 como un llamamiento universal para poner fin a la pobreza en todas sus formas y dimensiones, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad.

  • En el contexto actual con una economía global tan inestable, los expertos advierten que, en 2030, podría haber hasta mil millones de personas en pobreza extrema lo que impediría el cumplimiento de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sin duda los próximos siete años serán importantes, pero ¿crees que estamos en un punto de inflexión y podemos reconducir los esfuerzos para cumplir estos objetivos a tiempo?

Cuando los países que integran las Naciones Unidas diseñaron y se comprometieron con el cumplimiento de los ODS al 2030, no existía entre los supuestos que una pandemia azotaría al mundo en el 2019, generando por primera vez en 30 años un retroceso significativo en términos de desarrollo humano.  A esto, se suman los efectos de la crisis mundial del costo de vida, intensificada por la guerra en Ucrania, lo que está empujando vertiginosamente a millones de personas a la pobreza, afectando desproporcionadamente a América Latina y el Caribe, la cual a su vez experimenta una crisis de gobernanza sin precedentes. 

 Ante este contexto, los ODS como hoja de ruta cobran aún mayor relevancia. Sin embargo, si algo está claro en el caso de América Latina y el Caribe, es que más de lo mismo no será suficiente para reconducir los esfuerzos hacia el cumplimiento de los ODS. La región demanda soluciones innovadoras que den paso a una nueva generación de políticas públicas que apuesten por la creación de sociedades más resilientes, inclusivas y productivas, que descansen sobre una gobernanza efectiva. Es importante tener en cuenta que esta transformación no es tarea exclusiva de los gobiernos, sino que requiere un esfuerzo coordinado por parte de empresas, organizaciones no gubernamentales, organismos multilaterales, la academia y la ciudadanía en general.

  • ¿Dónde se están viendo los mayores avances? 

La pandemia llevó a muchos países de América Latina y el Caribe a fortalecer sus sistemas de protección social para estar mejor preparados para el futuro.  Las múltiples crisis han demostrado la importancia de contar con registros sociales robustos para la construcción de sistemas de protección social para dar pie a sociedades más resilientes, y cómo estos deben estar en el centro de las estrategias de desarrollo sostenible que tomen en cuenta la nueva matriz de riesgo que enfrentan los países. Durante la pandemia del COVID-19, los países con registros sólidos pudieron responder rápidamente a la crisis ampliando el alcance de sus programas de emergencia o encontrando soluciones innovadoras. El foco hacia el futuro debe estar en consolidar un nuevo contrato social que garantice sistemas de protección social universales, inclusivos y fiscalmente sostenibles a través de políticas y servicios de atención integral. 

  • En tu etapa como directora ejecutiva de Educación de la Iniciativa sobre Pobreza y Desarrollo Humano de Oxford (OPHI) has asesorado a gobiernos y responsables políticos de África, Asia y América Latina en sus esfuerzos por abordar la pobreza multidimensional. Para los que no conocen el Índice de la Pobreza Multidimensional, ¿cómo resumirías este modelo de medición?. 

El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), lanzado en el 2010 conjuntamente por OPHI y PNUD como parte del Informe sobre Desarrollo Humano, es un instrumento que busca comprender y abordar la pobreza desde una perspectiva más completa y precisa, en lugar de enfocarse en el ingreso como único factor.  Es como un lente de alta resolución que captura las múltiples privaciones en materia de salud, educación y niveles de vida que afectan simultáneamente la vida de las personas, permitiendo identificar no solo quiénes se encuentran en condiciones de pobreza, sino cómo su composición e intensidad varía entre los distintos grupos poblacionales.  Esto convierte al IPM en una poderosa herramienta de política pública adoptada por un número creciente de Estados alrededor del mundo como medida oficial de pobreza, la cual complementa a las establecidas por ingreso. Su flexibilidad permite a los Estados ajustar el diseño de sus IPMs nacionales a las necesidades y prioridades específicas de cada país. América Latina y el Caribe ha sido la región pionera en la adopción del IPM y en su uso para la planificación, diseño, focalización, implementación y monitoreo de políticas públicas.

En los últimos años, el uso del IPM ha trascendido la esfera de los gobiernos para ser también utilizado por empresas y organizaciones sin fines de lucro para comprender las privaciones que afectan a sus colaboradores, clientes y beneficiarios y a partir de ahí, diseñar programas e iniciativas encaminadas a promover bienestar con un enfoque multidimensional. 

  • Teniendo en cuenta los indicadores más importantes que miden: vivienda, educación, y salud, en rasgos generales, ¿cómo se ven afectados los más pobres por estas carencias?

Según el Índice de Pobreza Multidimensional Global 2022, en América Latina y el Caribe, 37 millones de personas viven en situación de pobreza multidimensional, equivalente al 2.7% de la población. De ellos, 1.7% corresponde a personas en situación de pobreza multidimensional extrema. El IPM global además presenta los “perfiles de carencias”, donde vemos una diferencia considerable entre las zonas urbanas y las rurales, y un alarmante contraste según la edad: 1 de cada 7 adultos y 1 de cada 3 niños viven en condiciones de pobreza multidimensional. 

  • ¿Y en América Latina? ¿Cuál es el mayor reto o desafío? 

Actualmente, uno de los mayores retos son las crisis superpuestas que la región está experimentado como el resultado de una combinación de condiciones estructurales e institucionales preexistentes y factores externos fuera del control de la región. Abordar estos problemas requerirá un enfoque multifacético que considere las dimensiones política, social y económica de las crisis. Esto requerirá la cooperación entre los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado para abordar los desafíos subyacentes y construir un futuro más resiliente y equitativo para la región.

Sin embargo, estos retos también presentan oportunidades. La pandemia significó un gran salto en lo que se refiere a la protección social, en el avance de las tecnologías digitales, en repensar el contrato social y en la alineación de esfuerzos públicos y privados en favor del desarrollo sostenible. Las oportunidades existen; depende de todos nosotros el enfocarlas en construir sociedades más inclusivas, resilientes y sostenibles.

  • ¿Qué papel juega la medición y los datos en el diseño de estrategias, políticas e iniciativas para combatir desigualdades?   

Las mediciones y los datos estadísticos proveen información confiable indispensable para la toma de decisiones basadas en la evidencia, tanto en lo público como en lo privado. Tomemos nuevamente como ejemplo el Índice de Pobreza Multidimensional. Más allá de ser una estadística oficial de pobreza y mejorar nuestra comprensión sobre la misma, su implementación tiene numerosas externalidades positivas. En primer lugar, mejora la coordinación entre sectores y niveles de gobierno. El IPM actúa como una herramienta de coordinación de políticas, promoviendo la alineación de esfuerzos hacia un objetivo común y permitiendo la coordinación entre sectores y niveles subnacionales. También es utilizado para mejorar las decisiones de asignación presupuestaria según el sector y la región. En segundo lugar, el IPM fomenta la recopilación y utilización de datos para informar las políticas sociales, lo que conduce a una mejor focalización. Finalmente, el IPM fomenta la rendición de cuentas del gobierno al promover la transparencia y medición del progreso hacia las metas definidas a través de datos transparentes y actualizados. Todas estas aplicaciones se han trasladado también al sector empresarial y a las ONG, lo que permite alinear esfuerzos dirigidos a no dejar a nadie atrás.

  • Existe el concepto de la canasta básica digital y OPHI ha empezado a medir la pobreza digital en algunos países ¿qué significa exactamente este concepto? y ¿cómo podemos lograr que todos tengan esta canasta básica? 

La pobreza digital, también conocida como brecha digital, es la falta de acceso a la tecnología e Internet, lo que crea disparidades y dificulta la capacidad de las personas o comunidades para participar plenamente en la economía digital y aprovechar las oportunidades que ofrece. La pandemia destacó la importancia del acceso a las tecnologías digitales en términos del bienestar de las personas, particularmente en América Latina y el Caribe. A pesar de los avances en la cobertura de banda ancha y la propiedad de teléfonos móviles, muchas personas aún enfrentan un acceso limitado a herramientas, conocimientos y oportunidades digitales, lo que genera una desigualdad digital, especialmente en zonas rurales. 

Los actores del sector público y privado han realizado esfuerzos para mejorar el acceso digital y la inclusión en América Latina y el Caribe, pero se necesita hacer más para garantizar que todas las personas tengan la oportunidad de acceder y usar las tecnologías digitales en maneras que expandan sus libertades. La pandemia ha mostrado la profundización de las habilidades digitales y la actualización de las herramientas digitales, y está creciendo un consenso en torno a la idea de que la digitalización inclusiva debe ser una prioridad pública. En el PNUD, por ejemplo, estamos trabajando con pequeñas y medianas empresas a través de capacitaciones digitales que les permitan mayor eficiencia y productividad en sus negocios. La idea es apoyar a que los empresarios realmente puedan acceder a las oportunidades que las herramientas digitales proveen, para así mejorar sus ingresos y niveles de vida. #EnMarchaDigital es un programa de capacitación que se ha implementado en más de doce países de la región. 

  • En este ámbito, ¿cuál sería la fórmula para que el sector público y privado trabajen juntos y multipliquen su impacto? 

Creo que la colaboración entre sectores es indispensable para alcanzar un modelo de desarrollo sostenible. Para el sector privado, la inversión social, además de un compromiso con el crecimiento y el bienestar, es una buena estrategia de negocio que permite impulsar la sostenibilidad de las actividades económicas. Las decisiones que se tomen hoy darán forma a la sostenibilidad de las sociedades e impactarán en el cumplimiento de los ODS. Esto requiere políticas, estrategias y modelos de negocios innovadores que generen bienestar social y ambiental, al tiempo que promuevan el crecimiento económico con transparencia y legitimidad.    

Para lograr estos objetivos, es imperativo que los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y las comunidades trabajen juntos para crear nuevos acuerdos. Estos acuerdos deben basarse en los principios de transparencia, rendición de cuentas y colaboración, y centrarse en encontrar soluciones que sean sostenibles y equitativas. La colaboración es clave para encontrar enfoques innovadores para los desafíos que enfrentan las sociedades y las comunidades y garantizar que el proceso de recuperación a largo plazo sea inclusivo y beneficioso para todos.

  • ¿Y un ejemplo de buenas prácticas?  

Un primer ejemplo es el Sello de Género del PNUD, que trabaja con empresas para cerrar las persistentes brechas de género en los lugares de trabajo. Este programa brinda herramientas, asesoría y criterios de evaluación específicos a fin de garantizar una implementación y certificación favorables. Para las empresas, la certificación del Sello de Igualdad de Género respalda un lugar de trabajo más eficiente y equitativo, y contribuye al fomento de la igualdad de género y al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Otro buen ejemplo, es el rol del sector privado en los esfuerzos de digitalización inclusiva, especialmente durante la pandemia. El sector privado actuó como un “first responder” y socio crítico en esta área en la respuesta a la pandemia de COVID-19. Al inicio de la crisis, ante el cierre de escuelas, la mayoría de los países en la región pusieron en marcha con estrecha colaboración del sector privado para mejorar el acceso a la banda ancha en todo el territorio. Si bien los esfuerzos hacia la conectividad y la digitalización han estado en curso en la región durante décadas, estos se han agilizado como respuesta a la crisis y han estado impulsados principalmente por el sector privado.

  • Mirando hacia el futuro, y por qué no a los próximos 15 años, y por cerrar un poco como comenzamos: ¿cuáles son las prioridades del PNUD?, ¿qué iniciativas o avances creen que van a tener más impacto sobre el desarrollo sostenible.

Para alcanzar las sociedades que queremos necesitamos invertir en tres grandes transformaciones: productiva, de inclusión y de resiliencia. Estas transformaciones tienen que estar acompañadas de una gobernanza efectiva. 

La financiación para el desarrollo es un aspecto crucial para alcanzar los ODS. El tema no es que el mundo no tenga suficiente dinero, sino dónde se invierte y quién se beneficia o no. La emisión de deuda sostenible presenta numerosas oportunidades de financiación para el desarrollo. Instrumentos novedosos como son el Bono ODS de México, o el Bono sostenible de Uruguay, ambos apoyados por el PNUD, pueden tener un impacto multiplicador en las sociedades y son iniciativas que  pueden tener un gran impacto sobre el desarrollo sostenible.  

Otra área de gran impacto será la innovación para el desarrollo. El mundo cada vez más se enfrenta a problemas más complejos, que requieren de soluciones innovadoras, de nuevas formas de abordar los temas y de mayor capacidad para entender la interconexión entre factores. Es por eso por lo que el PNUD, está apostando por la innovación. En América Latina y el Caribe, por ejemplo, contamos con 15 Laboratorios de aceleración que constantemente exploran, mapean y experimentan con soluciones innovadoras a problemas difíciles. 

 

 




La FMBBVA reúne a actores del sector del desarrollo para conmemorar sus 15 años de actividad

La Fundación Microfinanzas celebró su 15 aniversario con un acto, presidido por S.M. la Reina como presidenta de honor, que ha contado los principales logros a lo largo de este tiempo. El más importante: haber ayudado a millones de personas en América Latina a mejorar sus vidas

Un acto en el que se ha hablado de los desafíos a los que se enfrenta: el aumento de las desigualdades, de la brecha de género, de la digital, de la social y de la económica. Retos que sirven para poner en práctica todo lo aprendido de los auténticos protagonistas, los emprendedores, cuya vulnerabilidad no les ha impedido en este tiempo ser ejemplo e inspiración para todos nosotros.

Además de S.M. la Reina, también participaron:

En este acto se presentó el documental Después de la lluvia, que narra la historia de tres familias colombianas atendidas por la FMBBVA y sus hijas. Está dirigido por Ofelia de Pablo y Javier Zurita.

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Un ejemplo de cómo las microfinanzas mejoran las vidas de familias de escasos recursos

Después de la lluvia es el evocador título del documental que la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA) ha presentado por su 15 aniversario. Un ejemplo de que aunque lluevan obstáculos, con esfuerzo y trabajo duro se consigue que escampe, y que muestra algunos de los desafíos de nuestro tiempo, como apostar por el desarrollo rural, luchar contra el cambio climático o superar la violencia y el maltrato. 

Blanca, Luis y Olga son tres emprendedores colombianos a los que atiende la FMBBVA. Representan a los luchadores que han hecho frente a las dificultades para sacar adelante pequeños negocios con los que están consiguiendo mejorar su calidad de vida y la de sus familias.

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Carlos Torres Vila, en Davos: ”La Fundación Microfinanzas BBVA ha impactado en la vida de más de 10 millones de personas en los últimos dos años”

El presidente de BBVA, Carlos Torres Vila, señalaba en el Foro Económico Mundial de Davos que en los dos últimos años «el impacto de la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA) alcanza más de 10 millones de personas de comunidades desfavorecidas”. Torres hacía este anuncio durante su intervención en la reunión anual de EDISON, alianza promovida por dicho Foro para acelerar el acceso de todas las personas a la digitalización, con foco en inclusión financiera, educación y salud.

Desde 2021, la FMBBVA ha atendido a través de sus instituciones de microfinanzas a 3,3 millones de emprendedores con escasos recursos en cinco países de América Latina y ha desembolsado más de 2.300 millones de euros para financiar el progreso de estos emprendedores y el de sus familias; incluyéndolas el impacto alcanza a 10,9 millones de personas. Carlos Torres explicaba, además, que la mayoría de estos emprendedores son mujeres, 1,9 millones (el 58%). También ha destacado la importancia de apoyarlas, ya que sufren mayores niveles de vulnerabilidad y contribuyen más y mejor al bienestar de sus familias.

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Autonomía económica e inclusión digital de las emprendedoras

La FMBBVA impulsa  servicios financieros con enfoque de género. Diseñar productos específicos para las necesidades de las emprendedoras, como créditos rurales o grupales, microseguros de salud (de maternidad, oncológicos o de asistencia sanitaria) créditos educativos o de mejora de la vivienda es clave para que sus negocios progresen y para garantizar su cobertura social y la de sus familias.

A la precariedad laboral y a la “pobreza de tiempo” que sufren las mujeres por la carga de trabajo doméstico y de cuidados, se suma la brecha digital motivada por la falta de recursos económicos y de habilidades digitales. Otros condicionantes, como preocupaciones sobre la seguridad a la hora de usar la tecnología o la propia disponibilidad de los dispositivos aumentan la brecha digital.

“Uno de nuestros objetivos es fomentar su mayor digitalización y uso de internet en sus negocios con el fin de que puedan incrementar sus niveles de ventas e ingresos. Porque además de ofrecer financiación a las emprendedoras, buscamos el fortalecimiento de sus negocios y su mayor bienestar personal y familiar”, explicaba Laura Fernández Lord, responsable de Sostenibilidad y Mujer de la  FMBBVA, en el acto Acelerando la autonomía económica y la inclusión digital de la mujer emprendedoracelebrado en el marco de la celebración del Día de la mujer emprendedora a iniciativa de Microserfin, entidad panameña de la FMBBVA y ONU Mujeres.

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Becas universitarias para hijos de emprendedores de la FMBBVA en Perú y Colombia

Es necesario adoptar medidas para mejorar la calidad de la escolarización, especialmente para los niños que viven en la pobreza y en los hogares de bajos ingresos. Sin intervenciones para mejorar su calidad de escolaridad, el ciclo de la pobreza intergeneracional continuará.

Las becas que la FMBBVA entrega en Colombia y en Perú DIME permiten que hijos de emprendedores vulnerables accedan a estudios universitarios. 

Las becas para estudiantes colombianos ya llevan tres ediciones, y en Perú se convocaron por primera vez en 2022

 




Reforma del régimen tributario y su impacto en las microfinanzas

A finales de diciembre de 2022, se aprobó en Colombia la Ley 2277, por medio de la cual se adopta una reforma tributaria para la igualdad y la justicia social y se dictan otras disposiciones.

Su objetivo fundamental es adoptar una reforma tributaria que contribuya “a la equidad, progresividad y eficiencia del sistema impositivo, a partir de la implementación de un conjunto de medidas dirigidas a fortalecer la tributación de los sujetos con mayor capacidad contributiva, robustecer los ingresos del Estado, reforzar la lucha contra la evasión, el abuso y la elusión, y promover el mejoramiento de la salud pública y el medio ambiente”.

Microfinanzas - Revista Progreso FMBBVA

Impacto en el sector de microfinanzas

Entre las medidas más relevantes que pueden tener impacto en las entidades y el sector de las microfinanzas destacar las siguientes:

  • Se establece una sobretasa del 5% para las entidades financieras, aseguradoras y comisionistas del mercado de valores por el período de 2023 a 2027 y que obtengan una renta gravable superior a 120.000 UVT 0 COP$5.000 millones. Para estas entidades se mantiene la tasa actual del impuesto sobre la renta para personas jurídicas en el 35%, por lo que el total asciende al 40%.
  • Se incrementa la tarifa de ganancias ocasionales, tanto para personas naturales como jurídicas (residentes y no residentes fiscales), al 15% frente al 10% anterior.
  • Se contempla un impuesto permanente al patrimonio, con un esquema de tarifas marginales en función del valor del patrimonio (se cobra a partir de patrimonios de más de 3.000 millones de pesos) y se recogen reglas especiales para determinar la base gravable de este impuesto, como en el caso de acciones o cuotas de interés social y para “emprendimientos” o “sociedades emergentes innovadoras”.
  • Se modifica la tarifa especial para dividendos o participaciones recibidas por personas naturales residentes, no residentes, sociedades y entidades extranjeras.
  • Se determina un control sobre operaciones y montos exentos del gravamen a los movimientos financieros por parte de entidades vigiladas por la Superintendencia Financiera de Colombia que administren o en las que se abran cuentas de ahorro depósitos electrónicos. El control entrará a regir cuando se desarrolle el sistema de información correspondiente.



Prestación de servicios financieros a través de medios tecnológicos

El pasado 22 de diciembre de 2022 fue promulgada en Chile la conocida como “Ley Fintech”, con el objeto de establecer un marco general para incentivar la prestación de servicios financieros a través de medios tecnológicos y, en concreto, favorecer: la inclusión e innovación financiera, la promoción de la competencia, la protección al cliente financiero, el adecuado resguardo de los datos tratados, la preservación de la integridad y estabilidad financiera, y la prevención del lavado de activos y financiamiento del narcotráfico y del terrorismo.

Servicios financieros

Entre los servicios que regula la Ley Fintech, destacan los siguientes:

  • Plataformas de financiamiento colectivo
  • Sistemas alternativos de transacción
  • Asesoría crediticia y de inversión
  • Custodia de instrumentos financieros
  • Enrutamiento de órdenes e intermediación de instrumentos financieros

Autoridad de supervisión

La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) es la autoridad encargada de la autorización de los prestadores de estos servicios, así como de fiscalizar las actividades y de su registro. Entre las facultades que se le otorgan, la CMF podrá exigir garantías y/o patrimonio mínimo a quienes presten servicios regulados, dependiendo de su volumen de negocios o número de clientes.

La CMF también deberá establecer, mediante norma de carácter general, los estándares de gobierno corporativo y gestión de riesgos, incluyendo aspectos de ciberseguridad y seguridad de información, que permitirán a las entidades registradas diseñar, aprobar e implementar políticas, procedimientos y controles que compatibilicen su viabilidad económica-financiera con su capacidad de contar con respuestas estratégicas idóneas para los riesgos inherentes a sus líneas de negocios.

Sistema de Finanzas Abiertas

La Ley crea un Sistema de Finanzas Abiertas, estableciendo reglas que obligan a ciertos prestadores de servicios a compartir información de clientes cuando estos así lo hayan consentido para recibir mejores ofertas de servicios y productos financieros, lo que se hará conforme a elevados estándares de protección de datos personales y bajo exigencias de seguridad definidas por la CMF, que deberán cumplir esos prestadores para intercambiar esa información. Todo ello para promover la competencia e inclusión financiera.

Entrada en vigor y reformas aplicables

Entre las reformas que entran a regir el 3 de febrero de este año -fecha de entrada en vigor de la ley-, ya sea porque no requieren de normativa de la CMF o porque la ley no establece ninguna norma transitoria particular, sabe destacar las siguientes:  

  • Obligación de las empresas fintech, los bancos, las compañías de seguros, los intermediarios de valores, los corredores de bolsas de productos y las administradoras de fondos mutuos y de inversión, entre otras, de ofrecer productos acordes a las necesidades, expectativas y disposición al riesgo que sus clientes.
  • Prohibición de dichas entidades a inducir a error o causar confusión al público en la información, propaganda o publicidad que hagan para ofrecer sus productos o servicios financieros.
  • Posibilidad de los corredores de bolsas de productos de transar directamente en las bolsas de valores. Los intermediarios de valores podrán transar directamente en bolsas de productos.
  • Fin a la prohibición que tenían las bolsas de negociar diariamente acciones de sociedades anónimas cerradas.
  • Aumento en el número de accionistas con obligación de inscribir sus acciones en el Registro de Valores para sociedades anónimas por acciones y en comanditas, pasando de 500 a 2.000 accionistas.
  • Eliminación de la necesidad de aprobación de la CMF para los aumentos de capital que se hagan en efectivo en las sociedades anónimas especiales (esto es, aquellas que requieren autorización de existencia).
  • Posibilidad de que las sociedades de apoyo al giro bancario ofrezcan sus servicios a emisores y operadores de medios de pago; teniendo en cuenta que la negativa de abrirle cuentas corrientes a estos emisores y operadores por parte de los bancos, o el cierre de las mismas, deberá sostenerse en condiciones públicas, objetivas y no discriminatorias e informadas a la CMF.
  • Supresión de la obligación de inscribir al emisor, junto al valor, para hacer una oferta pública de valores.

 




Nuevas medidas para la protección al consumidor

El pasado 13 de diciembre de 2022 se publicó en Chile el Reglamento que regula la mediación, conciliación y arbitraje en materia de consumo, que tiene como objetivo la protección al consumidor en general y, en concreto, al consumidor de productos financieros.

Principios fundamentales

El Reglamento, que entrará en vigor transcurridos seis meses desde su publicación en el Diario Oficial, es decir, el día 13 de junio de 2023, se basa en los siguientes principios fundamentales:

  • Voluntariedad de las partes a someterse al proceso
  • Gratuidad
  • Indemnidad del consumidor
  • Economía procesal
  •  Publicidad
  • Buena fe
  •  Imparcialidad
  •  Desformalización
  • Acceso a la información

Protección consumidor - Revista Progreso FMBBVA

Mecanismos para la solución de controversias

Recoge que, en todo caso y previamente a la contratación, los proveedores deberán informar si disponen alguno de los mecanismos para la solución de controversias, quejas o reclamaciones de consumo. Esta información deberá estar disponible, de forma clara y destacada, tanto en tiendas físicas como en sitios web, así como en los contratos que suscriban con los consumidores.

Consentimiento del consumidor

Por otro lado, contempla que el consentimiento del consumidor para dar inicio a dichos mecanismos deberá prestarse por escrito o por cualquier medio tecnológico apto para reproducir dicho consentimiento escrito. Así, y en línea con el principio de voluntariedad, en ningún caso se podrá exigir u obligar al consumidor a someterse a los mecanismos como requisito para contratar.

Una vez manifestado el consentimiento, el Reglamento se remite a la Ley N°19.496 sobre Protección de los Derechos de los Consumidores para la designación del tercero imparcial que resuelva el conflicto.

Aclara, no obstante, que los acuerdos de las partes -como la decisión del árbitro- deberán estar razonablemente fundados, especialmente respecto de los alcances de la solución sobre la relación de consumo que dio origen a la queja, reclamo o controversia. Además, el resultado de la solución de controversia será jurídicamente vinculante para las partes, por lo que, en caso de incumplimiento del acuerdo o laudo, el consumidor podrá exigir su cumplimiento forzado de conformidad con las reglas generales.

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Refuerzo de la buena gobernanza: diversidad e información no financiera

Con el objetivo de seguir fomentando la buena gobernanza en las compañías, la Unión Europea publicó el pasado año dos directivas: Directiva 2022/2381, relativa a la obligatoriedad de la presencia femenina en los consejos de administración, y la Directiva 2022/2464 o Directiva CSRD, en relación al reporte de información en materia de ESG.

Directiva 2022/2381

Cuotas femeninas obligatorias

La Directiva 2022/2831, publicada en noviembre de 2022, abandona la mera recomendación y pasa a exigir, por primera vez, que los Estados miembros regulen en su legislación la obligación de contar con cuotas femeninas mínimas en los consejos de administración de las sociedades cotizadas.

Así, antes del 30 de junio de 2026, las compañías deberán tener un mínimo del 40% de mujeres de entre sus consejeros no ejecutivos, o bien del 33% sobre el total de consejeros. Aquellas sociedades que incumplan la exigencia del 33% anterior, deberán fijar objetivos cuantitativos individuales para mejorar el equilibrio de género antes del 30 de junio de 2026.

Proceso de selección

Por otra parte, la Directiva regula ciertos aspectos de los procesos de selección de consejeros para tratar de garantizar la imparcialidad y el fomento de la diversidad de género. En concreto, recoge que, si hubiera aspirantes igualmente capacitados, se debería dar prioridad a los del sexo menos representado, salvo que se determine, excepcionalmente y tras un análisis objetivo e individualizado, que existen “motivos de rango jurídico superior” para no hacerlo.

Además, confiere a los candidatos examinados no seleccionados la facultad de solicitar información a la sociedad sobre: i) en qué criterios de capacitación se ha basado la selección; ii) la comparación objetiva de candidatos conforme a dichos criterios, y iii) en su caso, las consideraciones que, con carácter excepcional, se tuvieron en cuenta en favor del candidato que no pertenecía al sexo menos representado.

Suspensión en caso de cumplimiento de determinados requisitos

La Directiva, que entró en vigor el 27 de diciembre de 2022, deberá incorporarse al Derecho español antes del 28 de diciembre de 2024. No obstante, antes del 27 de diciembre de 2022, los Estados miembros podrían suspender algunas de las medidas clave si, entre otros, las mujeres representan, al menos, el 30% de los consejeros no ejecutivos, o el 25% del total de miembros del consejo de administración.

Directiva 2022/2464

Reporte de información sobre ESG

La Directiva 2022/2464 o Directiva CSRD, publicada el 14 de diciembre de 2022, modifica la Directiva de divulgación de información no financiera (2014/95/UE), la Directiva de Auditoría (2006/34/CE) y la Directiva de Transparencia (2004/19/CE), y tiene como objetivo modificar las deficiencias detectadas en los reportes de información no financiera, ampliar los sujetos obligados a informar sobre cuestiones ESG y promover prácticas de auditoría eficaces para garantizar la fiabilidad de los datos y evitar el blanqueo ecológico.

Todo ello, con el fin último de lograr, con el tiempo, equiparar este reporte de información ESG con el reporte de la información financiera, permitiendo al público acceder a datos fiables y comparables.

Estándares comunes de reporte

La Directiva recoge que será obligatorio utilizar unos estándares comunes en el reporte de la información no financiera, que serán más sencillos para las PYMES, y que desarrollará la Comisión Europea a partir del trabajo técnico realizado por el EFRAG (Grupo Consultivo Europeo en materia de Información Financiera).

Formato digital

La información deberá reportarse utilizando las clasificaciones comunes y métricas desarrolladas en la taxonomía y las herramientas de inversión; y todo utilizando un formato digital que permita que los datos puedan cargarse en el ESAP: el punto único de acceso de información financiera y no financiera de las compañías de la UE.

Además, se tendrá que contar con la verificación por parte de un tercero independiente, que deberá pronunciarse sobre: la conformidad con las normas de reporte previstas en el Derecho de la Unión Europea; el proceso llevado a cabo para elaborar la información presentada con arreglo a dichas normas; la observancia del requisito de marcar la referida presentación de información para poder cargarla en el ESAP; el cumplimiento de los requisitos de reporte previstos en el art. 8 del Reglamento de Taxonomía.

Entrada de vigor

La tipología de las empresas determinará la fecha en que quedarán obligadas a informar conforme a lo previsto en la Directiva CSRD. Entre las primeras en hacerlo estarán las sociedades cotizadas en 2025, respecto del ejercicio 2024.




Datos biométricos de usuarios financieros

La Superintendencia de Bancos de República Dominicana emitió el pasado mes de noviembre de 2022 la Circular 017/22, con el fin de regular la posibilidad de que las entidades de intermediación financiera utilicen los datos biométricos de los usuarios financieros para validar su identidad, como parte del proceso de debida diligencia.

Consentimiento de los interesados

Lo recogido en el párrafo anterior se permitirá siempre y cuando las entidades obtengan el consentimiento de los usuarios, debiendo informarles sobre la finalidad del uso de la herramienta informática empleada para la recogida.

Así, solo se podrán utilizar dichos datos biométricos para la finalidad para la que se recogieron y siempre que el titular de los mismos haya dado su consentimiento informado y expreso.

Validación de la identidad

La circular recoge asimismo que las entidades deberán garantizar a los usuarios financieros que en el proceso de validación de identidad mediante uso de datos biométricos no se comprometen sus datos personales ni su privacidad. Adicionalmente, les prohíbe almacenar, divulgar ni vender dicha información a terceros ni a empresas vinculadas.

Establece que el proceso de validación biométrica deberá seguir las mejores prácticas y tener en cuenta, específicamente, los principios de transparencia y de trato equitativo, no discriminatorio o abusivo; de tal manera que, en caso de que el usuario no otorgue su consentimiento, esto no suponga un impedimento para que pueda hacer uso de sus productos y servicios financieros en la forma en que fueron contratados previamente.

Además, para los casos en que los usuarios se nieguen a la captura de sus datos biométricos para realizar transacciones presenciales en las sucursales de las entidades, se indica que las mismas deberán contar con un protocolo de mecanismos alternativos de verificación de la identidad para garantizarles la provisión de los servicios sin trabas.

 




Riesgos financieros relacionados con el clima

El 1 de noviembre de 2022, la Superintendencia de Bancos de Panamá publicó el Acuerdo 011-2022  a fin de modificar las disposiciones del Acuerdo 8-2010 sobre gestión integral de riesgos, para incluir el concepto de los riesgos financieros relacionados con el clima.

Riesgos financieros relacionados con el clima

Dicho Acuerdo, que ya fue modificado en 2017 con el fin de incorporar el concepto de riesgo social y ambiental, se reforma nuevamente con la inclusión de la siguiente definición de riesgos financieros relacionados con el clima: “Son los actuales o posibles impactos negativos que pueden surgir del cambio climático o de los esfuerzos por mitigar el cambio climático. Estos impactos incluyen las consecuencias económicas y financieras en una entidad u organización«.

Riesgos físicos, de transición o de responsabilidad legal

A su vez, el acuerdo clasifica los riesgos anteriores en tres tipos: i) físicos, ii) de responsabilidad legal relacionados con el clima, y iii) de transición; distinguiendo además estos últimos entre los siguientes:

  • Riesgos políticos y jurídicos
  • Riesgo tecnológico
  • Riesgo de mercado
  • Riesgo reputacional