“Mi mamá me prestó el negocio para que pudiera
estudiar con las ganancias. Mi sueño es iniciar
nuevos proyectos que me ayuden a progresar.”

Rosa Figueroa
Colores en la autopista

Rosa Figueroa sigue la tradición familiar y tres generaciones después continúa alegrando con los colores de sus semillas las lindes de la autopista Duarte, que va desde Villa Altagracia hasta las proximidades del peaje en Santo Domingo. Semillas de cajuil (anacardos) tostados o en almíbar, batatas asadas y otros productos, que elabora junto a su madre y su hermana, esperan el paso de los conductores que transitan por la zona. Una costumbre que representa el sustento de cientos de familias en más de nueve comunidades de los alrededores. “Mi mamá me prestó el negocio para que pudiera estudiar con las ganancias”, explica Rosa. También recuerda que cuando se casó vivía en una humilde casa de madera y ahora está a punto de acabar su vivienda fabricada con bloques. Rosa es cliente de Adopem desde 2009 cuando solicitó un préstamo de 10.000 pesos dominicanos (unos 234 dólares). En la actualidad tiene un crédito con la entidad de casi 600 dólares y sueña con iniciar nuevos proyectos que le hagan seguir progresando mientras continúa levantándose cuando salen los primeros rayos de sol para colocar su alegre tenderete a la orilla de la carretera.

Rosa Figueroa