«Una experiencia única»: el recuerdo imborrable de las Becas DIME de la FMBBVA

El compromiso de los asesores de la Fundación Microfinanzas BBVA, casi comparable al esfuerzo titánico de los emprendedores a los que acompañan, y un propósito social inherente a todos los que forman parte del Grupo son solo algunos de los aprendizajes con los que han vuelto a España los diez jóvenes estudiantes de las Becas DIME de la FMBBVA, después de pasar cuatro semanas en América Latina.

Allí, han comprobado el impacto que tienen las microfinanzas en la vida de emprendedores de bajos ingresos, ejemplos de que con una oportunidad se puede plantar cara a las dificultades. Ellos han sido, de principio a fin, el hilo argumental de una experiencia única, que en palabras de los becados, les ha enseñado a valorar más lo que tienen.

Blanca Carcasona y Jaione Antoñana, con un emprendedor panameño de la FMBBVA

«Me ha recordado lo afortunado que soy y que existen métodos eficaces para cambiar la vida de las personas que no tienen la misma suerte», comenta Andrés Díaz, que ha viajado a República Dominicana para conocer la labor de Banco Adopem, la entidad de la Fundación en el país. Todos guardan historias de emprendedores entre sus recuerdos, verdaderos ejemplos de cómo un microcrédito puede cambiarles la vida.

A Ana Hauyón, que estuvo en Colombia, le llamó la atención la hospitalidad de los emprendedores y la relación que tienen con los asesores: «Allí donde íbamos nos invitaban a un tinto [café colombiano]». Con Don Jorge, un emprendedor al que visitó con su asesora Joan, compartió «una de las mejores experiencias de su vida»: un viaje en moto hasta la vereda, para conocer su parcela en la que siembra papas y cuida del ganado. En una hora por caminos de tierra y rodeados de montañas, supo que vive con su familia, que sus hijos estudian en una ermita cercana y que sueña con ganar las próximas elecciones municipales.

«Las microfinanzas se centran más en lo cualitativo que en lo cuantitativo, y están más volcadas en las personas», comenta Nuria Luri, que viajó a Perú. Coinciden todos con ella y con la pasión con la que trabajan los equipos sobre el terreno, conscientes de que buena parte del futuro de los emprendedores depende de la confianza que tengan en la entidad: «En Panamá, me llamó mucho la atención las garantías que se piden: ¡son garantías morales!«, señala Blanca Carcasona.

Como ella, los otros nueve «jóvenes DIME» han vuelto con nuevas metas para su futuro: «He visto entrega, pasión y sacrificio, tanto en emprendedores como en colaboradores y me han llenado de energía para buscar lo mismo en mi trabajo», dice Ana. A Inés González, las becas DIME le han dado esperanza: «Por un lado, he visto una sociedad cada vez más inclusiva, que quiere mejorar con el esfuerzo de todos; y por otro, he conocido un tipo de finanzas al que puedo dedicarme plenamente y en el que convergen mis estudios, mis experiencias y mis pasiones». Mikel Pedrosa, que estuvo en Chile, va más allá y concluye: «Los emprendedores nos han dado una lección de humanidad, de cómo sobreponerse a los problemas, de intentar mejorar día a día, de luchar por tener una vida digna y por conseguir tus metas».