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Los criterios ESG como palanca para una estrategia más inclusiva y sostenible

El reto ahora para empresas y organizaciones es situar los criterios ESG en el corazón del modelo de negocio para crear una cultura que permita medir el impacto positivo que generan con su actividad.

Los criterios ESG son las siglas en inglés de Environmental, Social and Governance. Temas que están liderando la estrategia de cualquier entidad que no quiera perder el tren de las tendencias sociales y económicas. Son pautas que ayudan a determinar si un producto o proyecto está contribuyendo a la sostenibilidad medioambiental, aportando a la sociedad y a la gobernanza de una organización y que nos llevan a preguntarnos cómo están abordando las empresas cuestiones como estas y si estamos avanzando hacia un mundo más sostenible y más justo.

Los criterios ESG se utilizan también para medir el impacto en el medioambiente o en las oportunidades que puede generar en la comunidad en la que las empresas desarrollan su actividad.

La Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA) lleva varios años aplicándolos y reflejando los resultados en su informe de desempeño, lo que le ha permitido establecer estrategias dirigidas a promover acciones positivas para el medio ambiente a través de una cultura corporativa verde, que permite integrar los riesgos ambientales y mejorar la oferta de valor hacia clientes, colaboradores y sociedad en general. O promover el buen gobierno corporativo de las instituciones del sector de las microfinanzas con la creación del Código de Gobierno Corporativo para Instituciones Microfinancieras, entre otras medidas de gobernanza.

Según se detalla en el último Informe de Desempeño Social (IDS) de la FMBBVA, “la evaluación de criterios ESG resume las formas clave en que podemos actuar para proteger el medioambiente, garantizar el progreso social y mejorar los estándares de gobernanza global”.

Crietrios ESG - FMBBVA

La dimensión social en el centro

En el caso de la FMBBVA y de sus entidades, la dimensión social se encuentra en el núcleo de su razón de ser y de sus acciones. Atiende a emprendedores de bajos ingresos que tienen un acceso limitado o inexistente al sistema financiero. Además, son los más expuestos a los impactos del cambio climático, que puede suponer una amenaza para sus negocios y comunidades al encontrarse en zonas aisladas o de difícil acceso, y no disponer de los recursos necesarios para protegerse.

La actividad de la Fundación está dirigida a mitigar la exclusión social y financiera de los más de 2,8 millones de emprendedores a los que atiende en 5 países de América Latina.

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Gabriela Morán, emprendedora panameña de la FMBBVA

Como Gabriela Morán, emprendedora y propietaria de un terreno, que se dedica a la agricultura y a la cría de cerdos y gallinas. Recibió el apoyo de Microserfin, entidad panameña de la FMBBVA, para invertir en un sistema de riego que proteja sus cultivos en las épocas de sequía. Para ella, este apoyo ha sido fundamental para prevenir los riesgos medioambientales asociados al cambio climático, y proteger el negocio que con tanto trabajo y esfuerzo ha logrado levantar.

ESG en línea con los ODS

La FMBBVA también ha tenido como guía para cumplir su propósito, desde su creación hace ya 15 años, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, que reconoce el rol de la inclusión financiera y las microfinanzas en la reducción de la pobreza y en el desarrollo económico y social.

En estos momentos, la actividad de la Fundación impacta, en diversos grados, en trece de los 17 ODS, que además cubren una amplia gama de factores ESG. Por su propia naturaleza, generar impacto social, está sobrerrepresentada en la dimensión social, con el bienestar de los emprendedores siempre como prioridad, en el centro de toda la actividad.

El reto ahora para empresas y organizaciones es situar los criterios ESG en el corazón del modelo de negocio para crear una cultura que permita medir el impacto positivo que generan con su actividad.

Un reto en el que la FMBBVA lleva años trabajando con un modelo centrado en el impacto social, desde el empoderamiento de la mujer hasta la reducción de la brecha digital, y una estrategia de sostenibilidad en línea con unos valores éticos y un Código de Conducta para sus más de 7.600 empleados que fomenta la diversidad, la igualdad y las mejores prácticas laborales, que incluyen criterios medioambientales.