Las mipymes, fundamentales para el desarrollo económico mundial y la reducción de las desigualdades

ONU estableció el 27 de junio como el Día Internacional de las Micro, Pequeñas y Medianas empresas (mipymes) para reconocer su aportación a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

27 junio 2020
Bancamía
Fondo Esperanza

Las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) engloban más de dos tercios de la totalidad del empleo en el mundo y generan la mayor parte de los nuevos empleos, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Además, este tipo de negocios, sean del sector formal o informal de la economía, representan más del 90% del total de empresas, generan entre el 60% y el 70% del empleo, -una gran proporción de trabajadores pertenecientes a los sectores más vulnerables de la sociedad-, y son responsables del 50% del Producto Interior Bruto (PIB) a nivel mundial, así lo reflejan  los datos del Consejo Internacional de la Pequeña Empresa (ICSB por sus siglas en inglés).

Ante la evidencia de estos números, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció el 27 de junio como el Día Internacional de las Micro, Pequeñas y Medianas empresas (mipymes) para reconocer su aportación a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Una aportación que en estos momentos se tambalea porque precisamente las mipymes se están viendo afectadas por las consecuencias económicas de la crisis sanitaria global. Por eso, las seis entidades de la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA) están trabajando, más si cabe, en impulsar el apoyo que les prestan a los más de dos millones doscientos mil emprendedores a los que atienden en cinco países de Latinoamérica, para que puedan continuar desarrollando sus actividades productivas, a pesar de las restricciones impuestas por la pandemia.

Un ejemplo es Bancamía, entidad de la FMBBVA en Colombia, que ha encargado la confección de 30.000 mascarillas a una de sus emprendedoras, quien a su vez contrata en sus talleres de costura, a madres cabezas de hogar de la ciudad de Medellín. “Estamos enfrentando esta situación buscando recursos y alternativas para no dejar a nadie sin empleo, por eso pensamos en fabricar mascarillas con las condiciones que pide el Gobierno”, nos cuenta Yamile Salazar, diseñadora de ropa para niños, que se ha reinventado, transformando su negocio para cubrir esta nueva necesidad.

Yamile Salazar, emprendedora de Bancamía, junto con las costureras de su taller antes de la pandemia

En el caso de Chile, Fondo Esperanza (FE), que cuenta con el mayor porcentaje de población vulnerable atendida dentro del grupo de entidades de la FMBBVA, puso en marcha, junto a otras instituciones, la campaña ‘Chile Comparte’ para repartir cajas de productos de primera necesidad a las familias de los emprendedores con menos recursos; ya han conseguido entregar más de 11.000 cajas a más de 39.000 personas.

Además, para ayudar a sus emprendedores dedicados a la venta al por menor, han ideado que sean ellos quienes aporten dichos artículos a esta iniciativa; ya son más de 400 almaceneros de Fondo Esperanza los involucrados en este proyecto.

“Me gusta ayudar siempre, y en estos momentos de crisis uno nunca sabe las necesidades que puedan tener las personas, pero como emprendedor, sabe que cada peso cuenta. Entonces, al entregar estos kits con alimentos, las familias ahorran esa platica y la pueden ocupar en otras cosas que también son necesarias, como el pago de servicios, lo cual es un alivio para ellos”, comenta Diego Vallejos, emprendedor de Fondo Esperanza y dueño de uno de estos colmados.

También, junto al Fondo Privado de Emergencia para la Salud, impulsado por la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), que agrupa a empresas chilenas, Fondo Esperanza ha participado en la campaña’Todos con la Camiseta’, donde 1.300 emprendedoras de confección, atendidas por la entidad de la FMBBVA, cosieron un millón de mascarillas para las personas que viven en la calle. Por su parte, Cruz Roja se encargó de la distribución de estas mascarillas. Según una de las emprendedoras de la entidad chilena de la FMBBVA involucradas en el proyecto, “es una ayuda mutua, nosotras confeccionamos con mucho cariño las mascarillas y esperamos que sean de utilidad y así ayudar a combatir esta pandemia”. 

Algunas de las socias de Fondo Esperanza, cosiendo mascarillas solidarias

Son solo algunos ejemplos que dejan claro que, para que las micro, pequeñas y medianas empresas continúen desempeñando su papel en la creación de empleos y reducción de las desigualdades, necesitan más que nunca el respaldo de políticas económicas y empresariales conscientes de su vulnerabilidad; de una legislación capaz de oír las necesidades de este pequeño gran motor del desarrollo mundial que son las mipymes.