En Latinoamérica, a pesar de los enormes avances de la tecnología y la digitalización, más de 100 millones de personas, según datos de Naciones Unidas, viven en casas carentes de condiciones tan básicas como acceso a agua potable o a sistemas de saneamiento, lo que las expone a mayores contagios de enfermedades, especialmente durante una crisis sanitaria mundial.
Una falta de protección ante contagios que aumenta la vulnerabilidad de estas personas y sobre la cual la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA) actúa a través de programas que no solo facilitan el acceso al crédito para la construcción o reparación de viviendas, sino que también incluye el diseño de productos no financieros enfocados a las personas: sus necesidades, sus capacidades y sus prioridades.
La FMBBVA, en este compromiso con el desarrollo sostenible de emprendedores de bajos ingresos en América Latina, se suma a la celebración del Día Mundial de la Justicia Social, que según la Asamblea General de la ONU “reconoce que el desarrollo social y la justicia social son indispensables para la consecución y el mantenimiento de la paz y la seguridad en las naciones y entre ellas”.
La primera vez que se celebró esta efeméride, en 2007, el mundo se encontraba en una senda de globalización acelerada, impulsada por las tecnologías digitales. Hubo una fuerte apuesta por el potencial de la digitalización como herramienta para disminuir las desigualdades, por su capacidad de agilizar las comunicaciones y de automatizar diversas tareas, entre otras razones.
Trece años después, la evidencia muestra que la brecha digital se ha convertido en otro factor más que explica los distintos grados de desarrollo entre poblaciones.
Por esta razón, en este año 2021, las Naciones Unidas hace “un llamamiento a la justicia social en la economía digital”, para reflexionar sobre la persistencia de la pobreza y la desigualdad a pesar de una rápida modernización de la sociedad como consecuencia de la digitalización.
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