La vida de Élida Flores estuvo marcada desde niña por la dureza de crecer en una comunidad rural de la selva peruana sin acceso a agua, medicamentos ni caminos transitables. Cada día, junto a su madre y sus hermanos, caminaba 20 minutos hasta el río para recoger agua. Y cuando alguien enfermaba, la falta de medicinas complicaba aún más la situación.
La familia decidió mudarse a un centro poblado cuando Élida tenía 5 años. Su padre, con mucho esfuerzo, compró un terreno y construyó una casa donde pudo continuar sus estudios hasta la secundaria. Sin embargo, en 2010, un paro cardíaco acabó con la vida de su padre, el único sustento familiar. Esa pérdida fue un punto de quiebre. “Vi la necesidad de estudiar para romper el círculo de la pobreza”, cuenta. Con sacrificio culminó la carrera de contabilidad en un instituto, donde conoció a su esposo.
A partir de allí nació su camino como emprendedora. “Ya tenía la idea de que lo mejor era tener un negocio propio. Conversé con mi esposo y, con miedo pero con confianza, decidimos empezar”, recuerda. Eligieron el cacao como base de su negocio, a pesar de las dudas iniciales por el precio elevado. “Yo decía: con el tiempo el mercado va a mejorar. No tengamos miedo, todo sacrificio tiene su recompensa”.
Con el acompañamiento de Financiera Confianza, a través de su asesora Rosa, Élida logró consolidar su emprendimiento y diversificarlo con plátano. Hoy, madre de dos hijos, asegura que ellos son su principal motor. “No quiero que pasen por las dificultades que yo viví. Por eso me esfuerzo día a día por crecer”.

Elida Flores, emprendedora peruana junto a su asesora
Su sueño es claro: fortalecer su negocio, crear su propia empresa de cacao y ayudar a que su comunidad también progrese. Además, aspira a comprar una casa en Huánuco para que sus hijos tengan acceso a una educación de calidad. “Quiero que mis hijos progresen, así como lo hice yo”, afirma.
La historia de Élida Flores es un testimonio de perseverancia y visión de futuro. Un ejemplo de cómo el esfuerzo personal, sumado al acompañamiento adecuado, puede transformar vidas y abrir caminos hacia nuevas oportunidades.