Un emprendimiento en tierras indígenas en el lago navegable más alto del mundo

Desde tiempos precolombinos, los aimaras habitan en la meseta andina del lago Titicaca. Este pueblo indígena vive en seis provincias del departamento de Puno y en algunos distritos rurales de Moquegua y Tacna.

Juan Cruz Aruquipa es un emprendedor de la etnia aimara que tiene un criadero de truchas. Dirige este negocio con la convicción de que el lago y la naturaleza que lo rodea es un legado que no debe perderse, y que debe mantener su equilibrio y diversidad para las próximas generaciones. “Le diría a los productores que debemos cuidarlo para que pueda seguir alimentando a nuestros hijos”, explica.

Emprendedor peruano FMBBVA con su familia

Juan Cruz, emprendedor peruano (FMBBVA), dirige el criadero de truchas con su mujer, Graciela

El lago Titicaca, a 3.812 metros de altitud, es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1972. Según las leyendas incas, es origen de la madre tierra, de sus primeros habitantes, del sol y de la luna. Para los aimaras es fundamental la vinculación con la mitología y las tradiciones.

Cada 9 de agosto, Naciones Unidas conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, centrado este año el papel de las mujeres indígenas en la preservación y transmisión del conocimiento tradicional.

Somos aimaras, somos luchadores, somos trabajadores. Nos gusta trabajar para salir adelante

Un negocio que ha ido creciendo

Graciela Velásquez es la mujer de Juan Cruz. Recibe hablando en aimara a quienes les visitan, una forma de mantener viva esa lengua ancestral. El matrimonio se divide las tareas de gestión del negocio: Juan se encarga de la producción y Graciela de la venta del producto en los mercados locales.

Empezaron trabajando únicamente los dos,  y ya dan empleo a nueve trabajadores. Cuentan con la asistencia técnica de un ingeniero que les ayuda a mejorar el rendimiento del criadero y cuidar el medioambiente.

Desde 2020, Juan es cliente de Financiera Confianza, la entidad peruana de la Fundación Microfinanzas BBVA. Con los préstamos que ha recibido, ha mejorado la infraestructura del negocio y ha reformado y mejorado su hogar.

Financiera Confianza nos ha dado la mano para crecer. Tenemos las expectativas de trabajar y ser los mejores y llegar a Lima a vender nuestros productos y abrirnos al mercado extranjero”, detalla Juan.

Para Juan, la familia es “el motor que me alienta para trabajar más”, y sus metas se están cumpliendo: «Estamos haciendo una inversión para nuestros hijos. Para que ellos sean alguien en la vida».

Desde el lago navegable más alto del mundo, con un paisaje espectacular, Juan y Graciela sonríen a sus hijos… ellos son el futuro aimara y el futuro de su negocio.

 

 

Cristina González del Pino. Comunicación FMBBVA

HISTORIAS DE VIDA