El 12 de diciembre es el Día de la Mujer Emprendedora en América Latina y el Caribe. Un tributo a la voluntad inquebrantable de millones de mujeres en la región con mayor cantidad de emprendimientos femeninos y con una tasa de negocios iniciados por mujeres del 21,2 % (ProMujer).
Sin embargo, casi el 86% de las mujeres en la región deciden emprender debido a la falta de oportunidades laborales formales, según el observatorio Global Entrepreneurship Monitor (GEM). Además, alrededor del 24% no cuentan con ingresos propios, lo que limita su autonomía en sus hogares y comunidades (Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe – OIG).
Para la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA), apoyar a las mujeres es apostar por un futuro más inclusivo y sostenible. A través de sus entidades en cinco países de América Latina, impulsa el crecimiento real, acercando la innovación a los más vulnerables, con servicios financieros y no financieros, acompañamiento y capacitación, adaptados a sus necesidades.
Este compromiso alcanza los 1,7 millones de mujeres emprendedoras en Colombia, Perú, República Dominicana, Chile y Panamá, y los resultados están claros: el 32% de los emprendedores a los que acompaña la FMBBVA salen de la pobreza después de tres ciclos de crédito y 7 de cada 10 de estas personas son mujeres.
Las experiencias de las emprendedoras definen una dirección clara hacia el progreso, tal como muestran las historias de Elida, Ofelina, Elix, Elsa y Myriam:
Trazando un futuro sostenible para el campo
La visión de emprendedoras como Elida y Ofelina va más allá de sus cosechas , enfocándose en el cuidado del medioambiente como el camino hacia un desarrollo sostenible y sostenido en el tiempo.

Elida Flores, cacaotera peruana
Elida, la cacaotera orgánica de Perú (Financiera Confianza): Una contable que cambió los libros de estados financieros por la agricultura para hacer realidad sus sueños. Gracias a la capacitación

Ofelina González, emprendedora rural panameña
de Financiera Confianza, logró que su cultivo fuera tan ecológico y respetuoso con la naturaleza,que ahora es un modelo a seguir. Su meta está clara: generar empleo y validar que las mujeres sí pueden emprender.
Ofelina, la promotora de microorganismos de montaña (MM) orgánico en Panamá (Microserfín): Heredera de la sabiduría de la madre tierra, Ofelina no solo cultiva, también regenera. Su proyecto de elaborar MM orgánico es una antítesis necesaria a los químicos dañinos: un producto que cuida la salud, abarata costes y sana la tierra. Gracias a la financiación y cursos de Microserfín, está expandiendo sus conocimientos, al tiempo que los comparte con otras mujeres de su comunidad, convencida de que el empoderamiento es sinónimo de independencia.
Caminando hacia la independencia financiera y el liderazgo
Las historias de Elix y Elsa demuestran cómo la autonomía económica y la toma de control se convierten en el faro que guía a sus familias y comunidades.

Elix Orozco, peluquera colombiana
Elix, las “manos mágicas” de Colombia (Bancamía): Imagina que el rincón más sencillo de tu casa se convierte en el epicentro de la belleza capilar. Así fue como Elix transformó una cocina en un estudio especializado en peluquería. Aprendió a manejar sus finanzas y la tecnología gracias a Bancamía, v. De hecho, en el acto ‘Datos

Elsa Gómez, emprendedora, demoliciones, dominicana
que mejoran vidas’ bajo la presidencia de S.M. la Reina, aseguró que la formación y el uso de la app de Bancamía
le han permitido planificar y salir adelante: “Ver todo lo que hemos construido me llena de orgullo porque yo sola no hubiera podido».
Elsa, la jefa de la demolición en República Dominicana (Banco Adopem): En un mundo donde esperanencontrar «al patrón», Elsa se presenta como la jefa, la que lidera y la que lleva las cuentas. Su negocio es un acto de tenacidad diaria y la educación financiera a través del programa Crece con Adopem le dio la fórmula que convierte el esfuerzo en ganancias y así, conseguir dar una mejor educación a sus hijos.
Emprendiendo con resiliencia ante las adversidades
La capacidad de perseverar ante las mayores adversidades, tal como muestra Myriam, es la prueba de que el progreso se logra con voluntad inquebrantable.

Myriam Pizarro, criancera chilena
Myriam, la criancera de Chile (Fondo Esperanza): Su vida se resume en días de labor constante, donde las cabras, dice son como sus hijas a las que tiene que cuidar; su trabajo no tiene calendarios. En una cordillera árida y seca, se levanta cada día dispuesta a enfrentar las duras condiciones de su entorno y a fabricar quesos ecológicos de alta calidad. El apoyo de Fondo Esperanza consolidó el valor de su trabajo artesanal.
El verdadero impacto: De la intención a la acción
El progreso de las mujeres emprendedoras reside en la acción diaria que transforma la vida en sus hogares y comunidades. Esta transformación se debe a que destinan más del 90% de los excedentes de sus negocios a educación, salud y bienestar familiar. Sus emprendimientos se convierten en un ejemplo de vida tangible, un lugar de encuentro, que se comparte, asegurando que la próxima generación de emprendedoras tenga una base más firme para construir su futuro y el de los suyos.
Este impulso no se detiene y la dirección es clara: el camino hacia el progreso está en sus manos.