Si a Cristian Águila hace unos años le hubieran dicho que unas piedras le cambiarían la vida, no lo hubiera creído. Este emprendedor chileno de la Fundación Microfinanzas BBVA inició un negocio de elaboración de joyas a base de piedra en su propia casa. Pendientes, collares, pulseras… son tallados y pintados con mimo por las manos de Cristian y su mujer, que le ayuda en el negocio.
Lo que inicialmente comenzó como un pequeño proyecto, poco a poco se fue convirtiendo en su principal sustento y el de su familia. Este cambio se produjo especialmente cuando Fondo Esperanza llegó a sus vidas. Con el apoyo de la entidad, logró impulsar su emprendimiento, aumentando el número de clientes y, por tanto, también las ganancias. Y todo ello, gracias a su apuesta por una herramienta tan potente como la ‘venta online’.
Tras recibir el primer crédito decidió innovar, optando por comprar y diseñar una página web para vender sus productos. Con el uso de esta tecnología, ahora Cristian puede realizar una venta mucho más rápida, efectiva y llegar a un público más amplio.
Así ha conseguido que el negocio crezca e incluso que ya pueda hacer nuevos planes: “Mi proyección es avanzar, con la posibilidad de dar trabajo a otras personas en un futuro”, afirma, sin olvidar la gran ayuda que ha recibido de la entidad. “Con el apoyo de Fondo Esperanza mi calidad de vida ha ido mejorando. Hoy día, ya tengo una meta lograda: mi independencia económica”.
Por ahora, seguirá tallando y fabricando joyas, convencido de que el emprendimiento y la tecnología son los ingredientes necesarios para lograr la receta del éxito.
