El COVID-19 ha tenido un gran impacto en el millón y medio de mujeres emprendedoras que la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA) atiende en América Latina.
Antes de la pandemia, y a pesar de los contratiempos que debían superar cada día, ellas salían adelante en mayor medida que los hombres. El 80% de los emprendedores atendidos por la FMBBVA que superaron la pobreza eran mujeres. Se habían empoderado y muchas habían empezado a asumir funciones de liderazgo en sus comunidades.
Sin embargo, el COVID ha puesto de manifiesto la fragilidad de la autonomía económica de las mujeres. A finales de 2020, el 84% de las emprendedoras de la FMBBVA estaban en situación de vulnerabilidad y el 35% en pobreza (con un aumento de 5 puntos porcentuales en el último año y una brecha de género de 10 puntos). Casi la mitad de ellas era cabeza de familia y la única fuente de ingresos en sus hogares.
Las microempresarias han sufrido las consecuencias de las restricciones de movilidad, ya que el 70% de sus actividades económicas se concentraba en sectores especialmente afectados por la pandemia: comercio minorista, manufacturas o servicios de alimentación y belleza, entre otros
Pero, una vez más, han demostrado su capacidad de resistencia y han liderado los esfuerzos de recuperación económica y social en sus países. Al inicio de la pandemia, en Colombia, dos tercios de las mujeres habían cerrado sus negocios y casi el 60% había reducido sus ventas a la mitad (con brechas de género de 16 puntos porcentuales). Sin embargo, en noviembre del año pasado estas brechas se redujeron a apenas un 3% y un 5% respectivamente y el 81% pudo reactivar sus negocios.
Las mujeres han demostrado ser más proactivas a la hora de diversificar sus fuentes de ingresos: en Perú, casi la mitad de las emprendedoras a las que atendemos ha cambiado su actividad empresarial para mitigar el impacto de la crisis.
Apoyando a las emprendedoras, aún más en tiempos de pandemia
La Fundación Microfinanzas BBVA ha realizado importantes esfuerzos desde el inicio de la pandemia para apoyar, especialmente, a las emprendedoras, con las que está plenamente comprometida.
En una primera fase, se tomaron medidas para la reestructuración de los préstamos y moratorias de la deuda. Además, las entidades de la FMBBVA han canalizado recursos de los gobiernos de Colombia y Perú, impulsando la inclusión financiera y la bancarización de las personas más vulnerables.
La Fundación ha seguido muy de cerca el impacto de la pandemia en los negocios de los microempresarios, con una perspectiva de género. Se ha producido un incremento del tiempo dedicado a las tareas domésticas y del cuidado en 6 horas al día, dejando sólo 5 horas para el negocio y 20 minutos para actividades formativas, algo que hay que tener en cuenta a la hora de innovar en la propuesta de valor.
La tecnología como herramienta para el desarrollo
La transformación digital ha sido fundamental para retomar la actividad de los negocios. Muchas de las microemprendedoras empezaron a vender por Internet, obteniendo niveles de ventas superiores a los hombres. La FMBBVA les ha ofrecido educación financiera digital y formación sobre roles de género, marketing digital o prevención de la violencia de género.
Hay que acelerar el ritmo y mejorar la resiliencia de las mujeres frente a futuros choques, forjando alianzas público-privadas para fortalecer su salud financiera, llevando hasta ellas la digitalización, invirtiendo en la economía del cuidado y en la protección social de las mujeres más vulnerables en América Latina y en otros lugares.
Artículo basado en el discurso elaborado por la responsable de Empoderamiento de la Mujer de la FMBBVA, Laura Fernández Lord, en el marco de la CSW65.