Uno de los mayores obstáculos para el desarrollo rural en Latinoamérica es el acceso restringido que tiene esta población a capital, a servicios, a información y a tecnología, que limita su capacidad para evitar o adaptarse a imprevistos. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), existe una correlación entre la pobreza y el cambio climático y sus consecuencias.
En 2020, la Fundación Microfinanzas BBVA, a través de sus entidades en la región, apoya con más de 20,6 millones de dólares en microcréditos a unas 14.500 personas en vulnerabilidad, para que pongan en marcha medidas de adaptación al cambio climático que les permitan hacer un buen uso del agua y la energía, tener sistemas de saneamiento básico, invertir en infraestructuras sostenibles, reciclar o implementar técnicas agrícolas ecológicas.
“El cuidado del medioambiente forma parte del ADN de la FMBBVA, como un requisito indispensable para cumplir nuestro propósito de promover el desarrollo sostenible de emprendedores en vulnerabilidad”, señala el responsable de Sostenibilidad Medioambiental de la FMBBVA, Joel Hernández.
Según ha explicado, esta estrategia medioambiental se basa en tres pilares: una cultura ‘verde’, un profundo conocimiento de la relación entre la actividad económica de los emprendedores, el clima y el medioambiente, y una oferta de finanzas verdes adaptada a estas circunstancias particulares. Todo, apoyado en la tecnología, la medición y en las alianzas.
Concretamente, en Colombia, la Fundación ofrece créditos a través de su entidad, para promover una agricultura más ecológica y el uso de energías renovables. Esta iniciativa está enmarcada dentro del programa de Microfinanzas para la Adaptación basada en Ecosistemas (MEbA), que incluye formación técnica para facilitar la transición a hábitos más sostenibles, en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
“Más allá del crédito y de asesoramiento, hemos lanzado recientemente microseguros, climático y agropecuario, para proteger la siembra y los activos de nuestros productores y fortalecer su resiliencia ante los riesgos medioambientales”, asegura Hernández.
En República Dominicana, donde en 2020 se registraron más de 70 ciclones, tormentas y huracanes, la FMBBVA ha consolidado la estrategia medioambiental de su entidad en el país, integrando MEbA en el programa local Finanzas Rurales y Ambiente (FRA) y un sistema de gestión de riesgos climáticos para mejorar todavía más la capacidad de adaptación de los clientes rurales.
Esta iniciativa incluye, además de apoyo a la agricultura sostenible, productos específicos para mejorar la vivienda de las personas en vulnerabilidad, fomentando la utilización de materiales locales sostenibles y de tecnología para el uso eficiente de agua y energía.
Según Geudis Tejeda, agricultor al que atiende la entidad dominicana de la Fundación, uno de los mayores problemas a los que se enfrentan en el país es la escasez de recursos naturales, como el agua. “La FMBBVA es mi aliada en este camino. Por ejemplo, me ha ayudado a instalar el riego por goteo para maximizar la siembra, y reducir el impacto del uso de agua y de los pesticidas”, explica.
“No nos damos cuenta, pero el repliegue de la vida salvaje y silvestre nos afecta a las personas, nos obliga a migrar. El medioambiente no es algo fuera de nosotros, nosotros somos el medioambiente”, advierte. De hecho, Banco Mundial estima que el cambio climático puede provocar el desplazamiento de más de 17 millones de personas en América Latina de aquí a 2050 pero también recuerda que una acción coordinada y global puede revertir esta tendencia.
Por eso, la FMBBVA trabaja en alianza con instituciones como las Naciones Unidas, Hábitat para la Humanidad, water.org o el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), para ampliar su alcance y ofrecer mejores soluciones a los más de 2,6 millones de personas a las que atiende en cinco países de Latinoamérica, que fortalezcan su situación frente al cambio climático y contribuyan a crear, entre todos, un futuro más sostenible e inclusivo.