Agroturismo: desarrollo para las zonas rurales y concienciación medioambiental

El agroturismo es una alternativa para las comunidades rurales”. El agricultor panameño Roberto Gómez lo tenía claro, antes incluso de que se popularizasen los viajes de turismo rural.

La finca en la que transcurrió su infancia, en la comunidad panameña de Las Gaitas, es ahora un negocio donde fomenta prácticas sostenibles y de cultivo ecológico y, a la vez, es una forma de vida para él y sus seis hermanos.

Ofrecen a los visitantes una amplia oferta de actividades: rutas de senderismo, observación de orquídeas o venta de productos ecológicos.

“Las fincas agroturísticas y la agricultura atraen visitas. Hay que promover entre quienes viven en las ciudades lo maravilloso que es estar en contacto con la naturaleza. Pero para que las fincas alcancen a ser sostenibles, no se pueden quedar solo en el agroturismo. Tienen que generar otras actividades para recaudar recursos y mantenerse en el tiempo”, explica Roberto.

Conseguir tanta versatilidad es el resultado de un duro trabajo. A medida que la producción fue en aumento, destinó a la comercialización los excedentes del consumo familiar. Además, se ha unido a otros productores independientes de la zona y utilizan la misma procesadora para el tratamiento y empaquetado del café. Así han conseguido una venta directa que abarata el precio final al consumidor.

Agroturismo Panamá

Roberto Gómez ha hecho de los productos ecológicos y el agroturismo un negocio familiar

También cultivan achiote (un arbusto del que se extrae un pigmento natural muy utilizado en alimentación y cosmética) plátano, verduras y hortalizas. Crían gallinas y patos y son apicultores. Las visitas turísticas compran la mayoría de su producción y ya solo va a ferias regionales cuando tiene excedentes.

Certificaciones de cultivo ecológico

“Nuestros procesos son 100% naturales, usamos abonos orgánicos. Estamos trabajando con el Ministerio de Desarrollo Agropecuario para obtener la certificación orgánica. Es un proceso de evaluación de varios años. Hemos participado en concursos nacionales donde han certificado nuestro trabajo, lo que ha permitido que la población nos conozca”, detalla.

Su finca cuenta con la certificación de la Fundación para el Desarrollo Sostenible (FUDIS) que le acredita como una de las mejores fincas ecológicas con protección ambiental en el corregimiento de Ciri grande.

Roberto cree que para lograrlo es necesario formación especializada. Ha recibido capacitaciones en agricultura ecológica de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el Instituto Técnico Internacional de Educación de Arizona y la Universidad Santa María de Honduras.

Además, ha compartido sus conocimientos con estudiantes mejicanos de técnicas agropecuarias y con productores de café orgánico de Guatemala, y colabora habitualmente con estudiantes de secundaria, bachillerato y universidades panameñas para que aprendan a cuidar el medio ambiente.

Agroturismo Panamá

Las turistas hacen rutas de naturaleza por la finca y pueden adquirir productos ecológicos

Innovación para el progreso del agro

Ha puesto en marcha un proyecto de clonación de café y está pensando en construir un  invernadero para cultivar orquídeas en un entorno protegido y controlado. “Los productores tenemos que manejar la tecnología porque somos quienes estamos de forma permanente en la finca. Otros agricultores se acercan para ver lo que hacemos y les mostramos que nuestros experimentos están teniendo buenos resultados”, explica.

Es un firme defensor de la agricultura y la ecología como formas de progreso. “Las ciudades han marginado a los productores, nos hicieron creer que no éramos importantes, pero sí lo somos para el desarrollo de las naciones, porque si no hay alimento, no hay progreso”, reivindica.

Y no le falta razón. Según el informe Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas: una mirada hacia América Latina y el Caribe 2019-2020, elaborado por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), “no es posible superar la pobreza ni combatir el hambre, la malnutrición y el cambio climático, si las sociedades y los actores políticos de América Latina y el Caribe no plantean lo rural como motor del desarrollo económico, social y ambiental en los países”.

Desde 2015, Roberto cuenta con el apoyo de Microserfin,  la entidad panameña de la Fundación Microfinanzas BBVA. Conoció a la entidad gracias a las visitas que sus asesores realizaban a Capira. “La banca tradicional y la banca del estado no respaldan los pequeños proyectos como el nuestro. Vi en Microserfin una oportunidad: siempre me han asesorado y han sido los únicos que creyeron en mi proyecto, que confiaron en mí”.

“Mi sueño es seguir trabajando, seguir creciendo y dejar un legado que brinde oportunidades”, concluye Roberto. Quizás por eso, su finca se llama La Prometida, en referencia a la mítica tierra del texto bíblico.

 

Cristina González del Pino, Comunicación FMBBVA

 

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