entrevista

Marta Encinas-Martín, embajadora de Género en Educación en la OCDE

Marta Encinas-Martín es la embajadora de Género en Educación en la OCDE, dónde también ocupa el cargo de Asesora Principal para América Latina en el Secretariado de Relaciones Globales.  Anteriormente en la UNESCO  trabajó en diversos programas sobre evaluación y medición de sistemas de educación en África, América Latina y Asia Central, así como en la coordinación de la Educación para Todos (EPT) y realizó una extensa investigación sobre sistemas nacionales de evaluación en todo el mundo publicada en el Informe de la UNESCO de Seguimiento de la EPT.  Previamente se había desempeñado en el ámbito de la comunicación intercultural y lingüística. Realizó estudios de Pedagogía,  Relaciones Internacionales y Filología Escandinava, formándose en las universidades de Oslo (Noruega) y Uppsala (Suecia). 

"La educación es un motor potencial de crecimiento para apoyar el progreso futuro de América Latina"

En este número de la revista Progreso señala la situación actual y los retos a los que se enfrenta América Latina y el Caribe en materia de educación y analiza los resultados de los informes que  evalúan las competencias de los jóvenes y adultos latinoamericanos. 

  • En América Latina ha aumentado el nivel educativo, pero aún así muchos jóvenes siguen teniendo más difícil encontrar trabajo y los empleadores creen que la falta de habilidades es una limitación a sus negocios ¿Cuáles son las principales recomendaciones para que las próximas mejoras en el sistema educativo faciliten el acceso al empleo del futuro?

América Latina es una tierra de potencial sin explotar. La región es joven y enfrenta una oportunidad demográfica única. Este bono demográfico abre una ventana de oportunidad para el crecimiento inclusivo en la región, siendo la educación un motor potencial de crecimiento para apoyar el progreso futuro. El progreso social y económico de las últimas décadas generó expectativas al aumentar el acceso a la educación, pero queda mucho por hacer para mejorar la equidad y la calidad de esa educación.

El análisis de Skills in Latin America: Insights from the Survey of Adult Skills (PIAAC) ha demostrado que, si bien los países latinoamericanos tienden a tener un desempeño más bajo en todos los ámbitos, parecen estar beneficiándose de la reciente expansión en el acceso a la educación. Esto es corroborado por cohortes de jóvenes más educados que tienen un mejor dominio de las competencias que los adultos mayores. Al mismo tiempo, los jóvenes que abandonaron la escuela prematuramente demostraron un nivel extremadamente bajo de competencia, lo que exige políticas específicas para abordar las necesidades de este grupo de personas particularmente vulnerable.

Gracias a la reciente expansión de la educación, los adultos jóvenes con mayor nivel educativo (entre 16 y 24 años) obtienen mejor puntuación  que aquellos que abandonaron la escuela sin completar la educación secundaria superior, por un margen bastante mayor que sus pares en los países de la OCDE. Los niveles de calificación educativa en los países latinoamericanos participantes tienden a aumentar linealmente con la edad, lo que refleja la muy reciente expansión de la educación secundaria superior en la región. Las brechas de género en el desarrollo de habilidades también se están cerrando: aunque las mujeres están más rezagadas que los hombres en competencia matemática que en el promedio de la OCDE, sin embargo la brecha está por debajo del promedio de la OCDE entre los jóvenes de 16 a 24 años en Chile y Perú.

  • ¿Cuáles son las principales conclusiones de este informe? 

PIAAC evalúa un amplio espectro de habilidades en la población de 16 a 65 años, y podríamos enfocarnos en muchas conclusiones. En este informe se evalúan las competencias de jóvenes y adultos latinoamericanos participantes y se destacan los niveles de competencia de diferentes subgrupos de la población, definidos según varias características sociodemográficas.

PIAAC encontró que los adultos (de 16 a 65 años) en América Latina (ALC) se desempeñaron muy por debajo de los de la mayoría de los demás países participantes, incluidos otros países de ingresos medios. En competencia lectora y matemática y en habilidades digitales, los países participantes de ALC se encuentran cerca o en la parte inferior de las clasificaciones, independientemente de la medida que se utilice. En el caso de las habilidades digitales, proporciones sustanciales de su población no tienen las habilidades necesarias para ni siquiera completar la evaluación.

En promedio, en todos los países de la OCDE que participaron en PIAAC, uno de cada diez adultos (10,0%) obtuvo un puntaje de Nivel 4 o superior (el nivel más alto) y uno de cada tres (34,6%) obtuvo un puntaje de Nivel 3. En general, casi la mitad de todos los adultos (44,6%) puntuaron en los tres niveles más altos (Niveles 3, 4 o 5). Por debajo de estos niveles, alrededor de uno de cada tres adultos (34,3 %) se desempeñó en el Nivel 2 y alrededor de uno de cada cinco adultos en el Nivel 1 (15,0 %) o por debajo del Nivel 1 (4,8 %).

Por el contrario, los resultados para los participantes latinoamericanos muestran que menos de uno de cada ocho adultos se desempeñó en el Nivel 3 o superior en Ecuador (5,2 %), México (11,7 %) y Perú (6,1 %). Con un 14,5%, Chile tuvo un porcentaje ligeramente mayor de adultos que se desempeñaron en los niveles más altos de competencia lectora. Estos países también se encontraban entre los países y economías con las mayores proporciones de adultos que obtuvieron puntuaciones en el Nivel 1 o inferior, los niveles más bajos. Más de la mitad de sus poblaciones obtuvieron los niveles más bajos de competencia lectora: 71,2% en Ecuador, 70,2% en Perú, 53,4% en Chile y 50,6% en México, y los resultados son incluso inferiores para la competencia matemática.

América Latina tiene un largo recorrido por hacer para poder mejorar las competencias generales y digitales de su población

  • El capital humano es determinante del éxito para individuos y economías. Vuestro informe, concluye que la comprensión lectora y las competencias numéricas son fundamentales para otras competencias digitales que se expanden en todos los ámbitos de la vida.  ¿Puede explicarnos desde su experiencia cómo estas competencias se relacionan con  las competencias digitales? 

Los bajos niveles de competencia en habilidades de procesamiento de la información entre los adultos en edad de trabajar en los países de América Latina representan desafíos para sus gobiernos. Algunos expertos afirman que los países de medianos ingresos pueden carecer de la capacidad de absorción de las tecnologías digitales (TIC) en comparación con los países de altos ingresos, lo que hace que la demanda y la oferta de habilidades en TIC en el primer grupo sea diferente de la del segundo. Además, en cierta medida, el uso de las nuevas tecnologías, en particular las tecnologías digitales, depende de los niveles educativos de la población, incluidas sus competencias para el procesamiento de la información, al igual que la difusión de servicios de base digital

La región de América Latina tiene un nivel de competencia lectora y matemática de los más bajos en PIAAC, por lo que necesitan una gran mejora para poder acceder a digitalizar su población. Esto es posible y otros países participantes en PIAAC han demostrado que se puede conseguir. PIAAC brinda ejemplos de países de ingresos muy altos con una gran proporción de adultos con bajo nivel de competencia en capacidades lectoras y numéricas (por ejemplo, Singapur y los Estados Unidos), así como ejemplos de países (Corea y Singapur) que han, durante el último medio siglo pasado, aumentado con éxito la competencia de generaciones sucesivas desde un punto de partida similar al que se encuentran actualmente los países latinoamericanos participantes.

  • Entrando al tema de género, los datos muestran que las chicas en la región sacan mejores resultados en lectura independientemente de su nivel socioeconómico en PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE que mide la capacidad de los alumnos de 15 años para utilizar sus conocimientos y habilidades de lectura, matemáticas y ciencias para afrontar los retos de la vida real) , pero esta ventaja no se traslada a mejores resultados en el empleo ¿por qué?, ¿qué es lo que está ocurriendo?

No hay duda de que en los últimos 20 años las chicas han hecho progresos enormes en la educación. Los datos de la OCDE muestran que, en casi la mitad de los países examinados, las mujeres tienen ahora más probabilidades que los hombres de obtener un título de enseñanza secundaria superior. Incluso en los países donde los hombres tienen una ventaja, esa brecha se ha reducido considerablemente desde el 2020.

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Marta Encinas-Martin, embajadora de Género en Educación de la OCDE

En secundaria, las diferencias de rendimiento entre ambos géneros, sobre todo en el apartado de lectura, son muy marcadas. El informe PISA muestra de forma sistemática que las chicas de 15 años puntúan más alto que los chicos en lectura. En PISA 2018, las chicas obtuvieron 30 puntos más que los chicos en lectura, en promedio en la OCDE, y su ventaja en esa materia se observó en todos los países y economías participantes, y también superan a los chicos en ciencias.

Aunque los chicos de 15 años tienen más probabilidades que las chicas de la misma edad de tener un rendimiento bajo en lectura, matemáticas y ciencias, PISA también constata que, entre los que obtienen mejores resultados de ambos géneros, los chicos suelen superar a las chicas tanto en matemáticas como en ciencias. De media, en los países de la OCDE en 2018, alrededor del 12 % de los chicos y el 9 % de las chicas alcanzaron los niveles más altos de rendimiento en matemáticas en PISA, mientras que algo más del 7 % de los chicos y alrededor del 6 % de las chicas obtuvieron los mejores resultados en ciencias.

Podría haber muchas razones por las que las chicas están menos representadas entre los mejores resultados en matemáticas. Por lo general, las chicas sienten menos confianza que los chicos en su capacidad para resolver problemas matemáticos o científicos. Las chicas —incluso las que tienen un rendimiento alto— también tienden a expresar fuertes sentimientos de ansiedad por las matemáticas. En 70 países y economías que participaron en PISA 2018, las chicas manifestaron que tenían miedo a fracasar, con más frecuencia —y en mayor medida— que los chicos. El miedo al fracaso y la falta de confianza en sus capacidades suelen estar relacionados con los estereotipos de género que persisten en las familias, en la escuela y en las comunidades. Por ejemplo, en todos los países y economías de PISA que distribuyeron el cuestionario para padres en 2012, los padres y madres esperaban que sus hijos varones —que no sus hijas— trabajaran en un campo relacionado con la ciencia, la tecnología, la ingeniería o las matemáticas (STEM).

Estas actitudes pueden influir en las expectativas profesionales de los estudiantes, incluso entre los que tienen un rendimiento alto. Los resultados de PISA 2018 mostraron que, por lo general en los países de la OCDE, solo el 14 % de las chicas de 15 años que obtuvieron los mejores resultados en ciencias o matemáticas declararon que esperaban trabajar como profesionales de la ciencia o la ingeniería, mientras que el 26 % de los chicos de la misma edad que obtuvieron los mejores resultados así lo manifestaron. No es de extrañar que estas actitudes influyan en las decisiones de los estudiantes sobre qué estudiar en la universidad y que, a su vez, afecten a las perspectivas de los jóvenes de ambos géneros en el mercado laboral y a sus ingresos a lo largo de la vida. 

Algunos datos interesantes a nivel de diferencias de género que refleja el informe de la OCDE Gender, Education and Skills: The Persistence of Gender Gaps in Education and Skills | en | OECD

  •  Las chicas tienden a obtener mejores resultados que los chicos en lectura en todos los países de la OCDE y en los países asociados.
  • Los chicos superan a las chicas en matemáticas por un margen mucho menor que las chicas superan a los chicos en lectura; la brecha de género en ciencias es mucho más pequeña que en las otras dos materias.
  • El rendimiento medio de los chicos y las chicas enmascara amplias variaciones entre los alumnos que están en los extremos de la distribución del rendimiento.
  • PISA constata que, a los 15 años, los chicos tienen más probabilidades que las chicas de tener un rendimiento bajo en los tres ámbitos evaluados: lectura, matemáticas y ciencias.
  • Entre los alumnos de mayor rendimiento, nivel 6 de PISA, los chicos obtienen mejores resultados que las chicas en matemáticas, pero no en lectura.
  • Los chicos tienen más probabilidades que las chicas de carecer de una cualificación de secundaria superior y de una cualificación terciaria, en promedio en los países de la OCDE. Esta diferencia de género a favor de las mujeres no ha hecho más que aumentar entre 2000 y 2020.
  • En la mayoría de los países, los que abandonan prematuramente la escuela son predominantemente chicos.
  • Las mujeres siguen dominando en los campos de estudio relacionados con la educación, el cuidado, la salud y el bienestar, pero están infrarrepresentadas en los campos relacionados con STEM.
  • Como las mujeres que cursan estudios superiores eligen campos de estudio con un contenido matemático relativamente menor, también es mucho menos probable que practiquen matemáticas avanzadas a diario en comparación con sus compañeros varones.
  • PIAAC muestra que, en la universidad, los hombres tienen mayores niveles de competencia en aritmética que las mujeres, probablemente debido a la elección de carrera. La ventaja en el desempeño de la lectura que llevan las chicas durante la educación obligatoria se reduce o desaparece por completo en la universidad.
  • La brecha de género en el dominio de la matemáticas es evidente cuando se tienen en cuenta todos los adultos, de 16 a 65 años, aunque las diferencias son menores que las que se observan entre los estudiantes universitarios.
  • A diferencia de las matemáticas, los resultados de los hombres y las mujeres en materia de lectura son muy similares en todos los países.
  • En todos los países de la OCDE y en los países asociados, los hombres tienen más probabilidades de conseguir empleo y ganar unos salarios más altos que las mujeres.
  • PISA nos muestra que en todos los países que participaron en la evaluación, las chicas sacan mejores resultados en lectura, aunque el ALC su ventaja es menor que en otras regiones. 

  •  ¿Qué rol juegan los estereotipos de género en la educación y en particular la elección de qué estudiar y cómo esto condiciona la participación laboral y el nivel de ingresos de hombres y mujeres?

Durante muchos años, la OCDE ha recopilado información sustancial sobre cómo las niñas y los niños piensan sobre su futuro potencial en el trabajo y cómo se involucran en actividades de desarrollo profesional. El Estudio Internacional de Aprendizaje Temprano y Bienestar Infantil de la OCDE muestra que los jóvenes se forman ideas sobre el trabajo que harán en la edad adulta a partir de los cinco años. Además, estudios a gran escala en varios países han demostrado que las ambiciones profesionales de los niños a una edad tan temprana están muy diferenciadas por género, especialmente en el caso de los niños (OCDE, 2021). Si bien los niños expresan preferencias personales en función de sus propios intereses, también reflejan la amplitud de las posibles oportunidades a las que han estado expuestos y las suposiciones con las que entran en contacto sobre qué trayectorias profesionales son "razonables" para que sigan las niñas y los niños. Esto condiciona mucho sus elecciones si no se actúa en ello.

Las evaluaciones trienales de PISA han incluido muchas preguntas relevantes que brindan información útil sobre distintas perspectivas relacionadas con la carrera que se encuentran comúnmente en los muchos países y áreas económicas que participan en el estudio. 

Los estereotipos de género están particularmente extendidos en las industrias STEM y la educación, lo que reduce la confianza y el interés de las niñas en las TIC y las aleja de ellas. Además, los estereotipos de género son un problema de larga data que debe abordarse en la educación en tecnología de la información y las comunicaciones ("TIC"). América Latina no es una excepción, y muy pocas niñas cursan estas carreras STEM que son las que proporcionan mayor empleabilidad y mayores sueldos, actuando de esa manera en detrimento del empoderamiento económico de las mujeres.

  • ¿Está calculado qué impacto tiene la educación en el desarrollo económico?

Los países de América Latina destacan por tener un nivel de competencias y conocimiento en general bastante bajos. Su desempeño refleja una variedad de factores como la calidad del sistema educativo, el desarrollo económico y los niveles históricos de participación educativa. Estos resultados que nos proporciona la Evaluación de Competencias de Adultos (PIAAC), también están alineados con el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA), que encontró que entre las economías con un PIB per cápita inferior a USD 20.000, cuanto mayor es la riqueza del país, mayor es su puntuación media en la prueba de lectura PISA. Esto indica una relación positiva entre el ingreso nacional per cápita y el desempeño hasta que se alcanza un umbral mínimo al que todavía no han llegado los países de la región (OCDE, 2018; OCDE, 2012).

  • ¿Qué podemos hacer para revertir esta situación y cuál sería la hoja de ruta?

Invertir en una educación de calidad, de la que se beneficien tanto las chicas como los chicos. Sin una buena formación tanto inicial como continua, será difícil revertir la situación en la que se encuentra la región. 

Para poder hacerlo, es muy importante que se evalúen tanto los sistemas educativos, la formación de los alumnos, como las competencias de la población joven y adulta. Esto permitirá a la región compararse con otros países y ver donde se necesita mejorar y encontrar ejemplos de cómo hacerlo.