Más de medio millón de chilenas ya son emprendedoras

Más de la mitad de ellas pertenecen a los sectores más vulnerables que, desarrollando un trabajo por cuenta propia, mejoran la calidad de vida de sus familias de manera importante.

En Chile existen casi un millón y medio de microempresarios, de ellos, casi 600 mil son mujeres, un 50% más que lo que existía el año 2000 y más del doble respecto de 1990. “Se trata de más de medio millón de chilenas que han hecho del emprendimiento su principal actividad económica. Alrededor de la mitad son personas que pertenecen al 60% de la población con menores ingresos y tienen dificultad para acceder a financiamiento”, señala Pablo Coloma, gerente general de Emprende Microfinanzas, entidad del grupo de la Fundación Microfinanzas BBVA que otorga crédito a pequeños empresarios.

Coloma, comenta que las mujeres valoran en el emprendimiento la posibilidad de compatibilizar la generación de ingresos con el cuidado de sus familias, mucho mejor que como lo podrían hacer trabajando asalariadamente.

Por eso las mujeres se están incorporando cada vez con más frecuencia esta forma de emprender. De hecho, en la Encuesta de Microemprendimiento del Ministerio de Economía (EME)  las mujeres microempresarias declaran que sus principales motivaciones para emprender son que “me permite realizar tareas en el hogar” (86%), “me permite ajustar las horas trabajadas” (86%), “puedo aprovechar mejor mis habilidades” (83%), y que “me da mayor satisfacción” (83%)”.

“Nosotros como entidad de Finanzas Productivas Responsables –señala el ejecutivo– estamos orgullosos de que más del 60% de nuestros clientes sean precisamente mujeres de los sectores más vulnerables del país que están surgiendo gracias a su propio esfuerzo y que pueden cuidar mejor de sus familias gracias a su disciplina y esfuerzo de desarrollar un trabajo por cuenta propia”.

Un caso a seguir

Lisbeth Cáceres es una de las tantas chilenas que hoy emprende, gracias al desarrollo de su negocio de vestuario y artículos femeninos.

Asumir el desafío la llevó a ser parte del más de medio millón de mujeres que en Chile se han atrevido a emprender, desarrollar sus propios negocios y mejorar la calidad de vida de sus familias siendo su propia jefa.

Aunque inicialmente se instaló en la feria de Quilpué para ofrecer artículos para los futbolistas amateur de la localidad, poco a poco y “a pedido de público” fueron ganando espacio la variedad de cremas, aceites y productos naturales para la salud. Hoy, que el negocio está recién abastecido, podemos ver una cantidad indeterminada de infusiones, tantas que la misma dueña perdió la cuenta. El negocio fue tan bien que se amplió. Llegó a tener tres puestos en diversas ferias, hasta que se decidió en hacer crecer su negocio de verdad, pensar en grande.

Con mucho esfuerzo, ahorros y pidiendo un crédito dio el salto y se instaló con un negocio en pleno centro de Quilpué.

“Todo lo que la gente nos pide y nos compra. Cremas y aceites para las arrugas, para los granos, para relajarse, para motivarse, para salir de la depresión, para el éxito y hasta para los maridos problemáticos” dice Lisbeth. Por eso se necesitaba ampliar el local y eso fue lo que llevó a esta microempresaria a endeudarse para el negocio y pedir un crédito en Emprende Microfinanzas. “Mis padres siempre fueron comerciantes y de ellos herede está pasión por emprender  y buscar opciones en  el comercio, lo llevo en la sangre y me encanta y estoy contenta de tener un lugar donde crean en uno y le permitan surgir y desarrollarse”, recalca Lisbeth.