En marcha la hoja de ruta hacia el empoderamiento de la mujer. Empleo y educación, principales metas

No había tiempo que perder en estas dos semanas de debates y conferencias de la 61ª sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW61) en la sede de Naciones Unidas. Conscientes de que aún queda mucho camino por recorrer, la agenda ha sido muy intensa. Sobre la mesa, cuestiones prioritarias como la importancia de que las mujeres ocupen el lugar que les corresponde en el cambiante mercado de trabajo. Y en las conclusiones, la evidencia de que se ha conseguido trazar una hoja de ruta muy clara para superar barreras y avanzar en la igualdad de género.

“El objetivo de nuestro tiempo es la paridad”. Estas palabras de António Guterres, Secretario General de Naciones Unidas, resumen de forma concisa el espíritu de esta 61ª sesión. La paridad se entiende desde el punto de vista político, cultural, económico y social, pero conseguirla no va a ser fácil: “Esto es una batalla… una lucha”, afirmaba Guterres.

La hoja de ruta a la que ha llegado la mayor reunión intergubernamental de la ONU sobre igualdad de género y empoderamiento de la mujer, en la que han participado representantes de los estados miembros, entidades de la ONU, la Fundación Microfinanzas BBVA y ONG de todas las regiones del mundo, establece varias tareas urgentes, porque las barreras son muchas. Entre ellas, condiciones de empleo injustas, economía sumergida, estereotipos negativos de género, falta de promoción en el trabajo y tareas no remuneradas en el entorno familiar. Pero no solo se han puesto los problemas sobre la mesa, también las soluciones.

Durante estos días se ha hablado de la necesidad de fomentar medidas para proteger el trabajo de las mujeres con hijos, de la educación como herramienta de inclusión, de la formación tecnológica, de la promoción de empleos dignos, de las medidas contra la violencia, de las políticas de igualdad en los salarios o del desarrollo de las mujeres indígenas.

Después de estas dos semanas de intenso trabajo, las sensaciones son buenas y parece que hay un compromiso sólido de remar en la misma dirección. “Hemos escuchado de todas las partes la aceptación del imperativo de poner este conocimiento en práctica”, declaró Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de ONU Mujeres.

Las conclusiones finales de la CSW61 son un llamamiento a las partes involucradas para que realicen todos los esfuerzos posibles y consigan empoderar económicamente a todas las mujeres en un mundo donde el derecho al empleo y sus derechos en el trabajo estén garantizados. Y le han puesto fecha a ese compromiso: 2020, diez años antes de que la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible pueda rendir las cuentas que de ella se espera. Para esa fecha, la batalla de la paridad, a la que aludía el máximo responsable de Naciones Unidas, se tendrá que haber ganado.

Educación y generación de riqueza

La educación es otra de las claves para que la mujer tenga igualdad de condiciones y mejore su situación económica y social. En la campaña Global Education First Initiative de la ONU se considera un derecho fundamental y la herramienta principal para el desarrollo sostenible.

Una vez más, los datos permiten obtener una visión más amplia de la realidad. Según esta campaña, si se lograra algo tan básico como que todas las mujeres completaran la educación primaria el número de matrimonios tempranos se reduciría en un 64%; el de embarazos a edades prematuras, un 59%; y la mortalidad de la madre en el parto, un 66%. Si  todas las mujeres alcanzasen la educación secundaria, la mortalidad infantil se reduciría en un 49% y más de 12 millones de niños no sufrirían retrasos en el crecimiento.

En el Grupo FMBBVA, la proporción de mujeres que, o bien solo tenían educación primaria o bien no habían conseguido completarla, se ha reducido 650 puntos básicos en cinco años. En general, se están alcanzando mayores cuotas en el nivel de educación máxima para cada cohorte.

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Rut, asesora de Financiera Confianza, enseña la importancia del ahorro a mujeres y hombres del programa “Ahorro para todos”

Pero hay más, la educación incide directamente en el nivel de ingresos de los emprendedores a los que apoya la FMBBVA. La diferencia en el valor de las ventas promedio de las mujeres que completan secundaria, frente a las que no han llegado a ese nivel de formación, es superior al 11%. En el caso de los hombres, este diferencial se acerca al 14%. Sin embargo, aunque hay una relación causa efecto entre educación y generación de riqueza, son ellas las que ven condicionado su desarrollo por vivir en hogares con un mayor número de personas (3,14 miembros frente al 2,95, en el caso de los hombres con el mismo nivel educativo).

Los datos reflejan unos avances que lamentablemente no son suficientes. Las mujeres siguen sufriendo la pobreza, la falta de escolarización, el desempleo y un mercado laboral injusto. En este contexto, una medición objetiva de la realidad se perfila como otra de las mejores herramientas para trabajar por la igualdad de género. El reto está en conseguir que esa hoja de ruta que ha arrancado con fuerza escriba en tres años su mejor desempeño.