Un futuro mejor para sus hijos: el sueño cumplido de unas mujeres en lo alto del cerro peruano

Para conocer la realidad de las más de 450.000 personas a las que atiende la Fundación Microfinanzas BBVA en Perú, San Juan de Lurigancho es una de las paradas obligatorias. En este distrito, el más poblado del país, viven más de 1,2 millones de personas: muchas pobres y algunas muy pobres.

El consejero delegado de BBVA, Carlos Torres y el director general de la FMBBVA, Javier M. Flores se han acercado hasta uno de los cerros de esta localidad, al que solo se puede acceder por un camino de tierra.

“Hay que llegar hasta aquí para entenderlo”, ha dicho el director de la Fundación. Precisamente, es en un lugar como este donde brillan las historias de muchas mujeres que «luchan todos los días por conseguir unas condiciones de vida mejor para sus familias y labrar un futuro para sus hijos”.

Allí han conocido al grupo «Vecinas unidas para siempre», formado por siete emprendedoras solidarias que mejoran sus negocios gracias a créditos grupales. Periódicamente, ponen en común su progreso y planifican los próximos pasos a seguir. De esta forma, Elisa puede vender productos de belleza, Lourdes tejer prendas, Carmen vender pan, Melissa coser… con la tranquilidad de saber que no están solas frente a los pagos.  

Como ellas, 30.000 mujeres emprenden gracias al programa Palabra de Mujer de Financiera Confianza, la entidad de la FMBBVA en Perú. Desde 2008, ofrece préstamos grupales (de 350 dólares de media) y capacitación para que mujeres vulnerables puedan sacar a sus familias adelante con un negocio propio. “Iniciativas como esta suponen la única oportunidad para mujeres pobres o extremadamente pobres de acceder al sistema financiero”, ha afirmado Carlos Torres tras su visita.

Empoderar a la mujer es un paso necesario para cerrar la brecha de género mundial. Según el McKinsey Global Institute, una mayor igualdad de género en el mundo aportaría un 26% al PIB global y un 34% al de América Latina. Consciente de ello, la FMBBVA atiende a más de un millón de mujeres vulnerables en la región con préstamos productivos, educación financiera y capacitación para que progresen en sus negocios. “Son un ejemplo de dignidad y de fortaleza, sólo necesitan un pequeño estímulo para conseguir grandes resultados”, ha señalado Javier M. Flores. Y ha añadido que “tienen la ilusión, las habilidades y la entereza para salir adelante, ganándose así el respeto de sus familias y sus comunidades”. Los datos también las respaldan: en 2016, siete de cada diez clientes de la Fundación que superaron la pobreza son mujeres.

El impacto de la FMBBVA, visible en las segundas generaciones

La labor de la Fundación, que acompaña el esfuerzo de casi dos millones de personas vulnerables, tiene impacto en las siguientes generaciones. Con el apoyo de Financiera Confianza, Elena Ayala ha conseguido que sus cuatro hijos accedan a la universidad. Hoy, tiene un hijo matemático, otro ingeniero, una hija microbióloga y la última, licenciada en administración de empresas.

Elena Ayala, emprendedora de la FMBBVA, muestra orgullosa las fotos de sus cuatro hijos graduados

Así se lo ha contado orgullosa a Carlos Torres, quien también ha conocido a Armandina Villanera. Esta emprendedora y madre soltera paga los estudios de sus dos hijos gracias a una máquina de coser y el respaldo de la Fundación. El consejero delegado accedió a la invitación de la costurera de sentarse a los “mandos” de su máquina mientras ella le explicaba cómo confecciona 1000 mochilas a la semana.

Carlos Torres en el hogar-negocio de Armandina

«El mérito de estas personas radica en su esfuerzo y en sus ganas de prosperar», ha afirmado Carlos Torres, impresionado por las historias de los emprendedores a los que ha conocido. Tan solo un pequeño ejemplo del casi medio millón de personas que sacan sus negocios y sus familias adelante con el apoyo de la Fundación Microfinanzas BBVA en Perú. “Queda mucho por hacer, pero contamos con el estímulo que recibimos de las personas a las que atendemos”, ha dicho el director de la Fundación. Estímulos como el de una de las emprendedoras a las que ha visitado, quien le ha asegurado: «Lo que hacen ustedes, nadie lo hace».

Armandina, emprendedora de la Fundación, confecciona 1000 mochilas a la semana