Banca comunal a la medida del migrante, una de las fórmulas para su integración social y económica

30 agosto 2024
Fondo Esperanza

¿En qué situación están los migrantes en América Latina y el Caribe? esa es la pregunta a la que responde un reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), según el cual, durante la última década, el panorama migratorio de América Latina y el Caribe (ALC) cambió significativamente;  En 2022, había más de 43 millones de latinoamericanos y caribeños viviendo fuera de sus países de origen, un cuarto de ellos, en otro país de la región.

Asimismo señala que aquellos que migran tienen muchas más posibilidades de trabajar en el sector informal que sus pares nativos (52,2% y 44,5%, respectivamente). En promedio, los inmigrantes tienen una probabilidad 8 puntos porcentuales mayor de tener un trabajo informal que sus pares nativos.

En Chile particularmente, según datos oficiales, más de 1,6 millones de extranjeros residen en el país (casi el 9% de la población), la mayoría de ellos provenientes de Venezuela (33%). Le siguen: peruanos (15%), colombianos (12%), haitianos (11%), bolivianos (9%) y argentinos (5%). 

El 28% de ellos trabaja de manera informal, lo que hace muy vulnerable este segmento de la población. De hecho, un estudio realizado por Fondo Esperanza, la entidad sudamericana de la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA) en Chile, y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), revela que a pesar de que casi 60 mil migrantes son emprendedores, solo el 15% acceden a recursos financieros para desarrollar sus negocios. 

Esta dinámica se vuelve un círculo vicioso ya que la falta de acceso a la financiación limita su capacidad para progresar, invertir y generar ingresos suficientes que les ayuden a satisfacer sus necesidades de vivienda, educación y atención de la salud, que es fundamental para que puedan participar plenamente en  la sociedad donde buscan integrarse, manteniéndolos en una situación de pobreza y vulnerabilidad que, a su vez, les dificulta el acceso a créditos en bancos convencionales.  

Al mismo tiempo, empezar una nueva vida se hace notablemente más difícil para un migrante al carecer de una red de apoyo que normalmente proviene de sus familiares y amigos. 

Por eso, la conformación de una banca comunal es una de las fórmulas más viables para su integración social y económica. Así, en 2020, un grupo de venezolanos y venezolanas dio vida en Chile a ‘Las Resilientes’ en San Pedro de la Paz (Biobío), uno de los primeros bancos comunales 100% formado por migrantes, que se postuló ante Fondo Esperanza para que cada integrante tuviera la posibilidad de obtener un crédito con la condición de ejercer el co-aval solidario con sus compañeros.

“Empezamos siendo 8 personas y ahora somos 36. Antes éramos sólo venezolanos, pero incorporamos un grupo de chilenos con quienes nos llevamos muy bien y ha sido una excelente experiencia. Si bien es difícil emprender sin redes de apoyo, es gracias al emprendimiento que tengo el espacio y posibilidad de administrar el tiempo para estar con mis hijos”, comenta Betsabeth Sánchez, una de las socias fundadoras de ‘Las Resilientes’. 

Betsabeth Sánchez, socia fundadora del BC ‘Las Resilientes’

Desde entonces, Fondo Esperanza ha ido consolidando una oferta de valor adaptada a las necesidades financieras y sociales de la población migrante del país. En septiembre de 2023 dio un paso más allá de acompañamiento a los emprendedores de este segmento de la población, ampliando su apoyo a migrantes con visado temporal. Para ellos, también se habilitó la firma digital permitiéndoles gestionar de forma más cómoda y ágil sus créditos. Asimismo, adaptó el contenido de su programa educativo para incluir temas básicos como el sistema de salud chileno y la regularización migratoria, además de los contenidos que ya tenían a sus disposición con temáticas como: Negocios, emprendimientos, empoderamiento y género, desarrollo social y habilidades digitales. 

Actualmente, Fondo Esperanza atiende a cerca de 4.300 socias y socios migrantes, provenientes mayoritariamente de Perú (32%), Venezuela (31%), Bolivia (14%) y Colombia (12%). 

“Emprender no es fácil, por eso hay que ser constante”, comenta Karelis Marquina, otra integrante de ‘Las Resilientes’ que hace tres años abrió un local de lencería en el Mercado de San Pedro de la Paz. “En Venezuela se podía emprender, pero la economía está tan mal que el dinero se devalúa y es imposible salir adelante. Le doy gracias a Chile por las oportunidades que nos ha dado”. 

Karelis Marquina, integrante de ‘Las Resilientes’