Entrega de becas FMBBVA: once jóvenes cumplirán sus sueños en Colombia y Perú

Por sexto año consecutivo,  Bancamía y BBVA Colombia entregaron la Beca Transformando Realidades. Cinco jóvenes colombianos, hijos de emprendedores vulnerables, cumplirán sus sueños de convertirse en profesionales.

Financiera Confianza, entidad de la FMBBVA en Perú, duplica sus becas y en esta edición 6 jóvenes de todo el país podrán estudiar en la universidad el próximo curso.

 

América Latina es una región de inmenso potencial, impulsada por jóvenes que entienden que el camino hacia el progreso pasa por el aula y la universidad. Pero para muchos, el acceso a la educación superior sigue siendo un sueño que, a menudo, está bloqueado por barreras económicas.

No obstante, en Colombia y Perú, estas barreras se están rompiendo gracias a programas de becas que apoyan a hijos de pequeños emprendedores atendidos por las entidades de la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA). Estas no son solo historias de notas académicas sobresalientes, sino relatos de determinación, sacrificio familiar y el firme deseo de devolver a sus comunidades lo que la vida les ha ofrecido.

A través de la «Beca Transformando Realidades», otorgadas por BBVA Colombia y la Fundación Microfinanzas en el país y las «Becas Financiera Confianza» en Perú, emerge un panorama inspirador de jóvenes que han visto en sus hogares lo que significa el trabajo constante y que sueñan con transformar sus territorios. Gracias a estos programas, 174 jóvenes estudian en la universidad en ambos países.

El motor del esfuerzo colombiano

En Colombia, los ganadores de la VI Edición de la beca comparten una conexión profunda con el esfuerzo de sus padres. Uno de ellos es David Santiago, quien a los tres años ya sabía leer y cuya curiosidad le ha llevado a querer estudiar Ingeniería Mecánica. Su madre, Doris Barrera, ha sacado adelante a la familia con una pequeña tienda de alimentación durante 16 años. David quiere convertir las ideas que tiene en soluciones prácticas que mejoren la vida de las personas.

 

El impacto comunitario también es un tema central para Karen Muñoz, de 17 años, que desea convertirse en odontóloga. Su padre, Nilson Muñoz, es dueño de una pequeña fábrica de ladrillos y Karen también aspira a abrir su propio negocio; un consultorio para devolver la sonrisa a su gente y retribuir el esfuerzo de sus padres.

Por su parte, Kevin Torres, procedente de Arauca, en el noroeste de Colombia, sueña con licenciarse en Ingeniería Mecatrónica para diseñar soluciones que automaticen procesos y potencien la economía del país. Su madre, Isabel Cisneros, ha levantado a la familia criando aves de corral y vendiendo huevos, un negocio que ha logrado fortalecer con el apoyo de Bancamía, entidad colombiana de la Fundación.

De las regiones norteñas de Sucre y Huila, llegan historias de mujeres con una visión empresarial clara: Zaray Cardona, hija de una agricultora, está convencida de que ningún negocio prospera sin una buena gestión y por ello, quiere estudiar Administración en Medellín. También Magaly Cerón, cuya madre es una microempresaria cafetera, persigue el sueño de administrar negocios internacionales. Para ella, la beca es la llave que le permitirá transformar su vida y desarrollarse profesionalmente más allá de las fronteras de Colombia.

Vocación social y desarrollo regional en Perú

Este año la entrega de becas en Perú estuvo cargada de felicidad y emoción porque durante el acto se dio a conocer la noticia de que se duplicaban, en esta edición, las becas universitarias para hijos de emprendedores. 

Gracias a este programa, 6 jóvenes peruanos podrán estudiar en la universidad y convertirse en profesionales. Los jóvenes ganadores demuestran una vocación igualmente fuerte por mejorar sus comunidades, muchas de ellas asentadas en entornos rurales o con desafíos específicos ligados a la geografía y la economía local.

 

En Piura, en el noroeste peruano, María Fernanda Palacios, de 16 años, ha decidido estudiar Magisterio con la meta de ser parte de la etapa clave de la infancia de los niños en su país. Hija de agricultores, María Fernanda quiere crear un espacio educativo de calidad en su comunidad donde hoy escasean las oportunidades para los niños.

La Economía es el camino que ha elegido Clara Pérez, también de Piura, cuya madre se dedica a la cría de gallinas. Para Clara, la carrera va más allá de los números; se trata de buscar soluciones a los problemas diarios y administrar los recursos locales de forma eficaz. Su meta es impulsar el emprendimiento y la educación financiera en su región.

En Arequipa, en el sur de Perú, Angie Anccasi ha optado por Seguridad Minera Industrial, una carrera esencial dada la importancia del sector en el país. Hija de una madre cabeza de hogar que diversifica su trabajo entre la venta de ganado, un pequeño restaurante y la agricultura, Angie entiende que puede convertirse en una profesional que garantice entornos laborales seguros y protección de la vida de los mineros.

La Ingeniería Agrícola atrajo a Carlos Barrios, de la región peruana de Puno, quien vive en una zona rural. Viendo la oportunidad de mejorar la productividad en su comunidad, Carlos busca aplicar técnicas que permitan un uso óptimo del suelo con la mínima utilización de agroquímicos, enfocando su objetivos profesionales en la sostenibilidad.

Finalmente, las ambiciones tecnológicas de Fredy Jampiers, también de Piura, le han hecho decantarse por Ingeniería Electrónica. Su motivación es crear soluciones prácticas en robótica e inteligencia artificial para impactar directamente en su comunidad, mejorando la infraestructura tecnológica y servicios básicos como la electricidad.

Las historias de los ganadores de estas becas nos recuerdan el poder transformador de la inversión individual. Ya sean negocios internacionales, ingeniería mecatrónica o la influencia en la educación de los niños, estos jóvenes colombianos y peruanos no solo están transformando sus vidas, sino que están construyendo, desde sus respectivas comunidades, un futuro más próspero y equitativo para toda la región. Son la prueba de que el esfuerzo de una familia y el acceso a la educación superior son los pilares fundamentales para el desarrollo de un país.