entrevista

Manuel Otero, director general del IICA

Manuel Otero, Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura

"La banca de desarrollo ha impulsado herramientas que, como los microseguros, las microfinanzas o el ahorro, son fundamentales para contribuir a la inclusión financiera"

Manuel Otero es Máster en Ciencias en Desarrollo Agrícola egresado de la Universidad de Londres, Máster en Producción Animal egresado del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza , con sede en Costa Rica, y Médico Veterinario egresado de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires.

Su trayectoria en el IICA se inició en 1988 en la Sede Central. Trabajó como Asesor del Director General, Director de Programación y Evaluación, Director del Centro Regional Andino, Representante en Uruguay, y Representante en Brasil, cargo que ocupó en dos ocasiones.

Es autor de numerosos documentos técnicos sobre comercio internacional, políticas sectoriales y modernización de la agricultura.

Previamente, fue Consejero Agrícola dependiente de la Secretaría de Agricultura de Argentina con sede en Washington, D.C. y ejerció también el cargo de vicepresidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria en Argentina.

En 2017, fue nombrado Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) para el período 2018-2022.

1. ¿Cuáles considera que son los principales obstáculos que hay que superar para lograr el desarrollo agrícola y el bienestar rural en los países de América Latina?

En América Latina y el Caribe tanto el desarrollo agrícola como el bienestar de las poblaciones rurales precisan de un nuevo paradigma que les dé el protagonismo que merecen.

El entorno rural de cualquier parte del mundo debe ser visto como un foco de avance y progreso, con nuevas tecnologías y conectividad, revirtiendo el estigma que los confina como zonas generadoras de pobreza y expulsoras de recursos humanos.

Para ello, precisamos de nuevos marcos institucionales que promuevan el desarrollo de una agricultura más productiva, inclusiva y resiliente, con activa participación de jóvenes y mujeres.

Teniendo en cuenta estos retos, en el IICA hemos diseñado un nuevo plan de medio plazo, que es la nueva hoja de ruta institucional para el período 2018-2022.

Dicha hoja de ruta se fundamenta en cinco programas hemisféricos, mediante los cuales se focalizará la acción programática del IICA y se brindará asesoría y acompañamiento técnico a los gobiernos y otros actores sociales y económicos de la agricultura y la vida rural del continente americano. Dichos programas son los siguientes: Bioeconomía y Desarrollo Productivo; Desarrollo Territorial y Agricultura Familiar; Comercio Internacional e Integración Regional; Cambio Climático, Recursos Naturales y Gestión de Riesgos Productivos; Sanidad Agropecuaria, Inocuidad y Calidad de los Alimentos.

Confío en que con este nuevo accionar y en colaboración con los diferentes actores, podamos contribuir al desarrollo de ese nuevo paradigma que persigue el medio rural de las Américas.

2. ¿Cree que la tecnología puede ayudar a corregir los desequilibrios económicos y sociales de estos países?

La incorporación y el uso de la tecnología deben ayudar al progreso social y económico y para ello debe aplicarse empoderando e involucrando a la población sobre las utilidades y ventajas que ofrecen las tecnologías.

Disciplinas como la biotecnología, la agroecología y más recientemente la robótica y las comunicaciones, entre otras, están transformando la producción agropecuaria, generando extraordinarias oportunidades para aumentar la producción y la productividad y creando nuevos desafíos en términos de cambios en la estructura agraria y del empleo rural.

El aprovechamiento de estas oportunidades depende de las capacidades científico-técnicas de cada país, del desarrollo del sector privado, de las inversiones públicas y privadas y de las políticas científicas, técnicas y productivas implementadas por los gobiernos.

Dado lo anterior, la innovación y la tecnología constituyen temas transversales para la acción de los programas de cooperación técnica del IICA, que velarán por incorporar el enfoque innovador y el uso de la ciencia y la tecnología como herramientas para lograr la transformación y el mejoramiento de la agricultura hemisférica.

En el IICA implementamos nuestra cooperación técnica con los gobiernos y otros actores a través de diversas modalidades: diseño de estrategias de desarrollo y a la identificación de necesidades de cooperación técnica entre los países; la movilización de recursos financieros externos; la gestión y administración de recursos provistos por los países para sus proyectos de desarrollo; la respuesta a demandas concretas y puntuales para resolver problemas coyunturales o emergencias de los países; la cooperación horizontal entre países y en particular la cooperación Sur-Sur. Nuestra obsesión es el desarrollo, y en ese sentido la agricultura debe ser prioritaria.

3. En concreto, ¿cómo influyen las nuevas tecnologías en el sector agropecuario de Latinoamérica?

La aplicación de nuevas tecnologías en el sector agrario y agroalimentario, ya sea en ALC como en otras regiones del mundo, ha supuesto un avance en el desarrollo de los territorios rurales: por un lado, incrementan la productividad agrícola y por otro,  mejoran las condiciones de trabajo en el campo y de las personas que viven en él. Se trata de lo que venimos llamando “Smart Agriculture”.

Pero la digitalización agrícola debe perseguir objetivos como reducir la brecha digital, impulsar el desarrollo de modelos de negocio sostenibles vinculados a las nuevas tecnologías y gestionar bien la información que nos proveen los datos para la correcta toma de decisiones. Sin embargo, para que todo ello se pueda dar, precisamos inversiones que provean banda ancha en los territorios rurales.

Existen múltiples ejemplos de Smart Agriculture. Detallo algunos que están empezando a aplicarse en diversos países del mundo: sensores, big data, software para la gestión de explotaciones, biotecnología, empresas de economía social, tecnología satelital, e-commerce agroalimentario, trazabilidad y blockchain.

Somos conscientes de que en América Latina y el Caribe, la mayor parte de las estructuras agrarias proceden de agricultura familiar y estas tecnologías son costosas, por ello debemos fomentar el asocio entre pequeños agricultores para que puedan invertir e innovar, ya sea con ayuda de nuevas tecnologías o sin ellas, conjuntamente en los diferentes eslabones de la cadena de valor. En este sentido, por ejemplo, en la región del Huila, en Colombia, gracias al apoyo de socios estratégicos españoles, tuvimos ocasión de apoyar el impulso de políticas públicas que promuevan el asociacionismo así como fortaleciendo las capacidades organizacionales de diversas asociaciones de productores.

4. El 60% de los clientes del Grupo de la Fundación Microfinanzas BBVA son mujeres que han conseguido mejorar su calidad de vida, la educación de sus hijos y su desarrollo ¿Cuál sería su propuesta para lograr un mayor empoderamiento de la mujer rural y reducir la desigualdad que existe actualmente?

En el IICA hemos desarrollado un documento técnico de referencia sobre la situación de la mujer rural y recomendaciones de políticas públicas para fortalecer y mejorar la contribución de las mujeres al desarrollo de la agricultura y el desarrollo de los territorios rurales.

En este sentido vamos a promover entre nuestros gobiernos y socios estratégicos la aplicación de políticas y medidas en favor de la equidad de género en las áreas rurales de nuestra región de América Latina y el Caribe.

5. Uno de los productos y servicios que ofrecen las entidades del Grupo, para lograr el crecimiento económico inclusivo y sostenible de los emprendedores, son los microseguros. ¿En qué medida considera que estos son importantes para la sostenibilidad de los negocios de los emprendedores rurales en caso de que sufran cualquier eventualidad?

La banca de desarrollo ha impulsado herramientas que, como los microseguros, las microfinanzas o el ahorro, son fundamentales para contribuir a la inclusión financiera. De acuerdo con un reciente informe de la CEPAL, nuestra región se caracteriza por tener un acceso bajo y desigual al sistema financiero. Por lo tanto, toda promoción de instrumentos financieros y de aseguramiento entre los más excluidos es importantísima.

En relación con los microseguros, entendemos que suponen una oportunidad para la población más vulnerable, que suele estar más expuesta al riesgo. La exposición a riesgos de los emprendedores con pocos recursos puede dar lugar a pérdidas económicas en los hogares. El temor reduce la probabilidad de que estos colectivos se animen a emprender negocios que les puedan generar más ingresos y por lo tanto, que les permitan disminuir su condición de pobreza.

En este sentido, los microseguros son mecanismos que pueden ser útiles para reducir la vulnerabilidad de los hogares pobres, y a la vez les puede mejorar sus condiciones de vida.

6. ¿Qué iniciativas ha llevado a cabo el IICA para lograr alianzas que permitan impulsar el fortalecimiento de la agricultura?

En el IICA, tal y como viene definido en nuestra hoja de ruta para los próximos cuatro años, promovemos alianzas con un variado portafolio de socios estratégicos que complementan nuestro accionar.

A lo largo de 2018 hemos firmado decenas de convenios de colaboración con organismos internacionales como la SEGIB, universidades de diversos países entre los que se encuentran universidades españolas, centros de investigación y el sector privado.

Uno de los convenios que me gustaría destacar es el firmado entre IICA y Microsoft el pasado mes de noviembre, en el que hemos depositado mucho esfuerzo y que supone un hito en la historia del Instituto. Gracias a esta relación estratégica se facilitará la implementación del Internet de las Cosas, Big Data e Inteligencia Artificial en el sector agrícola del continente americano. Estamos planificando junto a Microsoft numerosas iniciativas.

También hemos impulsado el Programa de Embajadores de Buena Voluntad del IICA, que forma parte de una iniciativa para hacer frente a los retos y las oportunidades que presenta la agricultura de las Américas, lo que exige un trabajo colaborativo con instituciones del sector privado y organizaciones de la sociedad civil.

Los Embajadores de Buena Voluntad del IICA comparten preocupaciones y compromisos por lograr un desarrollo sostenible y equitativo y están dispuestos a unirse a una causa para aumentar la conciencia pública y trabajar por el desarrollo a través de proyectos relacionados con la seguridad alimentaria, la bioeconomía, las relaciones de género y juventud, la producción responsable o el cambio climático, todos temas claves en la agenda del IICA.

7. ¿Cómo considera que el sector privado puede contribuir al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y, en concreto, al ODS 2 “Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible”?  

En la última Cumbre Iberoamericana por primera vez empresarios e instituciones se pusieron de acuerdo para trabajar con una misma hoja de ruta: la Agenda 2030. Los ODS son, por tanto, una excelente oportunidad para que todos los actores podamos alinear las prioridades de nuestras acciones y que además, podamos impactar a nivel global.

La sostenibilidad demuestra ser el camino para las empresas ya que sus beneficios impactan en las comunidades que las rodean, pero también en los resultados del negocio y en una mayor aceptación por parte de los consumidores.

Así pues, el sector privado tiene múltiples oportunidades para contribuir a la Agenda 2030. Respecto al ODS 2 destacaría dos ejemplos: por un lado, las empresas del sector agroalimentario deben procurar la provisión de alimentos seguros pero además asegurar el aumento sostenible de la producción agroalimentaria.

Por otro lado, en relación sector financiero, entendemos que instrumentos de promoción del ahorro, el acceso al crédito y los microseguros también apoyan al desarrollo de negocios producción agrícola para que inviertan cuando sea necesario y a su vez puedan comprar alimentos cuando no se disponga de ellos.

El compromiso del sector privado con los ODS y su correcta información a los clientes ayuda a generar marcas con valor e involucramiento hacia unos consumidores que cada vez son más exigentes a la hora de elegir entre una marca u otra. En el siglo XXI, los consumidores no sólo esperan comprar y satisfacer necesidades, también esperan que las marcas que ellos generen un impacto social y ambiental positivo.

8. ¿Le gustaría compartir con nuestros lectores algún logro del que se sienta especialmente orgulloso a lo largo de su vida profesional? ¿Y personal?

Me siento muy orgulloso de haber sido el primer argentino electo para liderar un organismo internacional desde el año 2003. Es un honor que mi país me haya propuesto como candidato a la Dirección General del IICA y estar liderando una transformación del organismo para que esté más cerca de los países y promueva verdaderos cambios para una agricultura inclusiva, moderna, competitiva y sustentable.