entrevista

Nuestros Expertos

Desarrollo

Basándonos en la opinión de nuestros lectores, recogemos en cuatro secciones las respuestas más interesantes de los expertos entrevistados en los números anteriores de Progreso

Ricardo Hausmann

Ricardo Hausmann Ricardo Hausmann
  1. ¿Cuáles son los determinantes fundamentales que considera que inciden críticamente en el desarrollo económico y social de un país?

La vida en la sociedad moderna es compleja, en el sentido que requiere de muchos ingredientes complementarios y la falta de alguno de ellos tiene efectos negativos muy grandes. Por ello, dos países igualmente pobres pueden sufrir de la carencia de cosas muy distintas. También, por esto mismo las recetas simples, como la educación, el microcrédito o las “instituciones”, son respuestas inconvenientes.  Pero si fuese a formular una cierta visión sintética que englobara a todos los países en desarrollo, diría que el secreto del desarrollo o, en todo caso, el ingrediente más difícil de acumular es el saber-hacer o know-how colectivo. El secreto de la prosperidad es la tecnología, pero ésta se expresa en tres tipos de elementos: herramientas o equipos, códigos o recetas y know-how o conocimiento tácito. Mientras las herramientas y las recetas son fáciles de diseminar, el know-how es difícil de difundir porque se adquiere lentamente a través de la imitación y la repetición, de la misma manera como los niños aprenden a caminar o como aprendemos un idioma. Nadie aprende a jugar un deporte o a diagnosticar a un paciente leyendo sobre el tema. Se requiere de años de práctica.

  1. ¿Por qué importa tanto el know-how colectivo?

Este fenómeno tiene dos elementos que lo hacen un obstáculo mayor al desarrollo. El primero es que la tecnología moderna requiere a menudo de un know-how colectivo, en el sentido que la tarea que se intenta realizar solo puede ser ejecutada por un equipo diverso pero coherente, como una orquesta sinfónica. Para tocar una sinfonía, con un violinista no basta, por más ducho que éste sea. La capacidad de crear equipos de gente con un know-how lo suficientemente diverso como para tocar la pieza es a menudo el aspecto más difícil de la difusión tecnológica.

El segundo es que si bien un violinista puede enseñar a otros su arte, lo que permite reproducir el know-how que alguien ya tiene, no puede enseñar a tocar el oboe. Y si nadie en el país sabe tocar el oboe, no hay quien entrene a otros en este instrumento. La ausencia del oboe impide tocar todas las piezas que requieren de su participación. Por ello, el disponer de la primera persona con un cierto tipo de know-how implica un reto del huevo y la gallina: nadie sabe hacer lo que nunca ha hecho, pero nadie puede hacer lo que no sabe hacer. El reto del desarrollo implica buscar formas de resolver este problema de coordinación.

Esta característica del desarrollo hace que los países menos desarrollados no solo produzcan menos per cápita, sino que también producen una menor variedad de productos y los que producen tienden a ser más sencillos, en el sentido de que requieren de menos know-how colectivo: tienden a ser cuartetos y no sinfonías.

 

Felipe González 

Felipe González Felipe González
  1. Fortalecer las vías de relación entre Latinoamérica y España, ¿qué ventajas supone para ambos? ¿En qué aspectos considera que es más necesaria?

Existe una comunidad en la que, a pesar de que hay una pluralidad de identidades, también hay coincidencias y realidades comunes, una comunidad que se puede transformar en una asociación de intereses, una comunidad cultural, en el sentido de identidad de identidades, de la que se ha conseguido, con la aproximación, muchos resultados en el ámbito internacional y de cooperación entre nuestros países. El intercambio cultural, social y comercial entre todos los países de la comunidad iberoamericana se ha incrementado considerablemente y tiene mucho potencial de crecimiento. Los movimientos de integración serán más fuertes cuando el intercambio entre los países de la región sea tan grande como el regional con otras regiones del globo.

  1. Latinoamérica es la región que presenta mayor desigualdad económica y social. A pesar del crecimiento económico, la reducción de la pobreza y la desigualdad permanece estancada según el último informe elaborado por la Cepal “Panorama Social de América Latina 2014”. ¿Cuáles considera que son las causas que motivan este estancamiento? ¿Qué recomendaciones haría para impulsar una distribución más equitativa de la riqueza?

 La formación de capital humano –un capital humano con una media muy joven en toda la región- será lo que garantice un desarrollo más igualitario. En cuanto a las causas del estancamiento es claro que la crisis económica mundial ha golpeado muy duro y, aunque los países de esta zona la sufrieron menos en un primer momento, en parte, porque América Latina tiene la ventaja como región de que su economía no está excesivamente financierizada y no ha sufrido la implosión del sistema financiero global, también les afectan sus consecuencias. Las instituciones financieras españolas en esos países han contribuido a la seriedad del comportamiento del sistema financiero en relación con la economía latinoamericana. No obstante, las consecuencias del estancamiento económico mundial se están haciendo notar y han supuesto un freno al crecimiento de algunos países importantes como Brasil o Argentina.

La solución está en el crecimiento con redistribución del ingreso, sobre todo indirecto, a través de la educación y de la salud. No se trata de crecer para que lo que rebose llegue a los más pobres, se trata de crecer con un modelo que prospere y redistribuya; cuando no se pueda hacer directamente vía salarios, porque el sur compite con el sur vía salarios, que se redistribuya a través de mecanismos indirectos, como el acceso a la educación o el acceso a la salud, que da renta añadida y mejora el capital humano.

 

Santiago Cantón 

Santiago Cantón Santiago Cantón
  1. ¿Cómo describiría los grandes rasgos de la evolución de Iberoamérica en los últimos 25 años, desde el punto de vista económico, político, social y de los Derechos Humanos? ¿Cuáles han sido los principales canales? ¿Cómo la evolución de cada una de estas dimensiones ha afectado a las otras y, en particular, al respeto a los Derechos Humanos?

Siempre que se pide hablar de una región tan amplia y con enormes diferencias entre los países, se puede cometer el error de generalizar sobre temas que varían mucho de país en país.

Valga este comentario inicial, para aclarar que no todas las apreciaciones que siguen pueden ser aplicables a todos los países por igual. La región lleva tres décadas o más de gobiernos elegidos por la voluntad popular. Este es un logro extraordinario para una región acostumbrada a los golpes de estado.

Durante más de un siglo vivimos tres olas democráticas en la región. Esta última, iniciada en los ochenta, ha sido la más duradera y completa, y más allá de las dificultades existentes, parece difícil que esta tendencia se revierta. No podemos, ni debemos, olvidarnos de este gran logro.

Ahora bien, sin perjuicio de este avance, el Estado de derecho, el respeto al imperio de la ley, está lejos de ser el deseable. A la democracia electoral, le ha faltado consolidar un proceso de fortalecimiento de las instituciones democráticas, en donde éstas reinen sobre presidencialismos demasiado fuertes, donde el personalismo ensombrece y debilita a las instituciones democráticas. Sólo cuando logremos dar ese paso, nuestras democracias tendrán una fundación solida.

Económicamente, estas décadas también han sido muy variadas. Si comparamos, por ejemplo, la década del ochenta, la “década perdida”, que entre paréntesis, desde una visión democrática, fue la mejor década, ya que se logro recuperar la democracia, con la primera década de este siglo, donde la economía creció gracias al precio de las materia primas, hay enormes diferencias.

Sin embargo, sin perjuicio del gran crecimiento de la última década, la gran mayoría de los países de América Latina aun son muy dependientes de los ciclos internacionales en los precios de las materias primas. Hasta que no se logre una mayor industrialización, esa dependencia continuará existiendo, afectando lamentablemente no solo a la economía, sino también a lo político y lo social.

Para los derechos humanos, el retorno a la democracia, por definición, fue salir de la noche de las dictaduras, para comenzar el largo camino de avanzar en la protección de los derechos humanos. En ese camino, la respuesta que han tenido los Estados es imposible de generalizar. Por ejemplo, en cuanto a juzgar a los responsables por las violaciones a los DDHH durante la dictadura, países como Argentina han avanzado mucho, pero otros, como El Salvador o Brasil se están quedando a medio camino.

Con respecto al reconocimiento y/o protección de algunos grupos en situación de vulnerabilidad, también se han logrado pasos importantes. Por ejemplo, con relación al derecho a la tierra de los pueblos indígenas o el matrimonio igualitario. En materia de derechos humanos, el camino por recorrer debe ser siempre más largo que el recorrido, y por ejemplo, más allá de la igualdad formal de la mujer, la discriminación contra la mujer continua siendo el desafío principal que tenemos en la región.  América Latina es la peor región del mundo en cuanto a femicidios, con más de 5000 por año, sumado a un nivel de impunidad, también record a nivel mundial. En términos generales, si bien la lucha por la igualdad, se logro formalmente, los pueblos indígenas, afro descendientes, personas LGBT, en la práctica continúan siendo discriminadas. 

  1. En alguna ocasión ha comentado que los organismos internacionales han perdido el espíritu que inspiró la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. ¿Cómo cree que se podría recuperar dicho espíritu e impulsar una actuación común en la defensa y protección de los Derechos Humanos?

Así es. El espíritu de 1948, con la Declaración Universal y la explosión de Declaraciones, Convenciones, normas de distinto tipo para prevenir y proteger los DDHH, ya no existe. Nuestra región fue pionera en la defensa de los DDHH, la Declaración Americana es anterior a la Declaración Universal; pero el espíritu de Bogotá, cuando se creó a la OEA y se aprobó la Declaración Americana, tampoco existe más.

En mis clases en la universidad hablo de los cuatro pilares que conforman a todo sistema de protección de derechos humanos y la necesidad de que todos funcionen bien para avanzar en la protección de los DDHH: los Estados, las normas, las instituciones internacionales creadas para supervisar el cumplimiento de las normas, y la sociedad civil como el motor principal.

Está claro que hoy en día muchos Estados no tienen la voluntad de fortalecer esos derechos en la práctica, por más que desde el discurso no hacen más que hablar de las bondades de los derechos humanos. Recientemente la OEA culminó un proceso, autodenominado por los Estados, de fortalecimiento del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Luego de más de dos años de discusión los Estados no aportaron ni una sola idea para verdaderamente fortalecer.  Todo lo contrario, el único objetivo fue encorralar a la Comisión Interamericana de DDHH (CIDH) para que no siga cumpliendo sus funciones con la independencia que la caracterizó desde la década del setenta.

El espíritu de 1948 difícilmente se recupere, sobre todo en las condiciones mundiales actuales, donde nuevas amenazas a la seguridad están reflotando el falso dilema entre seguridad y derechos humanos.

Asimismo, es necesario que mucho de los líderes actuales de América Latina, no continúen “politizando” los derechos humanos para obtener réditos políticos. Solo cuando logremos que los DDHH sean una bandera de todas las fuerzas políticas, sociales y económicas, podremos estar más cerca de entonar la primera letra de la victoria.

 

Claudio González Vega 

Claudio González Vega Claudio González Vega
  1. ¿Cuáles considera que son las causas del incremento de la desigualdad, a pesar de la mejora del PIB en los países de América Latina?

Éste es un tema tremendamente complejo, y que posiblemente varíe de un país a otro, pero puedo imaginarme dos entre varios determinantes:

  • La pérdida de calidad y los rezagos de la educación, frente a los avances de la tecnología, la economía de la información, los procesos de generación de valor más complejos, que requieren un capital humano especializado, de alto nivel. Quienes poseen este capital humano (los ingenieros, los diseñadores de sistemas, los que producen software y robótica…) pueden alcanzar elevados ingresos usando ese capital humano. En contraste, los trabajadores de menor nivel, los trabajadores menos cualificados, se han quedado capturados por sistemas de educación deficientes, que no han avanzado con los tiempos y que no les permiten mejorar su productividad y sus salarios. Entonces, los bien educados van mejorando sus ingresos, y los que no tienen educación y no están calificados se quedan ahí donde estaban, y eso va abriendo la brecha, aún entre personas que dependen solamente de su trabajo para generar sus ingresos.
  • A la vez, en algunos países, en muchos países, existen elevadas barreras legales, regulatorias, burocráticas, para pasar de la informalidad a la formalidad. Y éste es un tema que, entre los temas de la revista, puede ser de gran interés: cuánto cuesta sacar una licencia para operar, cuánto cuesta hacer algún trámite, cuáles son las asimetrías que hay entre ser regulado o no, ser formal o ser informal, en cuanto a impuestos, requerimientos y otras cargas. Entonces, mucha gente se queda atrapada en una informalidad de baja productividad, y estas barreras les impiden que su pequeña empresa familiar se convierta en una pequeña empresa de diez-quince empleados, porque todo eso requiere una tramitología espantosa, carísima, que les cierra el paso.

 

Microfinanzas

Ricardo Hausmann 

Ricardo Hausmann Ricardo Hausmann
  1. Desde su perspectiva, cuando fue miembro de la Junta del Instituto de Microfinanzas de Acción Internacional, ¿cuáles son las principales lecciones que sacó de esa experiencia?

 Las microfinanzas nacen de una idea muy sencilla: dar crédito enfrenta costos fijos de evaluación y monitoreo. El costo de procesar y evaluar un crédito de 10,000 dólares o de 100,000 dólares no es muy distinto. Para recuperar esos costos el banco tiene que cobrar más caro el crédito de 10,000 que el de 100,000. Para un cierto tamaño del crédito, no tiene sentido prestar, porque para recuperar el costo fijo la tasa debiera ser impagable. Por ello los préstamos de 100 dólares tienden a no existir.

Las microfinanzas se basan en la reducción de esos costos fijos para extender el mercado de créditos hacia clientes más pequeños. Hasta aquí todo bien. El problema es que encima de esta mejora económica se creó un discurso y unas expectativas inalcanzables.

La hipótesis que llevó al entusiasmo era que si la gente lograba tener acceso al capital, cambiaría el mundo de manera radical. Pero el mundo no ha cambiado y todas las evaluaciones serias de las microfinanzas encuentran impactos pequeños y a menudo negativos. Las micro-finanzas son mucho más viejas que la telefonía móvil pero hoy hay miles de millones de personas con esos teléfonos y solo cientos de millones con microcréditos y estos constituyen una muy pequeña parte del sistema bancario, aún en Bangladesh. Para mí esto es un reflejo del tema del know-how. Yo le puedo dar capital a todas las mujeres de un barrio. Pero si lo que saben hacer es poner una pequeña bodega o vender los mismos dulces, los retornos al capital van a ser muy bajos y posiblemente inferiores al costo del crédito.

Además, las microfinanzas no estaban diseñadas para seleccionar empresas de alto potencial y acompañar su crecimiento. El crédito solidario en grupo obliga a cada emprendedor a asegurar a los demás miembros del grupo y eso los hace reacios a tomar el riesgo de otros. Este es el modelo contrario al de un fondo de capital de riesgo, donde lo que se invierte es equity y no deuda y donde un éxito paga por muchos fracasos. Mientras más ampliemos la disponibilidad de micro-deuda, más importante va a ser la restricción de know-how.

 

Claudio González Vega 

Claudio González Vega Claudio González Vega
  1. ¿Cuál puede ser el futuro a medio plazo de la industria? ¿Qué rol van a desarrollar los bancos comerciales y las IMF? ¿Cree que es un sector que va a ralentizar su crecimiento?

 Lo que está de moda es hablar de inclusión financiera. Yo creo que habría que reconocer varias cosas:

Una, que las microfinanzas como una innovación para crear determinados tipos de servicios financieros, esencialmente para trabajadores por cuenta propia, empresas familiares, pequeñas empresas, etc., son una pero no la única de las maneras como se puede lograr la inclusión financiera.

Una segunda observación es que hay una gran paradoja, al coexistir lugares, por un lado, donde la inclusión financiera es elevada, donde ciertos segmentos de la población, principalmente en las grandes áreas metropolitanas, como Lima, Bogotá, Quito, están más bien sobre-endeudados; y, por otro lado, en los mismos países, otros lugares donde la población está esencialmente excluida. La coexistencia de regímenes es un fenómeno muy típico de países en desarrollo; hay un régimen de sobre-endeudamiento y un régimen de ausencia total de acceso al crédito institucional.

El futuro se encuentra en resolver esta paradoja. Se encuentra, por un lado, en descubrir los mecanismos institucionales, regulatorios, tecnológicos, para reducir la incidencia del sobreendeudamiento;  y, por otro lado, en impulsar una nueva oleada de innovaciones que nos permitan llegar a donde no hay nada todavía. Ahí donde no hay nada todavía, habrá oportunidades importantes de crecimiento.

Tal vez lo triste es que, cuando la tarea no se ha hecho bien, cuando la calidad de la decisión de crédito ha sido baja y se ha sobreendeudado a la gente, lo que se les ofreció fue una inclusión efímera, transitoria, frágil. Y, cuando finalmente se termina con esta situación, estas personas caen en un “hueco negro”, de donde va a ser más difícil salir que desde donde se encontraban inicialmente: están castigados en las centrales de riesgo, han perdido su reputación, es difícil que les presten otra vez.

¿Quiénes harán todas estas labores? Una gama diversa de entidades; hay espacio para diferentes tipos de entidades: hay espacio para bancos, hay espacio para entidades no bancarias de microfinanzas, hay espacio incluso para algunas ONG muy especializadas en ciertos segmentos de la población. Cada uno de ellos podrá operar junto a los otros, porque tendrá ventajas competitivas para operar en unos segmentos del mercado y no en otros y viceversa.

Uno puede imaginarse, sin embargo, que la banca comercial seguirá concentrada en su énfasis corporativo y aprovechará las nuevas tecnologías de información y de comunicaciones para desarrollar servicios transaccionales, principalmente: medios de pago, transferencias de dinero, pago de servicios públicos, etc., a los que también accederán las poblaciones ahora clientes de las entidades de microfinanzas. Al final del día, sin embargo, los bancos que están intentando entrar al sector de las microfinanzas con servicios de crédito van a perder la partida contra las entidades originariamente de microfinanzas, las que han desarrollado las “relaciones” con la clientela.

Porque la historia cuenta. El haber llegado diez años antes significa que se tienen diez años más de aprendizaje, diez años más de conocimiento, diez años más de cercanía con el cliente y de desarrollo de lealtades. Eso no se puede reproducir de la noche a la mañana. Además, los bancos no tienen una cultura corporativa que les permita tener la paciencia de entrar en ese segmento por diez años, a ver si acaso eso funciona. Sino que, u obtienen un resultado inmediato, o lo intentan y no les va tan bien y se salen del segmento. Entonces, yo creo que para el segmento del que estamos hablando (el hogar-empresa, la pequeña empresa propia, la microempresa productiva…), ahí las entidades con un enfoque y una tecnología propia de microfinanzas (basada en relaciones) van a sobrevivir.

Claro que estamos en una nueva etapa de las microfinanzas. Ha habido un quiebre estructural en cuanto a qué es lo que se podría llamar el ritmo de crecimiento natural de este sector. Hubo una primera etapa, que era la etapa de llenar un vacío. Entonces se podía crecer muy rápidamente; pero, en cualquier área de la vida (física, biología, mercados...), el crecimiento exponencial es imposible. Ahora estamos llegando, en esas localidades en donde se ha estado operando (las otras están todavía vacías) a un nuevo régimen de crecimiento más lento, deseablemente más prudente. Para las entidades mayores, las que tienen un ámbito de operación más amplio, las oportunidades de crecimiento van a estar en nuevas regiones, nuevos tipos de clientes, nuevos tipos de productos, en una mayor variedad de circunstancias, más que en tratar de repetir lo mismo en los mismos lugares donde ya están y que ya están saturados.

  1. ¿Cuáles serían los puntos fundamentales que debería abordar una legislación microfinanciera propia para un desarrollo sostenible del sector?

 El regulador tiene que entender que las microfinanzas son diferentes, pero que la diferencia que importa desde el punto de vista regulatorio no es la de las buenas intenciones, no es que se necesita una regulación diferente porque los clientes son pobres, o porque son mujeres, sino que se necesita una regulación diferente porque es un perfil de riesgo diferente, y porque la metodología de crédito que se usa para analizar ese perfil de riesgo es una metodología de crédito distinta a la de la banca tradicional. Si el regulador no se da cuenta de esa diferencia y trata de aplicarle las mismas normas a la banca tradicional y a las microfinanzas, está tratando a diferentes como si fueran iguales, y eso nunca es eficiente. Entonces, por ahí tiene que comenzar.

En segundo lugar, tiene que entender que los costos para lograr alcanzar a estas poblaciones excluidas hasta este momento son más elevados y tienen otros comportamientos que los costos que tiene la banca comercial, y que en consecuencia no debe interferir en las políticas de fijación de precios, porque las políticas de fijación de precios deben reflejar estas diferencias de costos y deben promover la sustentabilidad de las instituciones. Y también, a la hora de distinguir riesgos, tiene que entender con claridad que el crédito de consumo para asalariados es un perfil de riesgo completamente diferente al del trabajador por cuenta propia, que está en una actividad productiva en vez de retirar un salario, y si le da el mismo trato al consumo y a las microfinanzas, mata a las microfinanzas.

Hay desde luego mucho debate en este momento sobre la necesidad de proteger al cliente, y ahí es claro que si las microfinanzas son el sector con más vocación hacia el cliente, por razones de mínimo respeto tiene que haber transparencia y lealtad con el segmento.

José Antonio Payet 

Antonio Payet José Antonio Payet
  1. ¿Y qué mensaje le daría a quienes trabajamos para el Grupo de la Fundación Microfinanzas BBVA, que a través de las Finanzas Responsables Productivas buscamos un futuro mejor para las personas más desfavorecidas?

 Las Microfinanzas son uno de los instrumentos más poderosos para el desarrollo de un país. Si decimos que la célula es la familia y la empresa, con las Microfinanzas actúas en la vena; es como la sangre que permite que el organismo funcione. Como financiera, tienes contacto directo con la Mype, suministrando crédito. Pero no son una beneficencia, sino una empresa que reinvierte sus beneficios, que tiene que tener cuidado con la recuperabilidad, y es importante porque impones disciplina de mercado en el sector más incipiente. El rol de ustedes es fundamental para el desarrollo.

 

Gobierno Corporativo

Felipe González 

Felipe González Felipe González
  1. La Fundación imparte talleres de Gobierno Corporativo de forma altruista en Latinoamérica, a fin de impulsar la implantación de unos marcos normativos formales y transparentes en las entidades del sector. ¿Qué influencia piensa que tiene para el desarrollo económico de un país la implantación de buenas prácticas de Gobierno Corporativo?

 En América Latina hay que hacer un enorme esfuerzo para mejorar el proceso de toma de decisiones desde el punto de vista institucional, para hacerlo más eficiente y más previsible. La colaboración público-privada es imprescindible para sostener a medio y a largo plazo el desarrollo. Pero hay un elemento prioritario, que las instituciones se vean más eficientes en el proceso de toma de decisiones y más previsibles en el medio y largo plazo. Las buenas prácticas de gobierno corporativo en todos los niveles son imprescindibles. No es posible responsabilizar a los empresarios, cuando no hay previsibilidad de futuro, que sus inversiones, cuando se proyecten, sean especulativas y cortoplacistas. Para hacer inversiones sostenidas a medio y largo plazo uno tiene que saber que es previsible lo que hace, que no tiene que ser depredadora e inmediata, porque tiene todo el espacio necesario para recuperar su inversión y participar en el desarrollo de los países en los que se invierte. Se discute mucho más de la seguridad jurídica, que está implícita en lo que digo: previsibilidad y eficiencia en el proceso de tomas de decisiones. Sugiero que hay que hacer un gran esfuerzo en la mejora institucional –en las empresas y en el gobierno- para procesar bien las decisiones y darle previsibilidad a corto, medio y largo plazo.

 

Claudio González Vega 

Claudio González Vega Claudio González Vega
  1. ¿Qué importancia otorga al Gobierno Corporativo para la normalización y transparencia del sector?

 El desempeño de una entidad: qué pasa con la amplitud de la cobertura, a quiénes se les llevan los servicios, qué calidad de servicios se ofrecen, con cuánta eficiencia se ofrecen, todo eso depende de las decisiones que toman todos los involucrados: oficiales de crédito, gerentes de agencia, directores regionales, unidad de riesgo, etc. Y esas decisiones no se toman en el vacío, sino que se toman en respuesta a una estructura de incentivos, que dice qué consecuencias tendrá para mí, para los demás, para la misión que andamos buscando, el que yo me comporte de manera A o de manera B.

El papel central del Gobierno Corporativo es definir y precisar con claridad y de una manera apropiada esa estructura de incentivos. Algunos de esos incentivos van a ser monetarios, otros no, como la posibilidad de crecer profesionalmente, la estabilidad en el trabajo, el que a las personas se les ofrezcan tareas que les resulten estimulantes, etc. Toda una serie de cuestiones, donde hacer bien las cosas es recompensado, y hacer mal las cosas es castigado de alguna manera, pero está claro cómo eso se va a hacer. Y ese diseño de incentivos no es una tarea trivial, porque hay que entender con claridad qué es lo que mueve a la gente, qué es lo que la motiva para hacer las cosas bien.

Como Patrono de nuestra Fundación, y gran conocedor de las Instituciones Microfinancieras que forman nuestro grupo, ¿cuál considera que es el rasgo que nos diferencia al Grupo Microfinanzas BBVA del resto de grupos o del resto de Instituciones Microfinancieras que hay actualmente en el mundo?

Yo creo que nos diferencian dos insumos en el proceso y, en consecuencia de eso, los resultados. Uno, la calidad humana integral del personal de la Fundación, tanto la Fundación en Madrid como en cada una de las Entidades. Yo voy a República Dominicana, voy a Colombia, voy a Perú, voy a Chile, y me asombra cómo la gente que hay allí es especial; tiene una calidad humana integral. Me impresionan no sólo sus habilidades y destrezas profesionales, sino su compromiso, su carisma; hay una abundancia de carisma en la Fundación. Y dos, desde luego, se diferencia en haber encontrado una fórmula para complementar conocimiento local, experiencia, reputación, en un ambiente particular, con las cosas que son más difíciles de adquirir cuando no se tiene escala: sistemas, mecanismos de control, herramientas, etc., que provienen de la experiencia de la sede. Entonces, con las tremendas dificultades que eso de todas maneras implica, se ha ido logrando una buena complementación de estas dos facetas.

La consecuencia de eso ha sido lograr una rápida expansión, una presencia reconocida y prestigiosa en los lugares donde se está operando, y el ir ofreciendo a la clientela una perspectiva de calidad de servicio hacia el futuro, una noción de que entrar en una relación con nuestras entidades no es un ejercicio transitorio sino que es algo que tiene perspectivas de futuro, un poco darle a nuestros clientes una sólida perspectiva de futuro con las entidades de la Fundación. Otras entidades tienen algo de esto, pero como conjunto, con presencia en América Latina es el grupo que más tiene de esto en este momento.

 

José Antonio Payet 

Antonio Payet José Antonio Payet
  1. Su estudio ha participado en varias de las operaciones más importantes de finanzas corporativas en el Perú. Desde su punto de vista, ¿cuál es la importancia del Buen Gobierno Corporativo?

La empresa es el pilar de la economía y la sociedad. Desde adultos, hasta que morimos, tenemos una vinculación muy fuerte con empresas: te dan servicios, educación, salud, administran tu dinero; es tan importante como la familia, y el Gobierno Corporativo define cómo esa empresa se maneja. El Buen Gobierno Corporativo es el código de conducta de esa empresa, si es transparente, recta con el derecho de sus accionistas, si cumple la norma, trata bien a sus trabajadores, respeta el medio ambiente. Pero esto no es propio de las grandes empresas. Es importante que haya un ‘chorreo’ de esas prácticas, que la adopten desde las más grandes hasta las más pequeñas.

 

Igualdad

Felipe González 

Felipe González Felipe González
  1. ¿Cómo concibe un hombre de Estado el concepto de igualdad entre hombres y mujeres? ¿Observa avances significativos sobre el papel de la mujer en el mundo empresarial?

 Como una necesidad urgente que todos los gobiernos deberían apoyar, como digo a veces, aunque sólo sea por egoísmo. ¿Qué empresa prescindiría del cincuenta por ciento de sus trabajadores por razones de sexo o cualquier otra diferencia? Sería una ruina. En la sociedad tenemos que concienciarnos que no podemos prescindir del 50 por ciento de sus ciudadanos, de sus cualidades y valores, de sus potencialidades. Es muy probable que estemos ante una lucha de poder, el hombre teme perder su preminencia y lucha desesperadamente por evitar la igualdad que cada día es más ineludible. En la empresa la igualdad está lejana, sobre todo en los niveles de dirección, no así en la política donde la igualdad es más visible en esta región del mundo, donde hay tres mujeres en la más alta magistratura del estado.

 

Rebeca Grynspan 

Rebeca Grynspan Rebeca Grynspan
  1. Latinoamérica ha sido pionera en establecer un marco jurídico que promueva políticas públicas que garanticen la igualdad de género. Sin embargo, la región posee índices muy altos de feminicidio y de discriminación por razón de género. ¿Qué políticas o medidas públicas y privadas harían falta para promover el respeto de los Derechos Humanos de las mujeres en la región?

 Efectivamente, Latinoamérica ha sido pionera en las leyes de discriminación positiva para avanzar en la equidad de género y en la representación política de las mujeres en los niveles más altos de gobierno. En este momento es la región con mayor representación femenina parlamentaria en promedio, por encima de la media mundial. De la misma manera, probablemente no hay ninguna otra región que haya elegido tantas Presidentas mujeres como lo ha hecho Latinoamérica en los últimos diez o quince años. Así es que vemos ejemplos positivos de progreso hacia la igualdad de género en la región. Sin embargo, seguimos teniendo heridas muy abiertas, especialmente referidas a la violencia de género.

El hecho de que alrededor de 15 países de la región haya debido cambiar el Código Penal para establecer la figura del feminicidio, tipificando el homicidio especialmente dirigido a las mujeres solo por el hecho de ser mujeres, es un síntoma muy negativo y una preocupación muy sentida en la región, por los altos índices de violencia de género y de feminicidio que tenemos y que expresan todavía el largo camino por recorrer.

Igualmente, en el ámbito económico, si bien es cierto ha habido una incorporación masiva de las mujeres al mercado laboral, también es cierto que las brechas salariales entre hombres y mujeres no se han cerrado. Sigue habiendo una brecha salarial importante, tanto medida por igual trabajo como por igual nivel educativo.

O sea que las mujeres, tanto en el ámbito político, como en el ámbito económico y social, siguen experimentando, a pesar de los avances, considerables barreras y manifestaciones de discriminación, muchas veces invisible, en el ejercicio de sus derechos. Por tanto la equidad de género tiene que seguir siendo un elemento fundamental del programa de acción de los gobiernos, de las políticas públicas y de los organismos internacionales.

  1. Más de la mitad de las mujeres de Latinoamérica trabajan en condiciones precarias en el sector informal y tienen un acceso muy limitado al sistema de protección social. ¿Cuáles intervenciones serían necesarias para reducir la informalidad y para ofrecerles a las mujeres mejores redes de protección?

 Es una pregunta muy importante. La sobrerrepresentación de las mujeres en el ámbito informal es una realidad, así como la baja cobertura de pensiones y de protección social para las mujeres. Yo creo que hay que actuar en varios frentes: el primer frente es lograr medidas para una mejor conciliación entre trabajo y familia, que se convierte en un punto central para lograr también mejores sociedades hacia futuro. El tema de la conciliación familia-trabajo no concierne solo a las mujeres, involucra también a los hombres. Más políticas y normas que reconozcan la necesidad de conciliación en el ámbito laboral, tanto en términos de permisos de maternidad y paternidad, como de horarios, de flexibilidad, de horas o días que se pueden dedicar a atender urgencias o necesidades familiares –y ver eso como natural en el trabajo y no algo que nos va a afectar en nuestra posibilidad de ascender en la pirámide empresarial– son elementos fundamentales para la igualdad. Esto ayuda también en la informalidad porque muchas mujeres no tienen más alternativa que optar por la informalidad porque no tienen con quién dejar a su familia.

El segundo frente, es la necesidad de desarrollar mucho más la red de cuido. Las mujeres que no tienen acceso a red de cuido, no pueden tener una inserción en el mercado laboral formal porque no tienen infraestructura de apoyo. Quiero resaltar el  hecho de que la conciliación trabajo-familia no es solo un tema de negociación al interior del hogar, de la pareja, sino que es un tema social. Hay una corresponsabilidad entre el mercado laboral, el Estado y la sociedad, junto con las familias y las parejas. Y esto es muy importante, porque se trata también de la capacidad de socialización de las futuras generaciones. Es un tema por el que deberíamos estar preocupados todos.

Además, sabemos que en la lucha contra la pobreza, la capacidad de la mujer para una mejor inserción en el mercado laboral y en la generación de ingresos es un elemento fundamental. En promedio, en la región latinoamericana, la pobreza es alrededor de 10 puntos menos cuando hay un ingreso femenino en la familia. Por lo tanto, fortalecer la red de cuido se trata tanto del bienestar psíquico y social de las futuras generaciones, como de la lucha contra la pobreza y la construcción de sociedades más justas y equitativas.

El tercer frente, son los programas de acceso al crédito y de capacitación para las mujeres, que se convierten en un elemento fundamental de igualación de oportunidades hacia futuro.

En cuanto al sistema de protección social, naturalmente si se tiene más acceso al sector formal, se potencia la protección social que viene aparejada. Un punto interesante es la discusión que se está dando de si los sistemas de seguridad social deben reformarse para no responder solo a los trabajadores formales, sino que también logren incluir al sector informal. O sea, que los sistemas de seguridad social no estén ligados a la naturaleza formal o informal del puesto de trabajo, sino mucho más al individuo y a su ingreso.

Esta es una discusión muy amplia, que está relacionada con el debate sobre si los países deberían ir hacia sistemas contributivos versus sistemas financiados con la estructura impositiva. Yo soy una convencida de que tiene que haber una combinación. Los países latinoamericanos, con su presión fiscal y su nivel de desigualdad tan amplio, no pueden ir a un esquema como el de los escandinavos, donde la seguridad social se financia con los impuestos de todos. Los sistemas contributivos son importantes y deberíamos poder, como en el caso costarricense, ir a un sistema multipilar. Tanto Costa Rica, como Colombia, México, y recientemente Brasil, han implementado sistemas de varios pilares. Una discusión seria sobre cuáles son los pros y contras de cada una de las soluciones o propuestas que se han ido desarrollando en los últimos años, es conveniente y necesaria.

El tema de género está implicado en este debate, por ejemplo a través de la discusión, que no se ha zanjado, sobre la edad de retiro versus la densidad de cotización. La posibilidad de que las mujeres se pensionen antes era una propuesta reivindicativa, que yo creo que habría que sustituir por la densidad de cotizaciones, que es el verdadero problema para que muchas de las mujeres puedan tener acceso a una pensión, porque como entran y salen del mercado laboral –precisamente por la familia, por el cuido de los hijos o las personas mayores-, o se insertan a veces en el mercado formal y a veces en el mercado informal, el número de cotizaciones necesarias para pensionarse se convierte en un obstáculo insalvable para tener acceso a una pensión y se presenta entonces la paradoja de que muchas mujeres financian parte del sistema, sin recibir ningún beneficio.

  1. ¿Considera Usted que las microfinanzas son una herramienta útil para empoderar a la mujer y facilitar su desarrollo socioeconómico? ¿Cuáles considera que son las mayores fortalezas y debilidades de las microfinanzas y cómo se podría mejorar su impacto?

 Yo creo que los estudios demuestran que el acceso al crédito y las microfinanzas ha sido una herramienta sumamente útil para empoderar a las mujeres. Todos conocemos algunos de los casos más exitosos a nivel internacional, como el Grameen Bank, pero hay una serie de esquemas que se han desarrollado para poder darles acceso a las mujeres al crédito.

Muchos creen que el microcrédito debe ser crédito subsidiado. En lo personal yo creo que las mujeres, al no tener un sistema formal al cual acudir para pedir pequeñas cantidades de préstamo, caen en manos de los agiotistas y pagan más bien tasas de interés innecesariamente altas. No hay duda de que las tasas de interés en los esquemas de microfinanzas son más altas que en los créditos bancarios regulares, porque requieren de mayores costos de transacción. Sin embargo, aun siendo estas tasas de interés más altas, son una alternativa mucho mejor que la opción del agiotista en la comunidad. Esa es una fortaleza de las microfinanzas.

Creo que su debilidad es cuando los esquemas son precarios, cuando no incluyen los elementos de los que hablábamos antes, de capacitación de las mujeres, de apoyo a su habilidad de manejar un pequeño emprendimiento. Lo que es más caro cuando tratamos de llegar a estos sectores muy vulnerables, muchas veces sin educación, son precisamente las tareas de apoyo. Tiene sentido cobrar tasas de interés más altas si ello implica acceso a los servicios que les van a permitir a las mujeres usar ese crédito para su desarrollo personal y económico.