En el panorama actual, nos enfrentamos a uno de los desafíos más apremiantes que obstaculiza los esfuerzos por promover la igualdad de género y el desarrollo sostenible: la falta de financiación. 

"La falta de financiamiento en programas diseñados para mujeres perpetúa la desigualdad de género"

La asignación desigual de recursos para abordar las necesidades específicas de las mujeres perpetúa un ciclo de desigualdad que obstaculiza el progreso hacia un mundo donde todas las personas, independientemente de su género, tengan igualdad de oportunidades. Según datos recientes de ONU Mujeres, el déficit anual de financiamiento para iniciativas de género asciende a la alarmante cifra de 360.000 millones de dólares, exacerbando aún más la vulnerabilidad económica de las mujeres en el mundo. 

En medio de tiempos turbulentos marcados por crisis políticas, económicas y climáticas se intensifica la austeridad presupuestaria en muchos países. Esta situación, lamentablemente, no solo limita aún más la disponibilidad de recursos para abordar las necesidades de las mujeres y las niñas, sino que también exacerba las condiciones ya difíciles en las que se encuentran. Durante conflictos y crisis, los niveles de violencia de género aumentan y las mujeres enfrentan mayores riesgos de pobreza y exclusión. Además, el cambio climático afecta de manera desproporcionada a las mujeres, quienes son responsables del cuidado de sus familias y comunidades, y la degradación ambiental impacta directamente en su seguridad alimentaria y su salud. En este contexto preocupante, resulta alarmante observar cómo no solo no se responde a estas necesidades crecientes, sino que además se reduce la financiación existente.

Desde el comité español, pedimos unirse al llamado urgente de ONU Mujeres por una inversión significativa y sostenida en iniciativas de igualdad de género. Este compromiso con la igualdad de género debe reflejarse en políticas concretas y asignaciones presupuestarias adecuadas. Solo a través de una inversión decidida y sostenida podemos avanzar hacia un futuro donde todas las mujeres tengan la oportunidad de alcanzar su pleno potencial y contribuir al desarrollo de sociedades más justas e igualitarias. 

Es esencial que los gobiernos y las instituciones internacionales reconozcan la importancia de invertir en las mujeres como un motor clave para el progreso y la prosperidad. Otra cifra alarmante revela que solo el 0,13% de la ayuda oficial para el desarrollo se destina a organizaciones feministas, lo que evidencia una falta de compromiso con la igualdad de género a nivel global. La falta de financiamiento adecuado para programas centrados en las necesidades de las mujeres no solo perpetúa la desigualdad de género, sino que también impide el crecimiento económico y social sostenible.

Para superar estos desafíos, se requiere asignar recursos suficientes para garantizar que las mujeres y las niñas tengan acceso a educación, atención médica, oportunidades económicas y protección contra la violencia de género. La inversión en programas de empoderamiento económico, liderazgo y participación política de las mujeres es esencial para crear sociedades más inclusivas y equitativas.

En un mundo donde los desafíos que enfrentan las mujeres y las niñas continúan siendo subestimados y subfinanciados, es fundamental reconocer la urgencia de un cambio significativo. Más allá de las estadísticas y los informes, estas son vidas reales que se ven afectadas por la falta de recursos y atención. Cada día que pasa sin una respuesta adecuada es otro día en el que se perpetúa la desigualdad y se niega el potencial pleno de la mitad de la población mundial. Es hora de que quienes detentan el poder y las instituciones tomen medidas audaces y decisivas para invertir en un futuro donde la igualdad de género no sea solo una aspiración, sino una realidad palpable para todas las personas, en todas partes.