editorial

Educación. El reto

Gissele González de Domínguez, presidenta de la Junta Directiva de Microserfin.

Transcurrido dos años de la pandemia mundial COVID-19, se ha hecho aún más evidente que una de las mayores deficiencias en América Latina es la educación.

"América Latina necesitará acciones compensatorias decisivas, inversiones y estrategias específicas para prevenir impactos regresivos a largo plazo, ya que el nivel educativo está altamente correlacionado con la informalidad"

Previo al año 2020 se mostraban datos desalentadores en Latinoamérica  ya que existía una informalidad laboral superior al 50% y para desarrollar un análisis de educación existían retos importantes como la falta de datos sobre series históricas, control de calidad, confiabilidad, indicadores educativos y ausencia de información sobre el sector privado, entre otros.

A partir de la pandemia, que provocó los cierres prolongados de escuelas, donde mundialmente más de 170 millones de niños se quedaron en sus casas se generó una multitud de desafíos para los estudiantes, que van desde el acceso a la educación hasta el deterioro de la salud mental.

En comparación con otras regiones del mundo, América Latina y el Caribe han enfrentado algunos de los cierres de escuelas más largos durante la pandemia. Según datos de la Unesco, las escuelas en los países de ALC estuvieron cerradas total o parcialmente durante 48 semanas en promedio.  Los niños y jóvenes tuvieron que aprender desde casa mediante plataformas de aprendizaje a distancia, incluidas las aulas en línea, la televisión y la radio, lo cual ha creado una discusión sobre el aumento de desigualdades en los resultados educativos y a medida que los estudiantes regresen a la educación presencial regresarán con diversos niveles de pérdida de aprendizaje, potenciando la baja calidad en la educación que ya se presentaba en la región Latinoamericana, lo cual a su vez, expone problemas como la pobreza, corrupción y desigualdad.

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Gissele González de Domínguez, presidenta de la Junta Directiva de Microserfin

América Latina necesitará acciones compensatorias decisivas, inversiones y estrategias específicas para prevenir impactos regresivos a largo plazo ya que el nivel educativo está altamente correlacionado con la informalidad. Esto incluye políticas como capacitar a los maestros sobre cómo acelerar el aprendizaje entre los estudiantes que se están quedando atrás, desarrollar la capacidad de las escuelas para apoyar las nuevas necesidades socio-emocionales de los estudiantes y construir la infraestructura para prevenir interrupciones futuras. Estas políticas también deben ser sensibles a las grandes diferencias en la forma en que estos desafíos se manifiestan y al aumento en la deserción escolar en muchos países.

Para nuestro segmento de microfinanzas esta nueva realidad aumenta los retos que debe enfrentar  tanto las IMF como los micro emprendedores, siendo algunos de los más importantes la necesidad de fortalecer la capacidad institucional de la IMF,  tecnología digital que permita aumentar escala a menor costo,  la formación a nuestros clientes para lograr mercados más resilientes y acceso a servicios financieros en un sector con escasez de recursos.

Debemos visualizar que donde hay educación no hay distinción de clases. Concentremos nuestros esfuerzos en impulsar ambientes flexibles, tecnología y educación inclusiva para generar una mejor calidad de vida en nuestros países.