entrevista

Brigit Helms, directora general del Fondo Multilateral de Inversiones

Brigit Helms

Las instituciones financieras deben dedicar tiempo a entender las necesidades, el comportamiento y las preferencias de sus clientes

Brigit Helms es directora general del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), un laboratorio de innovación para el Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Lleva ya 30 años trabajando para encontrar soluciones dentro del sector privado a los problemas de desarrollo, entre ellos, los de inclusión financiera, en África, Asia, y Latinoamérica.

Doctorado en Economía Agrícola y del Desarrollo por la Universidad de Stanford y con un máster por la Johns Hopkins University School of Advanced International Studies, ha trabajado en la división para Latinoamérica y el Caribe del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (IFAD) de la ONU y en la División para el Caribe del Departamento de Comercio de Estados Unidos. A lo largo de su carrera, ha desempeñado altos cargos de gran responsabilidad en organizaciones y proyectos tales como SPEED, un programa financiado por USAID para Mozambique; en la consultora McKinsey & Company; y en la Corporación Financiera Internacional (CFI). Además, Brigit Helms es una de los miembros fundadores del Grupo Consultivo de Ayuda a la Población más Pobre (CGAP) y goza de una amplia experiencia en asuntos relacionados con las microfinanzas y la inclusión financiera.

1. A lo largo de su carrera ha desempeñado diferentes cargos en distintas partes del mundo que le han permitido observar de cerca la evolución de las microfinanzas desde sus orígenes. ¿Cuáles han sido los logros principales de este sector durante las tres últimas décadas? ¿Y cómo han contribuido a ello las instituciones latinoamericanas de microfinanzas en particular?

Los servicios financieros están en constante evolución. Las microfinanzas no son sino otra etapa más de esta evolución, que ha demostrado que quienes cuentan con unos ingresos reducidos también pueden ser clientes viables para el sistema financiero. Y se trata de una innovación demostrada que cuenta con importantes raíces en Latinoamérica y el Caribe. Aunque la historia es bastante conocida, me gustaría destacar algunos aspectos que considero especialmente útiles:

  • En primer lugar, los servicios no existen al margen del tiempo y el espacio; los proveedores de microfinanzas se dieron cuenta rápidamente de la necesidad de crear instituciones que operaran con un tipo distinto de clientes (informal, sin avales), y que al mismo tipo fueran sólidas en términos financieros. Si los bancos no estaban dispuestos a hacerlo, serían las organizaciones no gubernamentales y otras las que tendrían que crear las denominadas instituciones de microfinanzas de la nada. Las microfinanzas supusieron una verdadera “disrupción” para la banca en los años 90.
  • En segundo lugar, este sector emergente entendió que solamente sería posible conseguir una viabilidad a largo plazo si las microfinanzas se convertieran en parte del sistema financiero global y no se quedaran en algo marginal, y los pensadores más innovadores se esforzaran por originar un entorno normativo que lo facilitase. Sin duda, no se trataba de una tarea fácil, puesto que los organismos reguladores no contaban con experiencia en estos nuevos riesgos, clientes e instituciones, pero muchos se mostraron dispuestos a aprender y experimentar.
  • En tercer lugar, un factor importante fue lo abierto que se mostró el sector de las microfinanzas a un abanico sumamente diverso de participantes. No es infrecuente ver que las instituciones de microfinanzas dispongan de financiación tanto de mercados de capital e inversores privados (locales e internacionales) como de donantes filantrópicos.

Estas son algunas de las importantes lecciones que podemos sacar de nuestra experiencia en Latinoamérica y el Caribe y que podrán aprovecharse en el resto del mundo. Por supuesto, cada país de la región está desarrollando sus sistemas financieros a un ritmo diferente, pero resulta evidente que los que ha logrado integrar mejor este sector en sus mercados financieros locales (Perú, Colombia, Bolivia) son los más adelantados.

2. Obviamente, su institución ha desempeñado un importante papel en el desarrollo de las microfinanzas, y, en términos más generales, de la inclusión financiera en Latinoamérica y el Caribe. ¿Cuál ha sido la estrategia del FOMIN en este ámbito?  

El FOMIN ha sido uno de los líderes entre las instituciones de desarrollo multilateral y bilateral a la hora de apoyar el crecimiento del sector de las microfinanzas en Latinoamérica y el Caribe. Hemos apoyado a unas 250 instituciones que operan en el área de la inclusión financiera (es decir, con casi una de cada tres instituciones de la región) ya sea directamente con la cesión de préstamos o becas de cooperación técnica, y la compra de participaciones, o indirectamente a través de fondos de inversión especializados. La cantidad de clientes individuales alcanzada por estas instituciones ya ha superado la cifra de 5 millones. Un papel esencial que ha desempeñado el FOMIN ha consistido en suministrar capital semilla para crear y fortalecer a las instituciones de microfinanzas emergentes y ayudarles a evolucionar hasta convertirse en bancos especialistas o en entidades financieras reguladas.

Actualmente, en torno al 70% de los clientes de microcréditos de Latinoamérica y el Caribe operan con instituciones reguladas que han desarrollado nuevos canales de distribución, tales como cajeros automáticos, agentes bancarios y teléfonos móviles, lo que está en marcado contraste con lo que ocurría en los años 90 o incluso en la primera década de este siglo, cuando lo normal era que a los clientes con ingresos reducidos les prestaran servicio organizaciones no gubernamentales. Hablando en términos más generales, el FOMIN se ha esforzado por sentar las bases para un sector de las microfinanzas sólido en Latinoamérica y el Caribe al fortalecer las distintas instituciones financieras individuales, facilitándoles que se conviertan en entidades reguladas, probando nuevas metodologías y productos de préstamo, y apoyando a los fondos. Las becas de cooperación técnica del FOMIN se han empleado para ayudar a las instituciones de microfinanzas, a los organismos reguladores, las asociaciones bancarias, las agencias de calificación y a las startups. Y todo ello junto con la pertinente transferencia de conocimientos especializados, la investigación y la celebración de eventos de inclusión financiera para difundir las lecciones aprendidas y las mejores prácticas.

3. ¿Podría compartir con nuestros lectores algunos aspectos destacados sobre cómo ha participado el FOMIN en el desarrollo de este sector?

Claro, podemos citar distintos ejemplos que reflejan nuestro enfoque integral para el desarrollo de las microfinanzas y la inclusión financiera:

  • La creación de ProFund, el primer fondo especializado de inversión en microfinanzas del mundo, que se lanzó en 1996. Posteriormente aparecieron otros fondos de inversión en microfinanzas que experimentaron con nuevas ideas y estructuras de financiación, las que gradualmente han sido adoptados por diversos fondos de inversión privada, por ejemplo, ciertos fondos centrados en temas tales como el préstamo en divisa local y la financiación en el ámbito rural.
  • Apoyo inicial para el desarrollo de productos que aproveche las nuevas tecnologías, como las iniciativas de monedero móvil de Paraguay con TIGO, y de Colombia con BanColombia.
  • Foromic, el congreso anual del FOMIN sobre inclusión financiera en Latinoamérica y el Caribe, que se ha convertido en la principal plataforma de networking sobre este tema, con 1.000-1.400 participantes cada año.
  • El informe y el índice de Microscope. En 2007, el FOMIN promovió la primera herramienta para analizar el entorno comercial en el campo de la inclusión financiera en Latinoamérica y el Caribe con la creación del Global Microscope. El informe ha avanzado hasta analizar 55 países de todo el mundo, y es una de las principales publicaciones sobre inclusión financiera.

4. Centrémonos ahora en el FOMIN. ¿Podría contarnos un poco más sobre su función dentro de esta organización? ¿Cuál es su estrategia para el futuro?

A principios de año tuve el privilegio de convertirme en la nueva directora general del Fondo Multilateral de Inversiones y, tras haber trabajado durante muchos años en el ámbito del desarrollo internacional, conocía los logros y reputación de esta organización. El FOMIN goza de una muy merecida reputación como organización eficaz e innovadora, y me impresionó inmediatamente la calidad y dedicación de su personal. De todos modos, teníamos claro que era necesario acelerar el ritmo de innovación para poder garantizar la relevancia del FOMIN en el futuro..

Por ello, partiendo del excelente historial de 23 años del FOMIN hemos adoptado una nueva estrategia que consolida la posición del Fondo como laboratorio de innovación para el Grupo BID. Esto implica que estamos participando en proyectos y experimentos que son muy pequeños, muy arriesgados o muy tempranos para el resto del Grupo BID (el BID para el sector público o el IIC para el sector privado). Pero desde un principio, la idea ha sido establecer un rumbo definido para escalar todos estos experimentos a través de nuestra “familia” dentro del Grupo BID o con otros inversores.

Otro elemento clave de esta nueva estrategia ha sido donde hemos centrado la atención. El FOMIN reorientó su actividad en tres áreas para responder mejor a las necesidades de nuestra región y alinearnos mejor con el Grupo BID: la Economía del conocimiento, Agricultura inteligente en términos climáticos y Ciudades inclusivas. Además, hemos renovado nuestros instrumentos financieros para disponer de una mezcla innovadora de productos, que incluya los bonos con impacto social (BIS); instrumentos que combinen becas, préstamos y patrimonio; y precios basados en derechos de autor para los préstamos. Asimismo, estamos explorando los préstamos descontados en función del rendimiento social.

Y para que esto ocurra, no podemos seguir haciendo más de lo mismo. Tal como ocurre con cualquier organización moderna, el FOMIN requiere disrupción e innovación, lo que no sólo implica cambiar lo que hacemos, sino cómo lo hacemos. Necesitamos cambios de conducta por parte de las personas para internalizar la necesidad del cambio, y hacer algo diferente de lo que se está haciendo actualmente. Este es el único modo en que podemos superar los límites, romper con el status quo e innovar.

5. Muy interesante. ¿Podría extenderse un poco más en este sentido? ¿Cómo puede promoverse el cambio de conducta dentro de una organización? Y especialmente en el caso de una en la que la burocracia tiene un papel tan relevante, como es el BID.

Los cambios únicamente ocurren cuando se promueven desde dentro, y esto es precisamente lo que estamos haciendo en el FOMIN. A modo de ejemplo, déjeme que le cuente una historia sobre la ciencia del comportamiento y la lotería.

En un experimento que se llevó a cabo con decenas de miles de sujetos: a una mitad del grupo se le dio un billete de lotería, mientras que la otra mitad se le pidió que eligiera, o "escribiera", su propio billete. Los investigadores ofrecieron al primer grupo 5 USD para recuperar los billetes, y la mayoría aceptó. Pero, ¿qué pasó con el segundo grupo? Pues que tuvieron que ofrecerles entre 3 a 5 veces más dinero para convencerles.

¿Y cuál es la moraleja de la historia? Que cuando la gente “escribe su propio billete de lotería” en sus compañías/lugares de trabajo, se muestran entre 3-5 veces más comprometidas con los resultados. En el FOMIN, estamos sacudiendo el status quo:

  • Usando encuentros de 24 horas de tipo hackathon en los que los participantes pueden reconcebir y acelerar nuestro ciclo de aprobación de proyectos, para que su duración sea la cuarta parte o un tercio de lo que solía tardarse antes
  • Celebrando sesiones de presentación con los actores más importantes para los nuevos proyectos propuestos
  • Creando grupos de trabajo interdisciplinarios que llevan a cabo tareas tales como la renovación de nuestra página web
  • Reduciendo nuestra estructura de liderazgo al permitir que empleados de todos niveles sean responsables de los equipos y realizando encuestas periódicas en las que se solicitan comentarios directos de los altos directivos

Al aprender de nuestras experiencias y de la de los demás, esperamos despertar la innovación (tanto en términos del qué como del cómo) necesaria para que Latinoamérica y el Caribe pueden hacer frente a los retos y aprovechar las oportunidades de la próxima década.

6. ¿Cómo cuadran las microfinanzas (y, hablando de un modo más genérico, la inclusión financiera y las finanzas digitales) con esta nueva estrategia?

A mi juicio, las microfinanzas son un trampolín para llegar a unos sistemas financieros más eficientes e inclusivos. Las finanzas digitales son otra gran fuerza que está integrando las nuevas tecnologías digitales en los sistemas financieros de todo el mundo, con un potencial inmenso para lograr operaciones más eficientes, mejores productos y canales alternativos/novedosos. El FOMIN fomentará su desarrollo adicional en la región, no como un objetivo en sí mismo, sino como un factor clave de nuestras áreas prioritarias.

De hecho, estamos convencidos de que las finanzas digitales son un elemento importante que permitirá potenciar que las empresas innovadoras se consoliden, crezcan y se expandan. Latinoamérica y el Caribe son un terreno fértil en el que pudiera llevarse a cabo una importante revolución de las finanzas digitales, y el FOMIN y el Grupo BID están colaborando con grandes corporaciones, instituciones financieras y startups innovadoras para avanzar en este sector emergente.

7. ¿Podría comentar un poco más sobre las razones por las que las finanzas digitales parecen estar empezando aún en Latinoamérica y el Caribe? ¿Por qué no están de uso común?

Hay varias razones para ello. De todos modos, y partiendo de mi experiencia, existen tres factores importantes que sirven para explicar por qué Latinoamérica y el Caribe se encuentran rezagados en lo que respecta a las finanzas digitales:

  • Los servicios de pago tradicionales. Nuestra región cuenta con un sistema de pago “tradicional” perfectamente establecido tanto para las transacciones nacionales como para las internacionales, y la gente suele preferir el efectivo. Así pues, toda nueva tecnología de pagos que surja, por ejemplo, deberá contar con un sistema de depósito y disposición de billetes y monedas. Toda tecnología que aparezca deberá partir del sistema financiero existente, combinando la eficiencia de las plataformas digitales con la infraestructura financiera actual.
  • Innovaciones sin contacto con la realidad. En el pasado ha habido empresas que han intentado replicar en nuestra región modelos ya utilizados en otras partes del mundo, y han fracasado. Los emprendedores e instituciones financieras deben dedicar tiempo a entender las necesidades, el comportamiento y las preferencias de sus clientes. El éxito de los monederos electrónicos en Colombia y Paraguay demuestra que esto es posible.
  • Un entorno normativo prudente. La nueva economía exige una regulación flexible, normas que puedan adaptarse y responder a las tecnologías y modelos comerciales emergentes. Pero se presenta un problema, porque los países de nuestra región tradicionalmente han mantenido unos reglamentos financieros sólidos para evitar riesgos sistémicos y proteger a los consumidores. Aunque el fin es bueno, no obstante, es necesario adaptarse para aprovechar al máximo las nuevas tecnologías.

8. Por último, ¿podría recomendar algún libro o película a nuestros lectores?

Me avergüenza decir que últimamente no he tenido demasiado tiempo para leer. De todos modos, siempre recomiendo "Las cinco disfunciones de un equipo", de Patrick Lencioni, a cualquiera a quien le interese la gestión del cambio en las organizaciones. Esta entretenida parábola me parece súper esclarecedora, y la he utilizado siempre que ha surgido la oportunidad a lo largo de toda mi carrera.

Y mi película favorita de todos los tiempos es "Being There" (titulada "Desde el jardín" en Latinoamérica y "Bienvenido Mr. Chance" en España), una película de 1979 con Peter Sellers y Shirley MacLaine como protagonistas. La película arroja luz sobre la tendencia tan humana de ver y oír justo lo que queremos, lo que en ocasiones tiene efectos dramáticos y devastadores. ¡Creo que es tan relevante hoy en día como lo era hace cuatro décadas!