entrevista

Martín Naranjo, presidente del Consejo Directivo de la Asociación de Bancos del Perú (ASBANC)

 Las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) son el motor de la economía en América Latina, representan más del 90% de todos los negocios de la región y generan la mayoría del empleo formal, según el Banco Mundial. Sin embargo, enfrentan grandes desafíos que van desde la informalidad hasta el limitado acceso a la financiación y la tecnología. En Perú, el Congreso acaba de aprobar en mayo pasado, la Ley para la Formalización, Desarrollo y Competitividad de la Micro y Pequeña Empresa (Mype), que busca facilitar su formalización y darles acceso a beneficios fiscales. Para analizar el impacto de este tipo de medidas y explorar qué se puede hacer para impulsar la competitividad de las mipymes en toda la región, conversamos con Martín Naranjo, presidente del Consejo Directivo de la Asociación de Bancos del Perú (ASBANC).

"Si la formalidad se percibe como más trámites, más tiempo y más controles, difícilmente será atractiva. En cambio, si abre el acceso a financiamiento, a mercados más amplios y a servicios del Estado, se convertirá en una inversión conveniente"

Bachiller en Ciencias Sociales y Licenciado en Economía por la Pontificia Universidad Católica del Perú, con Maestría en Economía por la Universidad de Pennsylvania donde estudió como Fulbright Scholar y becario de la Fundación Ford. Ha sido Gerente General del Banco de Desarrollo del Perú (COFIDE) y Superintendente de Banca, Seguros y AFP. También ocupó altos cargos en el Banco Mundial, BID, Leasing Perú, Bancolombia y Financiera Confianza. Actualmente es Presidente del Consejo Directivo de la Asociación de Bancos del Perú (ASBANC), Presidente de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES), Vicepresidente de CONFIEP y Director de inPERÚ y del Consejo Privado Anticorrupción (CPA). 
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  • Las mipymes mueven gran parte de la economía en la región, pero a muchas les cuesta crecer. Desde su experiencia, ¿cuáles son las barreras más urgentes que deben superarse para que estas empresas sean más competitivas?

Las mipymes concentran la mayor parte del empleo en muchas economías. En los países en desarrollo, su potencial se ve limitado por barreras evidentes. La más decisiva está en los altos costos y los reducidos beneficios que implica la formalidad. Esta no es gradual: por más pequeña que sea la empresa, su presupuesto debe cubrir impuestos nacionales, contribuciones locales, licencias municipales, y costos de cumplimiento y gestión financiera relativamente sofisticados. Esa discontinuidad se convierte en un muro que muchas empresas no logran escalar, sobre todo si a cambio reciben poco en servicios básicos e infraestructura del Estado. El resultado es la informalidad y la baja productividad que la acompaña.

La formalización y la productividad avanzan de la mano cuando existen buenas instituciones, infraestructura confiable y estabilidad macroeconómica. Instituciones sólidas —educación, salud, justicia, seguridad— junto con infraestructura básica de calidad —caminos, telecomunicaciones, energía, agua y saneamiento— en un entorno estable reducen la incertidumbre, los riesgos de operación y los costos de transacción, incluidos los asociados a la formalización.

La competitividad de las mipymes no puede resolverse con programas aislados. Se requiere un entorno integral que combine estabilidad macroeconómica, instituciones fuertes, infraestructura confiable e instrumentos diseñados para acompañar, desde el inicio, el crecimiento de las empresas pequeñas dentro de la formalidad.

  • En Perú, acaba de aprobarse la Ley Mype, que busca impulsar la formalización y ofrecer beneficios fiscales a este tipo de empresas. ¿Qué impacto real cree que puede tener esta ley en el día a día de un pequeño emprendedor y qué aprendizajes podría dejar en otros países?

La ley incorpora varios mecanismos orientados a facilitar la formalización de las Mypes. Destacan iniciativas como el mandato al Ejecutivo para implementar un sistema en línea que permita constituir una empresa en solo 48 horas; la declaración de interés nacional del otorgamiento de créditos con tasas preferenciales a la Mype formalizada; y el encargo a COFIDE, el Banco de la Nación y Agrobanco de promover financiamiento a través de intermediarios financieros.

Martín Naranjo, presidente del Consejo Directivo de la Asociación de Bancos del Perú (ASBANC)

La Ley Mype representa un avance relevante, pero su impacto real dependerá de cómo se traduzca en la práctica para el pequeño emprendedor. Al final, la decisión de formalizarse es un cálculo racional: si la formalidad se percibe como más trámites, más tiempo y más controles, difícilmente será atractiva. En cambio, si abre el acceso a financiamiento, a mercados más amplios y a servicios del Estado, se convertirá en una inversión conveniente. El éxito de la Ley Mype dependerá de su capacidad para reducir la discontinuidad en los costos de la formalización. Cuanto más logre simplificar procedimientos y ofrecer incentivos tangibles, mayores serán sus posibilidades de convertirse en un modelo replicable para otros países.

  • En un entorno cada vez más digital, la competitividad de una pequeña empresa depende también de la tecnología. ¿Cómo pueden las instituciones financieras apoyar a las mipymes para que adopten herramientas digitales y nuevas formas de trabajo que les ayuden a progresar?

La digitalización es hoy un factor de supervivencia: de ella depende en gran medida la capacidad de competir de las pequeñas empresas. En este proceso, las instituciones financieras tienen un rol decisivo. Los instrumentos financieros digitales son cada vez más confiables, accesibles y permiten gestionar mejor el riesgo. Un sistema de pagos digitales genera historial verificable; una billetera electrónica reduce la dependencia del efectivo; un crédito gestionado en línea con datos alternativos amplía la base de clientes. Cada innovación digital en las finanzas facilita la formalización, mejora la productividad y aporta eficiencia, mejor información y mayor capacidad de planificación.

Pero la adopción de estas herramientas requiere confianza y seguridad. Con productos inclusivos, costos de acceso más bajos y servicios digitales seguros, la banca puede hacer que la digitalización se convierta en el puente que permita a las mipymes transitar hacia la formalidad y consolidar su crecimiento.

  • En la Fundación trabajamos y tenemos acuerdos con organismos internacionales del sector del desarrollo y de las microfinanzas. A través del impulso de las alianzas, ¿podrían las mipymes en América Latina conseguir un crecimiento más sostenido o incluso ayudar a su internacionalización?

Sin duda. Fortalecer las alianzas entre actores locales y organismos internacionales de desarrollo y microfinanzas puede impulsar de manera decisiva el crecimiento de las mipymes e incluso abrirles oportunidades en mercados internacionales. Estas alianzas no solo aportan financiamiento, sino también conocimiento, redes y estándares que aceleran el aprendizaje y fortalecen las capacidades. Al facilitar el intercambio y la fertilización cruzada de ideas, instrumentos e instituciones, conectan y difunden mejores prácticas. De esta manera, promueven la innovación, la adopción de nuevas herramientas y la posibilidad de escalar con mayor productividad y sostenibilidad.

  • Puede incluir reflexión o mensaje final

Simplemente felicitar a la Fundación Microfinanzas BBVA por un esfuerzo ejemplar. Más allá de eliminar barreras, aprobar leyes, innovar, hacer alianzas o lograr impactos impresionantes, es un esfuerzo ejemplar por una razón fundamental: porque reconocer la dignidad de cada persona creando oportunidades reales de salir de la pobreza siempre estará en la dirección correcta.